Capítulo II

"You're slurring all your words not making any sense"

Siempre me han dicho que un nuevo día trae nuevas intenciones, o nuevos aprendizajes, pues la verdad es que esa apreciación me acompañó desde bien temprano, y, en realidad, pensé que podría ser así, incluso con Flinn. Como era un nuevo día, podríamos hablar con mayor detenimiento acerca de lo ocurrido ayer en la tarde.

Lastimosamente, no estaba en sus planes dirigirme la palabra.

Ese día, cuando llegué a la universidad, me encontré con Laia y Mandy, que estaban sentadas en las bancas en la plazoleta afuera de nuestra facultad. Las chicas estaban conversando, y cuando me vieron, me hicieron señas para que me acercara. Mandy había adoptado una nueva mascota, "su hija Lola", una perrita negra.

—Tiene seis meses —dijo Mandy toda orgullosa—. Soy madre de una pequeña bebé.

—Pandora —me llamó Laia—, ahí viene tu novio.

Cuando me volteé a verlo, me di cuenta de que no venía solo, venía con T, quien se notó extremadamente nervioso al pasar junto a Mandy, siendo que hacía rato que ellos habían cortado, lo que sea que tuvieron; sin embargo, mi atención se centró solamente en mi novio, pero él pasó como si no me hubiera visto, o bien, como si yo no existiera.

Ante aquel desaire, Laia y Mandy me miraron como si esperaran una respuesta al respecto. Yo no dije nada, solo suspiré pesadamente y pasé mi mano por mi cabello. Al ver que no decía nada, Mandy fue la que rompió el silencio y dijo:

—¿Sigues de novia con ese tipo?

Yo la observé con vacilación, la verdad es que ella sí sabía la respuesta, y esa pregunta solo era el motivo que necesitaba para que ella pudiera darme su opinión. No es que no quiera escucharla, es solo que el saber que estaba cometiendo un error, y que no era lo suficientemente valiente como para hacerle frente a la situación, incluso si era lo mejor para mí.

—Sí —le dije al final.

—¿Y qué estás esperando para terminarle? —preguntó una sorprendida Laia, aunque, más bien, sonó ofendida—. Pandora, te acaba de ignorar, como si te tratases de cualquier persona.

—Sabemos muy bien que ayer te fuiste con él, que te habló de muy mala manera, y ahora el hijo de puta te ignora —agregó Mandy.

—Estamos peleados —afirmé.

—¿Esa es razón suficiente como para que te ignore? —cuestionó Mandy—. No lo considero correcto, no tienes que aguantar que un patán te trate así. No eres basura, no mereces ese trato, Pandora, por favor.

—Yo lo sé —exclamé algo frustrada y presioné mi rostro con ambas manos—. Sé que es lo mejor que puedo hacer en este momento, y que será muy bueno para ambos...

—Sobre todo para ti —aseguró Laia.

—Sí, sí —dije al momento en que descubrí mi rostro—, es solo que no puedo evitar sentir que estoy huyendo.

—Es lo que tienes que hacer, huir de esa relación —aclaró Mandy—. Pandora, no puedes seguir con alguien que no te da la estabilidad que necesitas.

—Y con alguien al que ya no quieres de la misma manera —añadió Laia.

Ante mi reserva, las chicas entendieron que no quería hablar más del tema. Laia señaló que Caitlyn venía llegando en compañía de Almendra. Hicimos señas para que se acercaran. Mandy se puso de pie y me tomó del brazo. De manera silenciosa, me dio su afecto y apoyo como solo ella podía hacerlo.

★★★

Esta primera semana estaría algo "tranquila" para todos los miembros de UH, y es que por petición de Valentine decidimos no reunirnos, debido a que es el inicio de las clases, se haría un registro de las facultades y, por supuesto, cualquier tipo de reunión que no estuviese previamente contemplada en las actas de la universidad, sería considerada sospechosa.

No podíamos correr ese riesgo, así que era mejor hacer de nuestra vida universitaria como supuestamente debía ser: clases y quejas, de eso estamos hechos los universitarios; ni hablar de las ganas de vivir, incluso si son las primeras semanas.

La señorita Roxas, profesora de Literatura Española, nos presentó su programa haciendo énfasis en la importancia de "El grandioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha". Tomaba apuntes de sus impresiones, incluso si todavía no correspondía esa lectura, me quería quedar con lo que ella estaba diciendo: grandes personajes, filosofía, burla a las creaciones literarias...

... hasta que un mensaje interrumpió mi concentración. No tenía intención de abrir el mensaje, pensé que podría ser algo poco importante, hasta que volvió a vibrar. Vi de quien se trataba, y un sentimiento de extrañeza me invadió, al notar que se trataban de dos mensajes de Blair, "Ricitos de Oro", y uno de ellos era una foto.

Me giré hacia mi derecha, ella estaba en la fila detrás de la mía, y pude notar que su expresión era de completa decisión. Me devolvía la mirada con cierto atisbo de preocupación, me fijé en Génesis, y noté que ella estaba igual. ¿De qué se trataba todo esto? Supuse que obtendría la respuesta si abría dicho mensaje.

Por supuesto, obtuve la respuesta, pero el costo fue una bajada de presión. Me sentí mareada, con el pecho apretado y algo temerosa. No sabía que, con lo que me iba a encontrar, sería algo bastante duro de ver, pero no difícil de creer. El mensaje decía: "Necesitas ver esto", y lo que había en dicha foto fue lo que me provocó todo ese malestar.

Eran Flinn y Angeline, en una fiesta, besándose. A pesar de que parecía tener poca luminosidad, se notaba claramente que eran ellos. Dejé mi celular bocabajo, quise volver a concentrarme en las clases, pero me resultó imposible. Estaba inquieta, quería mostrarle, en su cara, la fotografía y decirle unas cuantas verdades.

Sin embargo, me mantuve resiliente, al menos eso intenté. Otra persona, en mi lugar, iría directamente a encarar a su pareja, pero yo no haría eso. Yo voy a mantener esta foto para utilizarla en su contra cuando el tiempo lo amerite. No me sentía preparada para mantener una conversación conflictiva con él en este momento, sin embargo, esta imagen, incluso si me dice que es una fotografía antigua, porque es una excusa bastante común, la guardaría y le daría un buen uso. La conversación llegaría, tarde o temprano, y yo estaría preparada.