Cuando Daniel y Christal regresaron a casa, encontraron a Anthony en cada de la tía Helena. Situación que molestó un poco a Daniel quien le desagrada la amistad que existía entre Christal y él.
— ¡Hola tía! ¿Anthony cómo estás? Espero no ser su tema de conversación — Christal sonrió como siempre lo hacía.
Daniel saludó con mucha educación pero no se quedó por mucho tiempo porque debía regresar a la oficina y Christal también tenía clase en la universidad esa tarde. Una vez que Daniel se fue, Christal y Anthony salieron juntos rumbo a la universidad como lo hacían de costumbre. Solo que esta vez se notaba un ambiente tenso porque Anthony estaba molesto.
Daniel se encontraba en la empresa revisando unos papeles que la secretaria de su padre le acababa de entregar. De repente entró a su oficina la rubia del restaurante.
— ¡Hola mi vida! ¿ Cómo es eso que tienes novia?
— Celeste ese tema algo que no pienso discutir contigo.
— Te equivocas ¡Copia barata de Romeo! recuerda que eres ¡MI PROMETIDO!
— Son cosas de mi padre. Yo no te he prometido tal estupidez. Jamás me casaría con una psicópata como tú.
— Se te olvidó que estuvimos juntos. Tú y yo fuimos amantes.
— De hecho, ¡ya no lo recordaba!
— Volverá a pasar si así yo lo deseo en mi vida.
— Si no tienes más que decir, puedes salir de mi oficina ¡Tengo que trabajar!
Ella se acercó un poco más a él tratándolo de seducir, pues era una mujer sensual que logra despertar pasiones en cualquier hombre. Aunque a Daniel solo le generaba repulsión.
— Tienes la amabilidad de salir de mi oficina — dijo Daniel bastante molesto.
— No lo voy hacer hasta que no te quede claro que la única mujer con la que te puedes casar es conmigo si así yo lo deseo.
Celeste lo besó sin más preámbulo y en ese preciso momento entró David acompañado de Tamara quienes se quedaron sorprendidos al ver la escena. Daniel intentaba alejar a Celeste sin obtener resultado.
El primero en hablar fue David.
— No era nuestra intención interrumpirlos, creo que mejor volvemos en otro momento.
— David no has interrumpido nada — Contestó Daniel.
— Pensé que eras novio de Christal – Reprochó Tamara.
— ¡Es mi prometido! Nos vamos a casar algún día, solo que él no lo acepta aún — afirmó Celeste.
— No tengo porque darles explicaciones de mi vida a ninguno de ustedes. Pero todo es un malentendido. Celeste me besó sin mi consentimiento. La única mujer que deseo tener en mi vida es Christal. Ahora les pido a todos que abandonen mi oficina porque no quiero recibir visitas ya que estoy muy ocupado-.
Cuando Christal llegó a su casa le contó a la tía la invitación a la casa del padre de Daniel.
— Tía quiero que me acompañes.
— ¡Por supuesto que no!
— ¡Por favor! Tú eres mi única familia.
— ¿Su padre se parece a él?
— No lo conozco bien pero dudo. Tengo entendido que es un hombre rico, viudo y bastante egocéntrico. Daniel no tiene una buena relación con su padre.
— Lo pensaré un poco.
— Eres una persona muy agradable y sé que me ayudarás cuando el padre de Daniel intente intimidarme. Tengo entendido que no está de acuerdo con nuestra relación porque me considera inferior a ellos — Christal suspiró con tristeza.
— Siendo así. Te acompaño. No voy a permitir que ningún hombre se atreva a hacerte sentir inferior porque tú eres un ser muy valioso y dudo que Daniel te merezca por más rico que sea su padre.
— Tía se hace tarde y quedé con Anthony de hacer un trabajo en la casa de Irene. Me debo ir o llegaré tarde.
— Mi niña ¡Cuidate mucho!-
Christal salió tan deprisa que olvidó su teléfono móvil en la habitación. Daniel la llamó esa tarde en repetidas ocasiones y luego decidió hacerlo a su casa. Helena contestó y le dijo que ella se encontraba con Anthony y había olvidado el teléfono en la habitación.
Se hizo de noche y Christal no devolvía la llamada, ni tampoco contestaba el teléfono. Los celos se apoderaron de Daniel. Ese sentimiento era algo nuevo para él pero sentía como hervía su sangre de ira, el sólo pensar que estaba con ese idiota lo ponía de mal humor. Tenía que ir por un trago para calmarse un poco antes de perder la cabeza y terminar haciendo cualquier disparate. Fue aún lugar que solía frecuentar y empezó a beber sin medirse. Lo único que lograba era aumentar más los celos mientras observaba su teléfono sin recibir llamada de Christal. De pronto apareció Celeste y se sentó junto a él.
— ¿Qué te ocurre? ¿Te veo de muy mal humor?
— No es asunto tuyo.
— Sólo decía ¿Puedo acompañarte?
—No quiero hablar.
— Igual te voy acompañar un rato.
Daniel empezó a beber sin control hasta embriagarse como lo solía hacer antes y no se percató de las llamadas y mensajes de su celular, mientras Celeste sí lo hizo. En un descuido de él tomó el teléfono de Daniel y se alejó un poco para llamar a Christal. Ella contestó de inmediato:
— ¡Mi vida! Olvidé el teléfono y aún no se tú número, por eso no te había llamado. Discúlpame estaba haciendo un trabajo de la universidad en casa de una compañera. Te deje mensajes pero no me contestaste.
— ¡Oh! lo siento cariño. Soy Celeste, la ex novia de Daniel. Él está ebrio y no puede contestarte en este momento. Estamos en un bar y como vi tus mensajes por eso te llame. Voy a llevarlo a mi casa porque está muy tomado.
— Okey.
Christal no podía creer lo que le estaba pasando, no sólo Daniel había vuelto a embriagarse a pesar que le había prometido dejar el licor, si no que también estaba con una ex novia.