La tía de Christal se encontraba sumamente preocupada porque ella no había llegado a dormir.
Después de mucho intentar lo David por fin le respondió el teléfono.
-¿David hablas con Helena, Christal está contigo?-
-No señora, ella ¿no está en su casa?-
-Si estuviera, créeme no te estaría llamando-.
-Ella se fue anoche… de la fiesta-.
-David, ¿dime qué ocurrió?-
-Me vio con Tamara, en una situación comprometedora-.
-Eres un maldito cínico ¿cómo le pudiste hacer eso?- _ Helena colgó el teléfono _.
Empezó a marcar otros números y una hora más tarde ya había llamado a todos los compañeros de la universidad sin hallar el paradero de su sobrina. Por último marcó al mejor amigo de Christal aunque era consciente que ella no estaba con él porque el chico trabajaba en un bar por la noche.
-Anthony, soy la tía de Christal. Ella está contigo, ¿sabes dónde está?-
-No señora. A caso no fue con David anoche a una fiesta -.
-Si, pero al parecer ella lo vió con Tamara y anoche no vino a dormir. Anthony estoy muy preocupada-.
-¡Maldito desgraciado! Sabía que le iba hacer daño y ella no me hizo caso. Ya verá cuando lo encuentre me las va a pagar-.
-Anthony eso ya no importa. !Necesito encontrarla!-
-¡Saldré a buscarla ahora mismo!.
Daniel acompañó a Christal a su casa pero ella no quiso que se lo hiciera hasta la puerta, por lo tanto él se quedó en la calle mientras ella se despidió con un suave beso en su mejilla.
-¡Espera Christal! ¿Creés que pueda venir a verte algún día?
-No lo sé-
-¡Vendré! Un día de estos -.
- ¡Gracias por todo lo que hiciste por mí!-.
- No es nada, no te preocupes. No olvides ir a un médico cuando antes.
Ella se despidió nuevamente y tocó el timbre de la casa. Al abrir la puerta Helena suspiró profundamente. Ahí estaba Christal con una ropa distinta a la que llevaba puesta el día anterior, un golpe en el labio y su mejilla amoratada.
-Mi niña ¿que te pasó? ¡Por favor mira esto! ¿quién te golpeó?-
-No es nada tía-.
-¿Dónde estabas? ¿Por qué no llamaste?
Anthony y yo estábamos muy preocupados por ti.
En ese momento llegó Anthony y por más que le preguntaron lo sucedido ella no dijo nada. Subió las escaleras y se metió a su cuarto.
Los dos se resignaron después de un rato. Pues sabían que estaba así por la ruptura con David y prefirieron dejarla sola para que descansara. Lo que no entendían era porque tenía un golpe en su rostro y su boca herida.
¿Qué le había pasado? ¿Dónde estaba?
David llamó varias veces a la casa de Christal sin obtener respuesta. Helenal le dejó muy claro que su sobrina no deseaba saber nada de él, que no se atreviera a seguir llamando y la dejara en paz.
Los días transcurrieron con normalidad, Christal se veía más tranquila no mencionaba a David aunque todavía pensaba en él y en su traición. Sin dudar no se volvería a enamorar.
Lo que no podía borrar de su mente era el recuerdo del beso que le dio Daniel el misterioso hombre de los tatuajes ¿Lo volvería a ver?
Daniel tampoco lograba concentrarse en su trabajo. No sentía esa necesidad de embriagarse pero sí anhelaba ver a su ángel.
Anthony traía en su automóvil a Christal casi todos los días de la universidad, pasaban mucho tiempo juntos. Ambos eran muy buenos amigos desde la muerte de los padres de Christal él se había convertido en una especie de hermano mayor para ella. Los fines de semana no se veían porque él trabajaba en un bar y apenas le daba turnos para dormir.
Una noche cuando Helena estaba preparando la cena cuando sonó el timbre de la casa, ella se apresuró y al abrir la puerta había un hombre desconocido que no le generó una buena impresión por su manera de vestir, los piercing que tenía y ni que decir de su piel tatuada.
-¡Buenas noches señora! ¿Se encuentra Christal?- _ Preguntó Daniel _.
-¡Buenas noches joven! ¿Usted conoce a mí sobrina?-
-Sí, somos amigos. Me llamo Daniel -. _ respondió un poco nervioso _.
-CHRISTAL PREGUNTAN POR TÍ. _ gritó su tía desde la puerta _. ¿Conoces a un hombre que se llama Daniel?-
¡Oh santo cielo! Daniel estaba en su puerta preguntando por ella! A Christal se le aceleró el corazón y sus piernas se debilitan al tratar de bajar las escaleras.
-Si, tía él es un compañero de la universidad-. _ respondió ella bastante nerviosa _. Daniel me alegra mucho verte, ahora mismo voy por mi chaqueta y ya salgo. Tía Daniel me invitó a salir esta semana y se me había olvidado contarte-.
Christal ingresó apurada a la casa sacó la primera chaqueta que encontró y corrió hacía la puerta mientras Daniel la observaba sorprendido pues era evidente que no le había mencionado nada de aquella noche a su familia.
Después de despedirse de su tía él la tomó de la mano y se dirigieron a su automóvil, mientras su tía se quedó bastante preocupada porque no conocía aquel hombre y además su aspecto era bastante particular. Ella detalla el hombre con algo de desaprobación en su mirada, no le agradó mucho ver algunas marcas de
tatuajes que sobre salían por el dobladillo de su camisa y menos sus piercing.
Una vez llegaron al automóvil y fuera de la vista de su Helena, Daniel soltó a Christal y le preguntó algo molesto.
-Me puedes explicar ¿que te pasa?-
-¡No le dije nada de esa noche a mi tía!-
-Sí no me lo dices te juro que no me doy cuenta-.
-¿Qué haces acá?
-Pasaba por el lugar y quería verte e invitarte a algún lado pero veo que no es necesario tendrás que acompañarme de todos modos-.
Él Sonrió y la miró fijamente a los ojos haciendo que las mejillas de Christal se ruborizara en cuestión de segundos.