Helena y Christal salieron de la ciudad rumbo a la finca de campo que tenía Daniel y su padre. Christal no se veía sorprendida porque ella ya conocía el lugar y le trajo bonitos recuerdos.
Helena por su parte se encontraba muy nerviosa no sabía que iba a decir Demetrio, tendría que explicar mucho a Christal y a Daniel. ¿Por qué aceptó esa estupidez? si todo estaba bien para complicarlo nuevamente, su vida era buena antes de la aparición de Demetrio. Ahora solo un mar de dudas y emociones encontradas en los recuerdos más profundos de su alma.
Al llegar Christal vió a Daniel quien ya se encontraba en la casa de campo ya que el encierro lo estaba enloqueciendo, Demetrio por suerte no había llegado aún.
Daniel sorprendido salió al encuentro de ellas y las recibió, a pesar que no tenía la menor idea de aquella inesperada y grata visita.
-¡Mi princesa! que sorpresa. ¿Cómo sabías que me encontraba acá?-
-¡Mi amor! ¿Cómo estás?. Acaso no fue tu idea traerme aquí-.
-Me parece excelente que estén aquí pero en lo absoluto no tenía la menor idea-.
-¡Hola Daniel! ¿Cómo te encuentras?-
-¡Bien señora Helena! Muchas gracias. Siga está usted en su casa.
Como siempre Christal se fue con Daniel, ahora que estaba embarazada él la consentía como si fuese una niña aunque a ella la idea le parecía un poco exagerada. En verdad no sentía molestia aparte de náuseas y tenía muy poco tiempo por lo tanto su vientre no se notaba.
-Christal no te parece que desde que mi padre y tú tía se conocen ¿se comportan muy extraños?- _ Preguntó Daniel _.
-Sí, tengo el presentimiento que ellos se traen algo-.
-No te e contado que cuando tenía 17 años mi padre conoció una chica, tengo entendido que quería casarse con ella pero lo abandonó sin darle explicaciones, desde entonces no le he conocido una pareja estable-.
-¡Que triste! me insinúas ¿qué se trata de mi tía?-
-No sé, pero tengo mis sospechas-.
-Se que ama un hombre de su pasado pero nunca habla de él.
-¡Te das cuenta! ellos se conocen-.
En ese momento llegó Demetrio acompañado de Helena, las miradas de Christal y Daniel se cruzaron confirmando sus sospechas. Demetrio saludó con la educación que lo caracterizaba y nunca abandonó a pesar de la situación informal de la situación. Los invitó a la sala e hizo que tomaran asiento.
-Veo que tienen muchas preguntas sin respuesta en este momento. Me imagino que ya se dieron cuenta que efectivamente Helena y yo nos conocemos de antes. Queremos ser sinceros con ustedes y por eso los invité a este lugar donde nadie nos va interrumpir.
En ese momento Demetrio empezó a contar la historia de ellos, que se conocieron por casualidad del destino en una reunión de trabajo y comenzaron a salir, al poco tiempo Demetrio le pidió matrimonio a Helena pero ella lo rechazó y un día desapareció de su vida sin una explicación. La razón fue la muerte de los padres de Christal y la promesa de hacerse cargo de ella. Demetrio tenía muchos problemas con Daniel en ese entonces y ella consideró que no eran una buena influencia para la niña. Por lo tanto sacrificó su amor y se entregó de lleno a Christal.
Helena no podía mirar a los ojos a ninguno de ellos, sentía vergüenza de sí misma. Daniel como siempre simplemente se limitó a decir que ya lo sabía todo, en alguna ocasión los vio juntos pero no quiso involucrarse en el asunto.
Christal por su parte si se notaba sorprendida y un poco molesta, no entendía la razón por la cual su tía le había ocultado algo así. Salió de la sala un poco aturdida ante la mirada de ella, Daniel fue en busca de Christal y Demetrio detuvo a Helena, no era conveniente hablar con ella en ese momento. La abrazó fuerte entre su pecho, le pidió que se calmara y besó sus labios con el amor que se encontraba guardado por ocho años en su corazón.
Era de noche y Christal se encontraba observando la luz de la luna, con lágrimas en sus ojos. Daniel la abrazó fuerte y secó el llanto de su ángel de ojos azules, Christal era realmente hermosa y la luna le hacía brillar especialmente su mirada. Daniel que parecia un chico malo con sus tatuajes y sus piercings en el fondo era tierno y ala vez estramadamente sexi. Una sola mirada de sus ojos negros despertaba pasiones encualquier mujer. Christal olvidó la tristeza y empezó a corresponder a los besos apasionadosde su novio que muy pronto se convirtieron encaricias que terminaron por dejarla desnuda en la habitación de él. Él quería recuperar el tiempo perdido por causa de las mentiras de Celeste y demostrarle a Christal que no había otra mujer en el mundo que le gustase y amara más que a ella.