La recuperación de Daniel

Los días pasaban y Daniel se recuperaba satisfactoriamente. Christal lo acompañaba todos los días sin darle la más mínima esperanza de una reconciliación, ella lo trataba como a un amigo, así su corazón le dictara otra cosa. 

En la soledad de la habitación Daniel comenzó a tener recuerdos de imágenes confusas en la noche que murió Violeta. La primera vez no prestó mucha atención pero la segunda fue mucho más clara. Recordó que  Alguien le dió un trago de licor y sus pensamientos se borraron en cuestión de segundos, él empezó a sentir sueño y una mujer lo acompañó a la habitación. Luego la observó discutir con violeta que también se encontraba un poco mareada, la chica la tomó por el cuello y la tiró encima de la cama, luego colocó una almohada en su rostro. 

—¡Maldición! No puedo recordar su rostro — Se recrimina Daniel

—¿Estaré enloqueciendo? Violeta murió por una sobredosis.

Daniel en cierta forma se sentía culpable de la muerte de violeta, si estas imágenes eran ciertas y no producto de su imaginación era un homicidio, él llegaría hasta las últimas consecuencias para descubrir lo y hacerle pagar al culpable el infierno que había vivido todos estos años.

David estaba furioso porque todo le salió mal. No se pudo deshacer de Daniel y su estancia en la clínica le volvió a unir con Christal. 

— ¡Demonios Celeste! Como detesto a ese imbécil.

— ¡David controlate! Pareces un niño en medio de una pataleta. Tenemos que deshacernos de esa chica, Christal es el cimiento que no le permite derrumbarse a Daniel. Aparte se ha convertido en la protegida de tu tío ¿No te has dado cuenta?

— ¡Nunca! Oye me bien Celeste. No te atrevas a tocarla a Christal porque te vas a arrepentir.

— Entonces haz algo tu y pronto. No entiendo qué tiene esa chica para volverlos idiotas a todos tres.

— ¡Eso es algo que a tí no te importa! Tengo algo que nos puede dar mejor resultado. Tampoco tus métodos de seducción con Daniel sirvieron, así que no tienes mucho que reprocharme.

— Vamos a ver qué es lo que vas hacer porque tú tiempo al frente de la empresa está por terminar.

Celeste salió de la oficina con una risa burlona que incrementó más la ira de David, quien terminó dañando a golpes todo lo que encontró en su camino ante el asombro de algunos empleados de la empresa.

Esa tarde que Christal llegó de la clínica luego de visitar a Daniel como de costumbre, encontró a su amigo Anthony en la casa con su tía Helena, aunque ellos estudiaban juntos la misma carrera y todos los días él la recogía para llevarla a la universidad, compartían muy poco y ella ya no le contaba nada de de su vida como solía hacerlo antes de conocer a Daniel.

— ¡Hola! — saludo Christal muy sonriente.

— Christal ¡Mira quien vino a cenar con nosotros!

— ¡Anthony! Me alegra mucho que estés aquí.

— Ya que tú  no me invitas, tuve que invitarme solo.

— ¡Por favor hijo! Tú no necesitas invitación a mi casa, siempre eres bienvenido — dijo Helena.

Después de cenar, estuvieron hablando largo rato y por más que Christal trató de evitar el tema, Anthony la acorraló hasta que le tuvo que contarla verdad sobre su estado. Él se quedó observando en silencio, era algo que no esperaba y le dolió porque en verdad la amaba, en ese momento su esperanzas quedaron hechas cenizas. Si bien él la amaba y no le importaba que ella esperase un hijo de otro hombre. También era consciente que ese bebé la volvería a unir a Daniel porque en el fondo todos sabían que ella aún no lo había olvidado del todo.

Pasada la media noche Anthony se despidió de Helena para regresar a su apartamento y Christal lo acompañó a la puerta, él tomó las manos de ella y les depositó un tierno beso, le confesó que la amaba en silencio desde hacía mucho tiempo pero nunca se había atrevido a expresar sus sentimientos por temor a perder su amistad; Anthony era consciente que ese amor no era correspondido por Christal. 

Ella se sorprendió al escuchar las palabras de su amigo y una lágrima escapó de sus ojos, por más que quisiera corresponder a sus sentimientos no lograba ver a Anthony como algo más que un hermano. 

— No te sientas mal, no es tu culpa. En realidad no sé en qué momento pasó. Eres tan linda, inocente y buena que a un hombre le es imposible no fijarse en ti.

— Anthony no se que decir.

— No es necesario. Quiero que tengas presente que siempre puedes contar conmigo.

—¡Gracias! Sabes cuanto te quiero, solo que de una manera diferente a la tuya-.

-Lo sé. No es necesario la aclaración. Daría mi vida porque eso fuera distinto pero tampoco voy a perder tu amistad que realmente vale la pena-.

Ellos se abrazaron como solían hacerlo desde niños. Luego Anthony se marchó a su casa. Sabía que ella no le correspondía pero se había sincerado. Christal  se quedó viendo por la ventana mientras él partía, de repente sonó el teléfono y era Demetrio. 

—¡Buenas noches  señor Demetrio! — contestó Christal.

— ¿Cómo estás?

— ¡Bien! Gracias.

— Christal mañana sale  Daniel del hospital y pienso realizar una pequeña cena en su honor.  Yo se que él está muy débil aún por eso no pienso invitar muchas personas, pero sé que a Daniel le encantará verte.

— Señor Demetrio, Daniel y yo no estamos juntos, solo nos une el bebé.

—Eres la madre de su hijo. A eso me refiero.

— Eso lo saben muy pocas personas. Así que no veo la necesidad de mi presencia en su casa.

— Christal te esperaré con tu tía. Tengo muchos deseos de conocerle, enviaré  por ti temprano a mi chofer de confianza — Demetrio colgó el teléfono antes de que ella contestara.

Este hombre nunca aceptaba un no por respuesta y siempre terminaba saliéndose con su parecer. Por fin había encontrado la forma de tener un reencuentro con Helena, aunque Demetrio era calculador y siempre planeaba todo muy rigurosamente antes de realizarlo pero está vez no tenía la menor idea de lo que pudiese pasar esa noche. Por primera vez dejaría su suerte en manos del destino.