"I need your words to comfort me"
La semana comenzaba y coincidí con Génesis en el transporte. Yo la vi de lejos, pero no me acerqué a ella para hablarle, solo me mantuve a distancia prudente. No suelo iniciar conversaciones, y cuando me encuentro con gente en el transporte público tiendo a evitarlas.
Pero ella me vio y me esperó, con una sonrisa que no pude identificar si fue cálida o preocupada. No había hablado nada con ella ni con Blair acerca de la foto que esta última me había enviado. Por supuesto, Génesis sabía lo de la foto, recuerdo muy bien la forma en la que ambas me miraron ese día, mas no quería tocar ese tema con ella.
—Buenos días —le dije a modo de saludo.
—¿Qué tal?
—Podría estar mejor si no fuese lunes —comenté—. Detesto los lunes.
—Te creo —rio por lo bajo—, es estresante iniciar un nuevo semestre, y, no sé si te pasa, pero siento que los primeros lunes son los más agotadores.
—Los primeros y los últimos, los intermedios son solo lunes de relleno —añadí.
Caminamos hasta adentro del campus y nos sentimos algo embriagadas por el aroma penetrante de café. Sí, puede ser que se me estuviese antojando uno, sin embargo, no iba a arriesgar mi dinero tan pronto —como si no hubiera comprado comida chatarra la semana pasada con mis amigas.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
Ante lo dicho por Génesis, sentí que mi corazón aceleró su pulso. No podía evitar relacionarla a ella con dicha foto, y no quería tocar ese tema, no el lunes a las ocho de la mañana. Yo la miré y asentí lentamente. Ella pareció algo incómoda, no me miraba a la cara, mas no me atrevería a decir que me evitaba por vergüenza con respecto a dicha foto.
—Tú trabajas en una heladería, ¿verdad? —dijo.
—Sí...
—¿Y no están solicitando trabajadores?
Ah, así que eso quería preguntar. Suspiré con relajo, ella pareció preocuparse, pero no dijo nada.
—La verdad es que sí —respondí—. Puedo darte el contacto para que postules. No es un trabajo muy pesado, salvo los fines de semana, pero la verdad es que, como priorizan a los estudiantes más jóvenes, al menos a mí, ya no dan los turnos de fin de semana, así que solo tres a cuatro días a la semana por una paga bastante razonable podría sentarte bien.
—Me interesa —asintió—. Por favor, te lo agradecería muchísimo.
Saqué mi celular y le envié el contacto de mi jefe por mensaje. Nos fuimos hasta la facultad charlando acerca de cómo sería trabajar juntas y ella me dijo que pronto le entregarían su coche, por lo que podría llevarme hasta mi casa luego del turno, claro, siempre y cuando nos tocase juntas, lo cual, en realidad, era muy probable. Por supuesto, le agradecí el gesto de antemano.
—Yo entraré a la sala de inmediato —dijo Génesis—, si no te importa.
—Para nada —respondí—, eres libre de hacer lo que quieras. Yo esperaré a mis amigas aquí en las bancas. Nos vemos en clase.
El pensar en tener a Génesis trabajando conmigo sería un pequeño alivio. No conocía mucho a mis compañeros de trabajo, solo a Wilson, que era con quien más hablaba, pero él ahora ya no trabajará ahí, debe concentrarse en terminar la carrera, por ende, el cupo quedará disponible. Tener una cara conocida me tranquilizaba un poco.
Me senté en la banca y revisé mi celular mientras esperaba a que alguna de mis amigas hiciese su aparición.
Debo admitir que revisar las notificaciones y no tener ninguna de Flinn me inquietaba. El silencio era insoportable porque me llenaba de incertidumbre, una que no se iría tan pronto como yo lo hubiese deseado.
★★★
Miércoles, luego de una profunda reflexión en la ducha, me sentí lo suficientemente preparada para afrontar una ruptura con Flinn. Él no había asistido a clases, pero ese día en la mañana, me envió un mensaje.
Flinn – 09:02am
"Debemos hablar"
Claro, pensé que podría encontrarlo en la universidad, pero no fue así. Como había enviado el mensaje a las nueve, me imaginé que podría encontrármelo afuera de facultad, pero estaba en un error.
En realidad, era mejor así, porque justo ese miércoles, tendríamos la primera reunión de UH en el año, y debíamos estar todos los miembros presentes.
—¿Siguen con sus clases de gramática? —preguntó Amalia.
—Sí —respondió Mandy—, la verdad es que son tutorías bastante útiles, ustedes podrían asistir con nosotras un día.
—Me gustaría solo porque considero que ese chico de Historia es muy guapo —señaló Laia.
—Cuando quieras te lo presento —dije—. Incluso, vamos ahora.
—No, olvídalo.
Mandy y yo nos fuimos hasta la facultad de Artes. Si bien solíamos reunirnos en Historia, por esta ocasión, Taylor consideró que debíamos cambiarnos de facultad. Además, la facultad de Artes era más fácil de custodiar para los simpatizantes. Hazard, el representante de Artes, nos estaba esperando en la entrada, solo nos saludó amistosamente mientras él seguía sentado en la entrada con su grupo de amigos. Todos ellos, simpatizantes de UH.
Estábamos en el taller del subterráneo. Tomé asiento entre Mandy y Wilson, mientras que Taylor quedó de cabecera de mesa, con Andy a su derecha y Lee junto a este último. El olor a pintura, madera y materiales de limpieza estaba ambientando nuestra reunión, se sentía raro no estar junto a los mapas de la facultad de Historia, pero no era un espacio desagradable.
—Me alegro que todos estemos aquí —dijo Taylor—, porque esta reunión es importante, no solo por ser la primera, sino porque indica el inicio de lo que llevaremos acabo estas siguientes semanas.
Todos asentimos, queríamos que continuase hablando, después de todo, él era el orador principal en nuestras reuniones.
—Valentine no nos acompañará hoy —aseguró—, sin embargo, como bien sabemos todos, él incluido, su presencia no es indispensable para UH. Importante, sí, pero podemos reunirnos sin tenerlo en nuestro círculo.