Tarde, siempre es tarde

CON UN POCO DE VALENTÍA EN EL CORAZÓN

Uno nunca se imagina que al emprender un viaje te puedan suceder cosas malas, uno lo piensa porque esa es la naturaleza del humano, predestinarse a que podría pasarle algo para que al final tenga la opción de acobardarse y nunca, escúchalo bien, nunca animarse a salir de la zona conocida.

Así que uno nunca se imagina que esas predisposiciones al pesimismo de las acciones futuras se vuelvan reales y terminemos en el peor de los escenarios. El más horrible, de hecho, pero no podemos hacer nada porque después de todo estamos en esto llamado: salir de la zona de confort y yo, yo solo quiero pasar una tarde tranquila y seguir viva para cuando la noche llegue.

Me pregunto si hoy lo lograré.




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