Sospechoso uno; Bean
Laura en los pensamientos de Bean.
He conocido a muchas personas a lo largo de los años y en todos mis años de vida estos no me traicionaran al decir que Laura ha sido una excepción e injusticia en la vida. Ella ha sido la diferencia de todo lo que he conocido y lo he escuchado en conversaciones que no me incumbían.
Todo el que la conocía caía rendido ante ella y lo entiendo, ella es… era todo lo que un alma pura debía de ser. Lo recuerdo perfectamente, recuerdo el día exacto en que llegó, tenía su mirada perdida y desbordaba curiosas aquellos enormes ojos que poseía en esa cara semi redonda y de mejillas enormes era sin duda un aire nuevo en esta antigua casa y lo supe en el instante en que desde a lo lejos mientras leía el diario de ese día que su llegada traería muchos cambios a la dinámica de este lugar.
No es pretensión, pero supe que ella sería el motivo de cambios y para sorpresa mía y de todos los que la rodeaban fue justo de esa manera.
Todo inicia con un 10 de Julio.
Laura era morena, no era de por aquí siempre tuvo la piel bronceada y eso lo envidiaba porque las miradas siempre las captaba y yo hace mucho que no captaba una mirada como lo hacía ella. Esa era la ventaja de ser joven y hermosa.
No seré hipócrita y diré que hablé con ella desde el instante uno, porque ella no lo hizo, ella fue precavida y muy distante hasta que unos días después de su arribo mostró por primera vez su sonrisa, la verdadera sonrisa de Laura y entonces entendí porque ella había sido aceptada para trabajar en este hostal para viajeros intrépidos.
Ella no dominaba el idioma y su inglés era cuestionable, pero esa hermosa sonrisa que iluminaba su cara me decía que no necesitaba de más para sobrevivir. Puede que sea una cualidad o un defecto, pero ella era terriblemente terca y lo pude percibir desde la lejanía pues saludaba a todo aquel con él que se encontraba, hablaba un inglés atropellado y cuando ella creía que nadie la miraba la escuchaba se le escuchaba maldecir para sus adentros por su torpeza y el errar de muchas de sus acciones, pero aun así no necesitó de mucho para superar a sus compañeras porque así como su llegada fue sorpresiva, fue sorpresivo para todos los que dormían ahí la capacidad que tenía para aprender de manera tan rápida la forma de trabajo y el ritmo.
A mí me sorprendió.
Como dije, ella logró con rapidez avanzar y su inglés le seguía el paso. A veces me sorprendía el hecho de como un alma tan joven y llena de vida podía ser tímida; a mi parecer era una combinación extraña porque cuando la confianza se entablaba dejaba de ser ese individuo tímido e introvertido. Eso sin duda siempre me cautivó y llenó de envidia porque no había forma de que estuviera fingiendo por encajar.
Tampoco diré mentiras diciendo que, aunque pasaban las semanas ya teníamos una amistad, por el contrario, a penas y hablábamos, ciertas cosas me preguntaba y yo respondía, me saludaba y siempre me sonreía, pero nada más allá de eso. Yo al final vivía mi vida de ahí lo más tranquilo y embriagador posible.
Sin embargo, siempre había algo que me sorprendía de ella, bajaba al comer y ella estaba ahí, a veces con la mirada perdida otras tantas platicando con alguien más, pero lo que más me gustaba cuando bajaba las escaleras al lobby para salir a mi paseo de la tarde la encontraba cantando a veces fuerte y a veces casi inaudible, pero siempre cantando; y sí, ahí había otra cosa que envidiarle porque yo no contenía el don de cantar y sonar bien.
No eran canciones en inglés, por el contario eran en español y a pasar de desafinar lo hacía tan bien que por momentos quería saber que decía y quería encontrar la manera de yo poder hacerlo así de bien.
Así que como dije, ella nos había cautivado a todos y no había manera de sacarnos la de la cabeza.
Meses después...
Era la primera vez que miraba a un voluntario quedarse tanto tiempo, ya tenía un vínculo amistoso con Laura en ese entonces, pero hubo algo que me dijo que debía tomar mis precauciones. Si bien, ella no mentía al respecto sobre sí, algo me decir que estaba ocultando una parte de sí misma.
Para que puedas entenderme, todo se resume a una noche donde todos los huéspedes se encontraban en la sala común, fin de semana y noche en donde muchos no salían y otros regresaban y unían a la reunión donde había alcohol.
Ahí se encontraba ella en medio de un par de chicos, otro grupo la frente a ella la observaba, pero ella no se percataba y si lo hacía sabía ocultarlo bastante bien, platicaba, reía y bebía se miraba tan relajada y convencida de sí misma que de nuevo la envía me inundaba el cuerpo por su magnetismo hacía que toda la atención estuviera sobre ella. En un momento pude en medio de mi borrachera notar como había una mirada en específico que no la dejaba de seguir, no hice escándalo, pero me aseguraría de saber a qué se debía eso.
En algún punto todos estábamos borrachos y Laura reía y sonreía más que nunca y yo estaba que me caía de mi peso, mirando, riendo y cambiando de idioma como se me podía. Ese el punto clave para trascender la velada y con un poco de marihuana todos podían seguir el ritmo de mis pensamientos. Laura por el contrario no lo intentaba, pero sí que seguía alegre, tan alegre que de un momento a otro las personas presentes pidieron que cantaran, y sí, ahí estaba su versión tímida saliendo a la luz antes de asentir y pidiendo el celular que tenía la música y puso en el reproductor alguna pieza que no era capaz de reconocer, pero que la hacía entrar en su papel y cantar con seriedad mientras las palabras en modo de melodía saliendo de su boca hipnotizando a todos.
Hipnotizándome a mí.
Ahí todos fuimos de ella y ella en un punto en específico fue él, solo por un segundo ante de quitar su atención de él y dándosela a otros para lo que yo supongo no levantar sospechas.
#3776 en Joven Adulto
#4881 en Thriller
#2541 en Misterio
viajes aventura amor, asesinato crimen misterio suspenso, secreto misterio amor recuerdos diario
Editado: 31.01.2025