Tan solo yo: tal vez no sea el momento

Capitulo 6: Dramas...

EMILIA

Al llegar a casa lo único que hice fue acostarme para pensar, después almorcé y ahorita de nuevo estoy acostada, vagando entre pensamientos. Hasta que un sonido me saca de mis pensamientos, es mi celular.

-- Hola, lo lamento tuve que hablar con alguien y se me fue el tiempo.

Es Alessandro, ya con todo eso no me detuve a pensar porque me dejó plantada.

-- Hello, tranquilo, no pasa nada. 

-- ¿Cómo está? - me estoy debatiendo entre decirle todo o no, pero sinceramente no creo conocerlo tanto como para eso, aunque si no lo hago yo, lo hará alguien más.

-- Mm bien ¿& usted? 

-- Usted suena cada vez más convencida de eso - no puedo negar que me saco una sonrisa el recordar la conversación del otro día. 

-- Okey, no tan bien.

-- ¿Quiere contarme? 

-- Es una larga historia.

-- Existen los mensajes, los audios y las llamadas, así que dígame ¿Cuál prefiere? 

-- Su curiosidad llega a picar tango como para seguir preguntando.

-- Podríamos hablar por llamada, claro si usted quiere. 

Nunca hemos hablado por llamada, pero la verdad me quiero distraer y contarle no estaría mal. 

-- Entonces ¿Llama usted o llamo yo? - y sin más tengo una llamada entrante de él, que rápido fue...

-- Creo que deberia de decirle todo lo que piensa y siente, eso no está de más.

-- Y yo creo que usted no debería sentirse mal por haber roto con ella, su tal amiga Karol, es un fastidio por haber intervenido así - escucho como se ríe y es un tanto contagioso.

-- Usted es una persona de las más sinceras en este planeta - me rio, eso es verdad y vaya que aveces meto la pata por eso - usted es única - eso último me dejó helada y creo que a él se le escapó porque lo oigo aclararse la garganta, como si estuviese nervioso.

-- Es lo que pienso y creo que usted también - no voy a hablar sobre lo último que dijo, es algo sin importancia, supongo - gracias, me cayo bien hablar con alguien.

-- Okey, luego hablamos y gracias a usted por escuchar mi día. 

-- Bien, adiós.

Cortó la llamada y me doy cuenta que hable con el casi 2 horas, fue mucho tiempo, aunque lo agradezco porque me distrajo y me hizo reír con varias cosas de las que hablamos.

 

Anoche me quedé pensando en que haría y por supuesto que voy a hablar con Evan, no soy alguien que se queda callada y hoy no sería la primera vez.

Estoy dirigiendome hacía dónde normalmente él se hace con sus amigas y solo puedo pensar en que decir exactamente.

-- Vienes a hablar con él - Esa voz ya es muy conocida para mí, tanto que me da algo de fastidio.

-- Si, permiso - digo con la intención de seguir mi camino pero me detiene su voz.

-- Mira, se que pensarás en terminarle y eso no va a pasar - ahora sí está loca 

-- ¿Disculpa? - volteo de golpe mirándola a la cara, me atemoriza un poco su postura, pero no me voy a dejar de ella - ¿Y tú eres...?

-- Amiga de Evan y por ahora vas a ir allá y a sentarte a su lado porque tú fuiste quien en un principio lo acepto, ahora no vengas con tus dramas.

-- No, no vengas tu con los tuyos, yo puedo terminar si quiero con él, porque eso lo decido yo y... - iba a seguir pero me corta de golpe con sus palabras.

-- Shhh - coloca su dedo índice en su boca en señal de silencio - si te digo que no lo hagas hoy es porque te estoy haciendo un favor, tuvo un mal día ayer y tú con tus tonterías lo empeoraste, ahora ve y deja la tonteria, si quieres terminarle, bien, hazlo, pero yo que tú, no lo haría hoy. O pregúntale a Brenda porque estaba tan rara el día que él te mando a llamar con ella. Te veo por allá - dice señalando dónde está Evan supongo.

Y sin más da la vuelta y se va, es cierto que Brenda estaba rara el otro día, pero por ahora me quedaré callada y averiguaré que fue lo que pasó.

-- Hola - digo al llegar a dónde está Evan y sus amigos.

-- Hola princesa - contesta un Evan muy sonriente, acaso es bipolar - siéntate. - dice palmeando a su lado el piso donde está sentado y sin más, me siento ahí, ahorita no quiero discutir.

-- Si quieres me adelantó al salón, tranquilo - digo mientras recojo mi maleta, estuve todo el descanso con él y sus amigos y fue uno de los descansos más feos que he soportado, la verdad quiero irme de aquí ya y sus amigos quieren hablar con él a solas, lo cual me sirve de excusa para irme.

-- ¿Que te sucede? Pensé que estábamos bien y mira con lo que sales - yo solo puedo enarcar las cejas en señal de confución.

-- Yo solo digo que puedo ir yendo al salón, tus amigos quieren hablar contigo y pues no veo la necesidad de quedarme acá parada, habla con ellos y luego te veo - digo intentando parecer calmada no quiero una gran pelea aquí.

-- ¡No! - de repente grita como si estuviese enojado - espérame aquí o ¿Acaso quieres ir a donde alguien más? Porque si es por eso, vete ya.

-- Ve, te están llamando, te espero aquí.

Sin más va hacia donde sus amigos, no sin antes dedicarme una mirada de advertencia, lleva como 8 minutos hablando con sus amigos y la verdad si se demora un segundo más me voy al salón, ya muchos entraron a sus salones y yo voy tarde, justo me toca español y la profesora siempre cierra el salón apenas llega. No me voy a quedar esperando una reprimenda por llegar tarde, así que volteo para mirar a Evan quien está muy concentrado hablando, apesar que vamos para el mismo salón, no parece importarle nunca nada. 

Me dirijo a mi salón y agradezco al cielo llegar a tiempo, un segundo más y la profesora cierra la puerta y la verdad no quiero bajar mis calificaciones, ya tengo suficiente con Evan.



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En el texto hay: adolescentes, romance adolescente

Editado: 11.01.2021

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