Cuando Daniel habló con Christal pudo percibir en ella que algo pasaba. ¿Qué habría ocurrido? Estaba distante y algo distraída. Después de pensar un poco tomó la decisión de ir a buscarla para hablarle en persona. Daniel vivía en otra ciudad solo que todos los fines de semana se escapa de la rutina y de su asfixiante padre. Él padre de Daniel desconocía el lugar donde lo hacía y esto lo puso de muy mal humor.
Cuando Christal y Anthony salieron de la universidad, se encontraron con Daniel que estaba en el estacionamiento. Christal apenas creía ya que él nunca había ido a la universidad por ella. Él la abrazó y la besó mientras cruzó una mirada amenazadora con Anthony a quién no le hizo para nada gracia su aparición.
— ¿Qué haces aquí amor? ¿No deberías estar trabajando?
— Sí, me escapé por ti. Quería verte, abrazarte y besarte.
Ella sonrió y lo besó de nuevo mientras Anthony se despidió diciéndole que la buscaría luego.
— Princesa que me contestas si te pido ¿que escapes conmigo esta noche?
— ¡Qué locura! ¿Tan sólo una noche?
Ella sonrió con brillo en su mirada.
— De hecho sí. Quiero llevarte a un lugar.
— ¿Dónde?
— No lo puedo decir. Es una sorpresa.
— Okey. Acepto escapar contigo.
— No pensé que te convencería tan fácil. A decir verdad pensaba raptarte.
Subieron al automóvil y Christal llamó a su tía quién no le hizo gracia para nada. El hecho de que su sobrina se fuese con ese hombre.
Christal tenía un poco de temor por lo que David le había contado acerca de Daniel pero él le transmitía seguridad, amor y protección.
Luego de un largo viaje se encontraban muy lejos de la ciudad por una carretera solitaria que ella desconocía.
— Daniel ¿Puedo saber dónde me llevas? — Por un momento ella sintió temor.
— No te preocupes, ya casi llegamos.
De pronto Christal divisó la luz de una casa en medio del campo. Nunca pensó que Daniel la llevaría a un lugar así.
— Te has dado cuenta que no traje equipaje.
— No te preocupes es parte de la sorpresa. Todo está solucionado.
Cuando llegaron varias personas salieron a recibirlos, entre ellas una señora de avanzada edad que abrazó a Daniel con mucha familiaridad.
— ¡Mi niño tiempo sin verte! ¿Qué guapo estás?
— ¡Nana! No sabes cuánto te he extrañado. Quiero presentar a mi novia, ella es la chica de la que te hablé.
Después de presentarse subieron a las habitaciones y se instalaron. Daniel había hecho preparar una sola para Christal. Todo allí era maravilloso. El silencio, el aroma de las flores, una paz increíble. Además la casa era hermosa.
— ¿Por qué me has traído a este lugar? — preguntó Christal.
— Porque deseo hablar contigo sin que nada ni nadie nos interrumpa.
Luego de cenar una deliciosa comida que les preparó su Nana. Daniel llevó a Christal a un jardín de rosas y se sentaron bajo la luz de la luna en una noche donde el firmamento estaba lleno de estrellas.
— Princesa te he traído aquí porque es hora de contarte todo de mí. No se si después de hacerlo quieras seguir conmigo.
Está es mi historia:
Mi madre murió en el momento en que nací. Siempre estuve a cargo de otras personas porque a mi padre lo veía muy pocas veces y cuando estaba con él no me demostraba amor. Siempre he pensado que me odia por ser el culpable de la muerte de mamá. Con los años me convertí en un chico rebelde, andaba con malas compañías y siempre terminaba expulsado de los colegios donde mi padre me llevaba.
Cumplidos mis quince años empecé a tomar, a fumar y hacer otras cosas no propias para mí edad. A los diecisiete años conocí una chica mayor de la que creo me enamoré pero a ella le gustaban los hombres mayores. Entonces me hice tatuajes para llamar su atención pero no funcionó, como le gustaba drogarse yo empecé a hacerlo también, hasta que un día por fin me aceptó.
Una noche hicimos una fiesta con nuestros amigos, hubo muchos excesos de todo tipo, cuando desperté estaba en una habitación con ella... Pero la chica estaba muerta… ( él hizo una pausa para tomar aire una lágrima se escapó de sus ojos) No sabía que había pasado porque no recordaba nada. Yo estaba muy asustado, me dolía todo el cuerpo, apenas podía moverme. Verla muerta me impactó muchísimo, me sentí culpable pero no sabía qué hacer. Terminé llamando a mi padre y él se encargó de todo. Mi novia murió por una sobredosis de droga... ( se agarró la cabeza con sus manos tratando de recordar)
Mi padre evitó que me llevaran preso y luego me internó en un centro de desintoxicación. En ese lugar pude superar mi adicción a las drogas.
Desde ese día no he vuelto a consumirlas, aún tengo problemas con el licor y todavía fumo pero no soy un adicto a las drogas como todos piensan.
Hace tiempo mi padre hizo un trato con un socio para casarme con la hija de él. Siempre le he dicho que no estoy en venta y no pienso hacerlo porque no siento nada por esa chica. En el pasado tuve una relación corta y sin sentimientos con ella pero ella no me transmite nada. La chica a la que me refiero es la que me saludó en el restaurante.
Antes la vida me daba igual pero después que te conocí a tí todo tiene sentido. No necesito embriagarme y ni siquiera me apetece hacerlo. Tu amor me da la fuerza que necesito para enderezar mi existencia y he comprendido que estaba muy equivocado.
Sé muy bien que no puedo cambiar mi pasado pero sí escribir mi presente y futuro. Quizás no te merezca y ahora que te he contado todo esto no quieras seguir conmigo pero era justo que supieras la verdad… Es tu decisión y la voy a respetar — Daniel inclinó la cabeza para esconder las lágrimas que brotaron de sus ojos.
Para Christal fue imposible no llorar. Ella lo abrazó y le besó los labios. Lo amaba y no le importaba su pasado porque sabía que a pesar de todo lo Daniel le había contado, él era un hombre bueno y los sentimientos que tenía por ella eran sinceros.