Tan solo Tú por siempre.

17.

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Sabía que traer a Bella a casa iba a ocasionarnos un montón de problemas pero pese a ello no podía permitir que ella andará como una vagabunda por las calles. Esa era mi excusa racional, ahora por otra parte estaban esas terribles ganas de querer estar con ella. Su compañía era agradable, ella era divertida y espontánea. Creo que por esa razón a Jade también le gustaba estar con ella. Porque su energía y buena vibra era contagiosa.

Solté un suspiro de alivio cuando llegamos al departamento después de este día tan agetreado. Confieso que subir esos tres piso con los 20 kilos de Jade y talvez 15 del bolso de Bella fue mejor que una tarde de gimnasio.

-¿Ya llegamos a casa? - Preguntó Jade adormecida luego de que la acostara en su cama.

- Si, al fin llegamos - Tire sus zapatos ella se acurruco abrazando su frazada.

- Hoy fui muy feliz papá gracias por llevarme a ese lugar - ¿Había oído bien?  ella me había dicho papá, creó que de verdad había disfrutado mucho porque ella jamás me llamaba papá, para Jade casi siempre era Mylas y ya.

- ¿Me dijiste papá amor? - Quería volverlo a escuchar pero ella se había vuelto a dormir. Intenté despertarla pero no había caso.

-Déjame en paz Mylas ve a dormir - el. hechizo se había pasado. Suspiré de resignación, le di un beso en la frente, apague luz, encendí su lampara y salí de la habitación.

Estaba afuera en el pasillo sonriendo como un tonto, quería que siempre me llamara papá pero supongo que Raquel tenía razón, ella talvez no lo hacía porque de forma inconsciente actuaba como un hermano y no como un padre.

-Mierda - Exclame cuando recorde  esa conversación con Raquel, Jade volvería a la  escuela mañana y yo en nuestro día de paseo ni siquiera se lo había mencionado. Eso probablemente sería un gran lío, pero debía llevarla. Charles iba a estar detrás de mí buscando cualquier excusa para intentar fastidiarme y llevarse a mi hija. Yo no podía permitir eso.

-Estoy tratando de descifrar como cambias de un estado de felicidad absoluta a uno de angústia total en menos de 2 minutos, ¿Acaso eres Bipolar? - Bella salió del baño. Ella había tomado una ducha. Se notaba porque llevaba el cabello empapado. Fácilmente podía hacer un charco si se quedaba de pie un rato en el lugar.

- ¿Y yo estoy tratando de descifrar si te duchaste adentro o aquí afuera? - A ella pareció enojarle mi comentario porque me golpeó suavemente el hombro. La miré enojado, sus ojos verdes se encontraron con los míos e inmediatamente aparte la mirada para evitar que sucediera lo mismo de siempre. Ella me tomó suevemente la cara para que la mirara. Y aunque estábamos frente a frente no tenía mi vista en ella. 
-No lo entiendo, quiero entenderlo... ¿Por que no me miras a los ojos Mylas Blake? - Ella se agachó buscando que la mirara sin soltarme la cara. Me estaba incomodando muchísimo.

-Dejalo bella, en serio me estás incomodando - Ella me soltó con urgencia

- Es incomodo también para mi que estés todo el rato fingiendo que me miras cuando me hablas- Ella iba a caminar y de repente cayó al suelo. Se había resbalando con el agua que su cabello había soltado.

Intente contenerme lo juro, incluso quería ayudarla pero es que un ataque de risa se apoderó de mi. Me había causado tanta gracia la forma en la que se resbaló que  hasta llore de la risa.

Evidentemente a ella no le causó la misma gracia que a mi se levantó furiosa y hasta me empujó cuando me puse frente a ella para preguntarle que si estaba bien.

-Ni se te ocurra decir ni una sola palabra, ¡MANTÉN TU BOCA CERRADA! - Les juro que eso me causó mas risa. Y como tampoco pude aguantarme las ganas de reír preferí huir porque ella parecía ser peligrosa.

Entre a mi habitación para ducharme, y preparar las cosas de mañana. Asi le daría tiempo a Bella para que se calmara un poco. Poco tiempo después de mi ducha cambié las sábanas de mi cama por unas limpias. Aún no había hablado con Bella de como nos íbamos a organizar, pero había llegado a la conclusión de que prefería que ella se quedara en mi habitación y yo en el sofá. Ella tendría mas privacidad y también si alguna visita inesperada llegaba no estaría expuesta.

Tomé unas almohadas, una frazada y mi celular con su cargador y me dirigí a la sala. 
Ella estaba sentada en el sillón mirando su celular, con la misma ropa mojada y una cara de odio que probablemente era por mi culpa. Recorde el momento y nuevamente me causó gracia.

-¿ Seguirás burlandote? - Apartó la vista del celular para dirigirse a mí. Me negué con la cabeza con un sonrisa de idiota en mi rostros.

- Vengo en son de paz lo juro, no voy a reírme más - Ella viró los ojos y me hizo un lado para que me sentará. Estaba aceptando mi tregua puse las almohadas y la frazada en una esquina. Ella iba a tomarlas y la detuve.

-¿Quieres un beso a cambio de las almohadas y la frazada? - Se acercó como si iba a besarme

- ¡Claro que NO! - respondí de inmediato y ella se apartó para comenzarse a burlar. Se estaba vengando de mi estúpida reacción.

- Tranquilo  Mylas, dije que la próxima vez que pase serás tú quien lo desee-

- Eso no va a pasar, y mejor cambiemos de tema. -  Ella encendió la TV. - Dormiré aquí - Le dije.

-Eso no va a pasar, si no puedes mirarme a los ojos, y tampoco quieres besarme mucho menos podrás dormir conmigo- Dijo con tranquilidad y yo solté una risa espontánea. Como siempre sacaba ella ese tipo de conclusiones tan disparatadas. -¿ Acaso estoy mintiendo? -  Agregó mientras que buscaba como loca algo que ver en Netflix.

- No te estaba haciendo una propuesta indecente, te estoy diciendo que te quedaras en mi cuarto mientras vivamos los 3 aqui y yo aqui en el mueble-

- ¡Ay Mylas por Dios!  ¿tenemos acaso 12 años? Que tiene de indecente que me propongas tener sexo, incluso creo que te hace falta - Ella estaba siendo atrevida, me sentí ofendido de que me estuviera diciendo eso. Pero tenía razón, no se porque estaba satanizando el tema.




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