Tan Solo Una Noche

Un día esperado

Como era de suponer una vez David fue valorado por el médico y el psiquiatra, confirmaron que padecía de una terrible enfermedad mental que lo podía convertir en un peligroso psicópata asesino. 

Por lo tanto su condena debía ser pagada en un hospital para enfermos mentales, aislado en una habitación mientras recibía tratamiento médico, que le permitiese recobrar sus capacidades mentales parcialmente porque nunca volvería a ser como antes.

Los alucinógenos que David  estaba consumiendo afectaron en parte su cerebro y sufriría alucinaciones de por vida aún así el tratamiento surgiera efecto. David fue condenado a 25 años de prisión por los delitos de estafa, intento de homicidio, falsedad de  documentos y otros más. 

Demetrio por su parte movió todas sus influencias para que la condena de David fuese pagada en el mejor hospital mental de la ciudad, asegurándose que recibiera una excelente atención. Porque él aún tenía un fuerte sentimiento de culpa con el que debía cargar toda su vida, quizá David no era más que una marioneta del destino, la víctima de una mujer perversa como Celeste, que a pesar de su muerte seguía causándole daño a las personas que él más amaba. 

Christal y Daniel continuaban con los preparativos para la boda, que sin duda se convirtió en un evento social, aunque ellos trataron por todos los medios de manejarlo con un bajo perfil. 

Daniel Rodríguez era uno de los solteros más codiciados de la ciudad no solo por su dinero, sino por que era un hombre físicamente muy  atractivo y aparte tenía un pasado oscuro que lo involucra con el bajo mundo de las peleas clandestinas, sus excesos con relación al alcohol y las drogas, las innumerables veces que había sido detenido por irrespeto a la autoridad y delitos menores. Su excentricidad en su forma de vestir, la cantidad de tatuajes y piercing que llevaba en su cuerpo lo hacían un hombre muy llamativo imposible de pasar por desapercibido y más cuando él despertaba las bajas pasiones de incalculables mujeres.

Christal tampoco se quedaba atrás, los hombres quedaban atónitos frente a su ojos azules y su belleza angelical que sin duda debía ser el secreto que le permitió transformar un demonio en un ángel. Volver a Daniel al buen camino sin duda debió ser una tarea ardua porque antes que ella apareciera ninguna mujer había logrado robarle el corazón a el hijo descarriado de Demetrio Rodríguez. La belleza de Christal no se había comprometido por su embarazo y llevar en el vientre dos bebés, los futuros herederos del emporio Rodríguez era el triunfo por el que cualquier mujer mataría sin pensar. Aunque realmente Christal nunca lo planificó y fue el destino quien lo determinó,  al igual que el hecho de que se conociese con Daniel esa noche.

Demetrio y Helena también pensaban casarse pero no querían opacar la boda de los chicos, por lo tanto esperarían un poco más para realizar los preparativos de su propia boda, quizá cuando Ana y Fernando ya hubiesen nacido. 

Por el momento se dedicaron a vivir su amor a plenitud como no lo habían logrado hacer en todos estos años. Helena estaba feliz al lado del hombre que tanto amaba y el que sacrificó para  hacerse cargo de su sobrina. La vida le pagó cada lágrima que derramó y cada noche extrañó al amor de su vida. Ahora la felicidad le embarga cada momento de su existencia y no había nada que pudiese empañar tanta dicha.

El día  tan esperado de la boda llegó, por las escaleras de la casa de Demetrio Rodríguez bajaba un princesa de cabello negro y ojos azules como el mar, con un  vestido blanco hermoso. Sin duda una novia incomparable en su belleza y felicidad con la que vivía cada segundo de ese día que sería inolvidable en su vida.

-Christal mi niña. Estas realmente preciosa, pareces una princesa de un cuento. _ fijo Helena con lágrimas en sus ojos _.

-¡Gracias tía! No es para tanto. En verdad me sonrojas-.

-Mi niña, eres hermosa-.

-Tía ¿Sabes algo de Daniel?.

-No te preocupes mi amor. Demetrio está con él. Me avisó que en ese momento partieron rumbo a la iglesia. Deben estar por llegar.

-Tengo muchos nervios, tú sabes como es Daniel-.

-No te va dejar plantada si es lo que piensas, él te ama en verdad y así quisiese hacerlo Demetrio lo va a impedir-.

-¡Tía eso suena horrible!-

-Es broma. Bueno es mejor que nos vayamos, el chofer nos esta esperando, debemos darnos prisa o vamos hacer nosotras quienes lleguemos tarde a la iglesia-.

Ambas subieron a la limosina que las estaba esperando, partieron con dirección a la iglesia donde se celebraría la boda. Lugar donde Daniel estaba hecho un mar de nervios a pesar que su padre Demetrio trataba de calmarlo. 

-Hijo. Tienes que calmarte, si continúas así no vas a llegar a casarte. ¡Te va a dar un infarto!-

-Padre. He esperado este momento por tanto tiempo que ahora que está a punto de realizarse, tengo unos nervios impresionantes. No puedo evitar sentir miedo, Christal es una mujer tan buena y no se si la merezca-.

-Tampoco creo que la merezcas pero lleva en su vientre dos criaturas que son mis nietos, mis herederos legítimos. Justa razón para que la  hagas muy feliz, mira que aguantarte a ti no es fácil. ¡Dios mío! Esa chica se va a ganar el cielo-.

- Padre tus palabras no me son de gran ayuda-.




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