T.A.N.M.I.

CAPÍTULO XII

Nikola caminó directamente hacia las afueras de la ciudad, en dirección a la siguiente y posible urbe.
Los demás jóvenes no dudaron en seguirlo.

Dante, que marchaba al final del grupo, comentó:
—¿Qué le pasó a Nikola para que esté así? Si cuando iniciamos la misión, era energético.

—Cosas que no entenderías, Dante —le respondió Caspian—. El muchacho estuvo mal por creer que perdería a Zoe, y luego...

—¿A ti? Creí que caíste mal desde el principio al grupo.

Caspian, sin voltear a verlo, continuó:
—Sí pues... las cosas cambiaron. Las chicas necesitan a un hombre fuerte ahora. Porque ya sabes... son... mujeres.

—Veo que sigues igual, Caspian.

—Ja... soy como el cielo, Dante. Tengo mis momentos buenos y malos. Y ahora —miró al cielo despejado, teñido de naranja—, estoy bien.

Siguieron caminando tras Nikola hasta que se detuvieron, justo antes de salir completamente de la ciudad.
Nikola volteó a ver a su equipo y dijo:

—Chicos.

Miró a cada uno de ellos en silencio, luego continuó:
—Primero, tenemos que prepararnos para lo que vendrá. Ya nos enfrentamos a Tanmis en la ciudad de Darek, y luego a un solo hombre... y casi no la contamos.

El grupo quedó en silencio.
Maelys seguía recuperándose y estaba al lado de Zoe, escuchando.
Jack y María estaban más adelante, cerca de Nikola.
Dante y Caspian cerraban la marcha, en la retaguardia.

Los únicos preocupados por la nueva actitud de Nikola eran Dante, Caspian, María y Zoe. Cada uno a su manera.

Nikola continuó:
—Y ahora... no sabemos qué nos espera más allá de aquí —dijo, mientras observaba el horizonte.

Caspian y Dante, al ser los mayores, comprendieron el trasfondo de sus palabras.

María levantó la mano para pedir la palabra, y Nikola se la concedió.

—Disculpa, Nikola... ¿Podría abstenerme de pelear?

Nikola, al verla como una niña indefensa de quince años, aceptó su petición.

Jack también levantó la mano.
—¿Puedo abstenerme yo también?

Maelys, al oírlo, se acercó para reprenderlo, pero Caspian la detuvo con una mano sobre su hombro.
Ella se contuvo.

—Veo que ya no es la mujer independiente que aparentaba ser —dijo Dante a Caspian.

—Al parecer, sí —respondió este.

Nikola también accedió a la petición de Jack.

Antes de seguir, preguntó:
—¿Alguien más quiere abstenerse?

Nadie respondió.

—Perfecto. Ahora formen parejas y prepárense para lo que vendrá más adelante.

Luego de eso, hizo una señal para que Jack y María se acercaran a él.
Una vez apartados unos metros del resto, les dijo:

—Bueno chicos, aquí estarán más tranquilos.

Cuando ya se marchaba para reunirse con los demás, María lo detuvo:

—Nikola... —dijo con suavidad—. No deberías ocultar tu dolor tras esa actitud fría.

Nikola se detuvo un momento.
—No estoy ocultando nada, María. Solo me estoy adaptando a esta nueva vida... que no vi venir desde el principio.

Y se fue hacia donde estaban los demás.

Dante y Maelys entrenaban. Caspian peleaba contra Zoe.
Dante buscaba que Maelys elevara su nivel físico y se adaptara mejor.
Caspian sabía que entre Maelys y Zoe, ahora Zoe era la más fuerte, por eso la eligió como oponente.

Nikola observaba los combates. Vio cómo Caspian derrotó a Zoe en una pelea a puño limpio.
Dante también derrotó a Maelys, aunque salió herido por los cortes de la katana de ella.

Luego, Caspian y Dante se enfrentaron.

—Qué pena, Dante. Tienes seis heridas de corte... y yo no puedo cortarte, ¿o sí?

—Yo no necesito necesariamente cortes —respondió Dante.

El combate empezó. Caspian golpeó una y otra vez, mientras Dante apenas lograba esquivarlo.
Cuando Caspian le dio el séptimo golpe, Dante empezó a contraatacar.
Falló el primero, el segundo, hasta el sexto.
Pero cuando lanzó el séptimo, lo alcanzó directamente en el pecho.
Caspian sintió un fuerte dolor.

Volvió a golpearlo siete veces más, y Dante —herido— respondió con otros siete golpes certeros al pecho.
Ambos cayeron exhaustos al suelo.

Nikola observó la escena y dijo:
—Bueno, chicas... ¿quién quiere pelear conmigo?

Zoe iba a dar un paso, pero se detuvo.
Maelys se adelantó.

—Aún tenemos que decidir quién será el líder, Nikola. Y en estos momentos, no estás listo para eso.

—Eres mujer... eso ya te quita méritos para ser la líder —dijo Nikola, forzando un tono burlón similar al de Caspian.

Caspian, desde el suelo, comprendió lo que intentaba hacer.
"No Nikola... tú no recurras a eso", pensó.

Maelys lo apuntó con su katana mientras ambos se rodeaban formando un círculo.

—No creo que alguien como tú tenga el derecho de decirme eso.

Corrió hacia él.
Nikola bloqueó el primer ataque con su brazo protésico, aunque casi es cortado.
Retrocedió e intentó transformarlo en una espada de plasma, pero el mecanismo estaba dañado.
Maelys volvió a lanzarse; Nikola apenas logró esquivarla.

El enfrentamiento continuó hasta que Nikola, al límite, casi fue herido...
pero Zoe se interpuso, recibiendo el ataque en lugar de su líder.

Nikola, detrás de ella, le puso una mano en el hombro para apartarla, pero Zoe no se movió.

Entonces Maelys soltó una frase provocadora:
—Ya veo que sí son algo, Zoe. Si no, no hay explicación para que lo protejas cada vez que lo ves vulnerable.

Zoe se incomodó y la empujó un metro atrás.

—Ya les dije a ti y a Caspian que Nikola y yo no somos nada.

Nikola, mirando al suelo, retrocedió unos pasos.

—Si no somos nada... peleemos los dos.

Zoe quedó desconcertada.

—Nikola, no me refería a eso... —se quedó callada.

—Zoe Alva... pelea contra mí. Quiero medir nuestra fuerza —dijo Nikola sin levantar el rostro.



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En el texto hay: distopia, robots y humanos, reclutamiento

Editado: 02.09.2025

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