Christal bajó de la limusina y enseguida fue recibida por Demetrio quien se encargaría de llevarla al altar, ante la ausencia del padre de ella que murió cuando ella aún era una niña. Demetrio no pudo contener una lágrima al verla, ella sin duda se había convertido en la hija que él nunca tuvo pero siempre quiso tener, él admiraba la nobleza y el carácter que Christal poseía.
Demetrio le dió un abrazo y un beso en la mejilla, muy emocionado al verla tan hermosa, tan feliz de convertirse en la esposa de Daniel.
La música de bienvenida empezó a sonar, Daniel estaba ahí en medio de la iglesia bastante pálido y muy ansioso, con sus manos temblorosas y la frente sudorosa; mientras los espectadores admiraban la belleza de la novia.
Demetrio llevaba al altar a Christal con impresionante orgullo y satisfacción como si se tratara de su propia hija. Al acercarse a su hijo le miró a los ojos con mucho cariño.
-Daniel… hoy te entregó a Christal que se ha convertido en casi una hija para mí. Espero que sepas valorarla, amarla y respetarla. Por qué se que ella es única-.
-Ten por seguro que lo voy hacer hasta el último día de mi existencia-.
Christal le devolvió una sonrisa a Daniel, quien se encontraba muy nervioso. Sus manos le sudaban, la palidez de su rostro dejaba al descubierto que aquel hombre rudo no era más que una coraza que mostraba, para proteger su corazón pero en realidad era muy sensible y débil como cualquier otro ser humano. Christal por el contrario parecía muy frágil era una chica muy calmada y no se le veía nerviosa, la serenidad era una cualidad que la caracterizaba a pesar de cualquier situación que ella afronta en su vida. Demetrio recibió una llamada en la cual le comunicaban que su sobrino David había escapado, al parecer estaba un poco más cuerdo de lo que los profesionales lo habían diagnosticado. La policía estaba sobre aviso y lo buscaban por toda la ciudad sin obtener ningún resultado. Era como si la misma tierra se lo hubiese tragado en el momento que huyó de la clínica, después de haber asesinado a un médico y un guardia de seguridad. Estaba totalmente desquiciado y lo más probable era que intentara hacer algo para impedir la boda.
La policía tenía acordonado el lugar pero no era un secreto que para un psicópata todo es posible porque el miedo es lo único que no tiene en la cabeza.
Demetrio salió de la iglesia sin levantar sospechas y realizó un sin número de llamadas, incluyendo a su amigo Dubian quien se sorprendió muchísimo con lo acontecido y le prometió encargarse de la seguridad.
Era evidente que Christal, Daniel y toda la familia corría peligro mientras David estuviese prófugo. Por lo tanto la seguridad se extreman al máximo sin levantar sospecha alguna para no generar caos en los invitados, ni opacar la felicidad de los recién casados quienes desconocían lo ocurrido.
La boda transcurrió sin ningún percance, Daniel y Christal unieron sus vidas en un compromiso de amor eterno. Un sí acepto selló su historia de amor más allá de tan solo una noche.
Salieron de la iglesia entre pétalos de rosa, aplausos, sonrisas y felicitaciones. Desconociendo que el peligro los acechaba, lo que fuese a pasar era incierto, David observaba a la distancia como los novios se despedían y subían a un automóvil adecuado especialmente para la ocasión.
-Perdí una batalla pero no la guerra. Prefiero verte muerta que con ese imbécil, juro que me la van a pagar. Demetrio Rodríguez te voy hacer sufrir en carne propia todo lo que yo he vivido por tu culpa desde que ocasionaste la muerte de Celeste ¡Pensaron que me iban a destruir pero no será tan fácil! _ pensó David en voz alta, mientras fumaba un cigarrillo ansiosamente _.
Llegó la noche y en el banquete de bodas, Daniel aún se veía nervioso al igual que su padre Demetrio y la tía de Helena que ya tenían conocimiento de lo que estaba ocurriendo con David. Un mal presagio empañar su felicidad, Christal ignoraba por completo que David estaba prófugo de la justicia pero le parecía muy extraña la actitud de ellos.
El banquete se realizó en el jardín de la casa de Demetrio, la noche estaba hermosa, la luna llena y una incalculable cantidad de estrellas iluminaban el firmamento. La decoración de las mesas mostraba elegancia y sobriedad. Mientras el banquete era un verdadero manjar de dioses que los invitados degustaron con agrado.
Llegó el momento de brindar por los novios y Christal le pidió a Demetrio que se hiciera cargo de hacerlo porque Daniel se veía un poco diferente, a pesar de que era la primera noche de casados él no tenía la felicidad que ella pensó que él iba asentir.
Demetrio llamó la atención de los invitados alzando su copa en símbolo de brindis.
-Queridos amigos, quiero invitarlos a alzar sus copas y brindar por esta pareja que a pesar de las circunstancias lograron vencer todos los obstáculos que la vida les a colocó en el camino. Me siento orgulloso de mi hijo, puedo decirles que hoy es uno de los días más felices de mi vida. Todos los invitados alzaron sus copas, pero en medio del brindis un mesero que estaba muy cerca de la pareja, sacó un arma apuntando hacia ellos ante el asombro de todos las personas.
-Siento decirles que les voy a empañar su felicidad. Tío, olvidaste que les faltó vencer un último obstáculo _ dijo David apuntando con el arma a la novia _.
Christal estaba conmocionada, apunto de entrar en shock. Daniel se interpuso entre ellos protegiéndola con su cuerpo y Demetrio que estaba cerca de Daniel le habló a David.