Los chicos continuaron con su escape de Daimon, quien comenzó a cantar y a perseguirlos. Ya no eran simples intrusos en la ciudad: ahora eran posibles amenazas para su amada.
Una vez que el canto dejó de escucharse, los chicos se sintieron aliviados y se refugiaron en una casa abandonada.
—Ya estamos a salvo... —dijo Caspian con un poco de preocupación. No por él, sino por Maelys.
—Sí... —respondió Jack mientras se alejaba un poco del grupo para empezar a usar las piezas de Tanmis que había recolectado antes.
María continuaba revisando a Maelys. Nikola, por su parte, miraba desde las ventanas, atento a si la amenaza regresaba.
—¿Qué te pasa, Nikola? —preguntó Caspian mientras mantenía la mirada en Maelys.
Nikola volteó a ver a Caspian.
—Todo bien —respondió, y volvió a mirar por la ventana.
Caspian se levantó y se acercó a él.
—No está todo bien. ¿Qué te preocupa?
Nikola no le prestó mucha atención, pero igual respondió:
—Todo bien, Caspian.
Allí entendió Caspian que su líder realmente estaba mal. No sabía exactamente por qué, pero decidió dejarlo solo.
—No deberías dejarlo solo —dijo María mientras atendía las heridas de Maelys—. Se siente realmente mal.
—¿Y tú cómo sabes eso, María? Justo convenientemente sabes qué deben hacer las personas. ¿Qué eres? ¿Una adivina profesional?
—Hay cosas que ni yo comprendo, pero sé que Nikola necesita a alguien ahora. Ni Jack ni yo somos muy cercanos a él. Maelys, por más que lo fuera, está mal. Y Zoe... bueno, ni siquiera sabemos qué fue de ella.
Caspian suspiró con una sonrisa.
—Pues... —dijo mientras se acercaba a Nikola y se apoyaba en la pared, al costado de la ventana—. Hablemos, Nikola.
Nikola lo miró y respondió con una sonrisa:
—Jajaja, solo me pregunto por qué soy el líder. Tú eres el mayor de todos y el más fuerte, por lo que veo. O Maelys podría ser la líder.
—¿Maelys, la líder? ¿Después de ser herida por ese sujeto?
—¿Por qué hablas así de ella? Creí que había algo entre ustedes.
—No me malinterpretes. Es genial y todo, pero tiene un temperamento fuerte. Yo prefiero una chica tranquila. Igual, hay que aceptar que no sería buena líder —respondió entre risas.
Nikola soltó una carcajada.
—¿Ves, Nikola? Tú tampoco te lo crees.
—Jeje, un poco. ¿Y tú?
—¿Yo? ¿Realmente crees que yo? Mira, lo primero que dije al presentarme fue que no estaba interesado y que prefiero un ligue.
—Jajajajaja —Nikola soltó una carcajada fuerte.
—Y no creo que ni Zoe ni María... son mujeres y, bueno... quitando eso, Zoe no la veo como líder y a María menos. Ni hablemos de Jack, que está por su lado ahorita.
—Sí —dijo Nikola con un pequeño suspiro.
—Tú eres el más estable entre todos. Aunque parezca que no haces ruido, eres el que une todo. Aunque no lo parezca.
—Sí —repitió Nikola.
Caspian dio la vuelta y volvió con el grupo, no sin antes poner su mano en el hombro de Nikola.
—Tú tranquilo. Entre hombres nos apoyamos.
Y se fue a donde estaba Maelys.
Nikola se quedó pensando un rato y luego salió corriendo de la casa.
—¿Ahora qué hace? —preguntó Jack mientras trabajaba.
—Creo que huye —respondió María.
—Yo creo que está haciendo algo que quería hacer —replicó Caspian.
MIENTRAS TANTO, CON ZOE
Zoe, una vez que Daimon se fue del lugar donde la torturó, salió en busca de su equipo. Ya afuera, comenzó a correr.
Estando sola, pudo pensar un poco para sí misma, tratando de recordar algo. Se sumergió en sus recuerdos.
—¿Qué quiere ese imbécil? ¿No sabe que lo puedo matar? —pensó.
—Creo que me debes una, humano estúpido
—Me llamo Zoe. ¿Y tú?
—Bueno, Nikola... creo que estaremos juntos un buen rato.
—Estaremos juntos mucho tiempo... ¿no?
"Gracias por la ayuda, Nikola... pero olvida todo lo que te dije. Te dejo mi arma. Sí, sé cómo defenderme. Hasta nunca, estorbo. –Zoe A."
—Puedo explicarlo...
Zoe dejó de recordar.
—¿Por qué solo recuerdo lo que me pasó con Nikola...? No, no, no... no puede ser lo único que recuerde.
Siguió en su búsqueda hasta que vio, a lo lejos, una casa de madera. Desde allí observó a Maelys conversando despectivamente con Daimon... hasta que finalmente la apuñaló en el vientre.
Zoe estaba por ir a socorrerla, pero escuchó a Maelys gritar el nombre de Caspian. Él salió para protegerla, y más tarde se fue con Maelys en brazos.
Zoe intentó seguirlos, pero los perdió de vista. Continuó la búsqueda del grupo, aunque pronto comenzó a escuchar el canto de Daimon. Tomó otro camino, sabiendo que él era muy inestable.
Daimon salió de la casa de madera y comenzó a buscar a sus víctimas. Una vez sintió que se fue, Zoe siguió corriendo hasta que decidió descansar en una casa abandonada.
Allí trató de recordar algo más, pero no logró nada. Pasado un rato, salió nuevamente a buscar a su grupo.
Corrió a donde creía que podrían estar, intentando sumergirse en sus recuerdos. Pensaba en su creación, en los nombres de las otras cápsulas, en cómo llegó a la ciudad de Nikola...
Pero todo se vio interrumpido cuando chocó con Nikola, quien también estaba en sus pensamientos mientras la buscaba.
—¡Zoe! —dijo Nikola, feliz.
—Nikola... —dijo Zoe, un poco preocupada.
—Zoe, qué bueno que estés bien —dijo, mientras se levantaba y le extendía la mano para ayudarla a incorporarse.
Zoe, al ver su mano protésica, decidió no tomarla. Se levantó por sí misma.
—¿Qué pasa, Zoe? —preguntó Nikola, sonriendo para animarla.
Zoe permaneció en silencio.
—Vamos, Zoe. A reunirnos con el grupo.
—Sí... —murmuró ella, apartando la mirada.
Ambos se dirigieron a donde creían que estaba el grupo. Nikola intentó hablar durante el camino, pero Zoe no respondió. Aun así, se notaba que se preocupaba por él.
Cuando llegaron, todo estaba vacío, a excepción de Caspian, quien yacía en el suelo con cortes en el cuerpo.