Los hombres de Dubian fotografiaron a David consumiendo drogas y en un estado lamentable. Ellos estaban en un lugar estratégico, sin que él se percatara de nada.
Se sorprendieron un poco al ver que la rubia del otro día llegó al lugar y caminó directo a la mesa donde se encontraba David en un estado de inconsciencia producto del alcohol, la rubia con la ayuda de un hombre del lugar subió a David al automóvil, los hombres de Dubian los siguieron hasta comprobar que la chica lo llevó al apartamento de él. Sin lugar a duda ese par no solo eran cómplices, también eran amantes.
Una vez recopilaron toda la información se la enviaron a Dubian, quien a su vez le pasó un reporte detallado a Demetrio sobre las nuevas aficiones de su sobrino David, que parecía ser toda una cajita de sorpresas.
Demetrio estaba en la casa muy ansioso por el resultado del auditor, necesitaba todas las pruebas posibles para meter a David a la cárcel por un buen tiempo.
-Amor te ves extraño. ¿Ocurre algo? _ le preguntó Helena a Demetrio _.
-Sí mi vida. No salgo de mi asombro. Los alcances de David y Celeste no tienen límites.-.
-¿Has descubierto algo nuevo?-
-Nada que no imaginara, pero no deja de sorprenderme-.
-Cuando David era novio de Christal me parecía un buen chico, nunca hubiera imaginado la clase de persona en la que se convirtió, quizás se dejó seducir por el dinero y las artimañas de Celeste.
-Amor mío, en ocasiones el poder nos ciega los ojos, actuamos sin darnos cuenta y terminamos dañando a las personas que amamos. Cuando entramos en razón muchas veces es demasiado tarde.
-David ¿es él culpable del atentado de Christal y la muerte de Anthony?-
-Sí mi amor. No solo de eso-.
-¡Santo Cielo! que clase de monstruo es David-.
-Un hombre que está totalmente manipulado por Celeste, estoy seguro que esa maldita mujer es el cerebro de todo esto. Es igual de calculadora que su padre. Lo peor es que no tengo prueba alguna en su contra-.
-¡Cielo no te apures! Ya verás que todo se va a solucionar. La verdad siempre sale a la luz -.
-Helena. Gracias por estar a mi lado. No sabes cuanto te amo. Tú eres la única mujer que he amado en mi vida -.
-¡Yo también te amo! Jamás podría amar a alguien tanto como a ti.
Demetrio y Helena se encontraban en ese momento en una casa de descanso que él tenía en las afueras de la ciudad, por lo tanto no tenían contacto con Christal ni Daniel.
Celeste por su parte amaneció por primera vez en el apartamento de David, tratando de evitar que este cometiera una locura, pues se encontraba totalmente confundido y no era consciente de sus actos.
Celeste optó por meterlo en contra de su voluntad a la ducha para que el agua fría calmase un poco su adrenalina que estaba al límite. Era evidente que David perdía el control de sí mismo cuando consumía drogas y lo peor es que ella no tenía la menor idea cual estaba usando ni quien se las suministraba. Si él no aprendía a controlarse un poco y seguía abusando de ellas muy pronto estaría trastornado o se iba a convertir en un psicópata.
Lentamente se desvanecía aquel hombre sensato de ambiciones grandes y excelentes ideas, con una chispa para los negocios capaz de persuadir a cualquiera con argumentos claros.
Cuando David despertó sentía un fuerte dolor de cabeza, una sed insaciable, sus labios resecos, le dolía todo el cuerpo y las manos le temblaban inconscientemente. Lo peor era que no se acordaba de absolutamente nada, su cabeza atravesaba una laguna mental producto del efecto de los alucinógenos y el abuso del alcohol que consumió el día anterior.
-¡MALDITO IMBÉCIL! Si quieres matarte pegate un tiro y termina con tu miserable vida de una vez por todas _ dijo Celeste muy enojada _.
-Celeste... Por favor dame un vaso con agua y no grites que no soporto este dolor de cabeza -.
-¡ERES UN IDIOTA! Estás a punto de conseguir todo lo que haz soñado y piensas echarlo a perder con tu maldito vicio. Si no eres capaz de controlarte es mejor que no consumas. No siempre voy a estar para ayudarte y créeme que estoy cansando de ser tu niñera. La próxima vez no voy a mover un solo dedo para ayudarte-.
-No te preocupes, no va a haber próxima vez. Yo no soy un adicto como Daniel, puedo dejar de consumir si quiero hacerlo -.
-De eso ya no estoy tan segura. Te aclaro para tu información que tu primo dejó de consumir hace mucho tiempo -.
-¡No me hables de ese maldito idiota!-
-Como quieras ya me voy. Te espero en la oficina en tres horas, supongo que no olvidaste que tienes una junta con Demetrio y los ejecutivos de la empresa. Ponte unos lentes tienes los ojos terroríficos-.
-¡Maldición la reunión!-
-Como tu asistente personal me voy a encargar de todo. Tu solo ponte guapo y ya-.
Como era de esperarse David llegó a la empresa un poco más tarde de lo acordado, con lentes oscuros y una resaca peor que las que solía tener Daniel. Camino por el pasillo de las oficinas, ante las miradas expectantes de los empleados quienes hablaban de las extrañas conductas del nuevo presidente de la empresa. Entró a la sala de juntas y se sorprendió al ver a Daniel sentado a un lado de su tío Demetrio, había muchos ejecutivos e incluso dos hombres que él desconocía, saludó y tomó asiento mientras abría el contenido de una carpeta por orden de Demetrio.