Tashiro Kuma y los Vengadores de la Noche

Cap 02_Sombras Bajo la Ciudad

A medida que avanzaban por los callejones estrechos y mal iluminados de Shizuoka, Tashiro no podía evitar observar de cerca la chica y a los otros tres encapuchados. La chica mantenía una actitud tranquila y segura, mientras que los otros tres se movían adelante, con la vigilancia propia de quienes están acostumbrados a situaciones peligrosas.
Tashiro, aún apoyándose en la pared de los edificios cercanos, no pudo resistir la tentación de romper el silencio.

—Aún no me has dicho tu nombre—.Le dijo con voz débil, pero curiosa.

—Ni tú el tuyo—.Le dijo la chica, riendose un poco.

—Ah...Tashiro...Tashiro Kuma...—.Respondió Tashiro, sonriendo un poco.
—Pues yo me llamo Ikuko Taniko, un placer—.Le dijo la chica, con una sonrisa amable.
Sin embargo, antes de que Tashiro pudiera decir algo más, el chico del bo, que estaba al frente, giró la cabeza y le lanzó una mirada severa a Ikuko.
—No deberías andar diciendo tu nombre a desconocidos—.Le dijo el chico con tono molesto.—No sabemos si este chico es de fiar.
Ikuko frunció el ceño ligeramente pero mantuvo su tono calmado.
—No es de la Yakuza, estoy segura—.Le respondió, segura de sí misma.
—¿Cómo sabes que no soy de la Yakuza si no me conoces?—.Le preguntó Tashiro, con curiosidad y escepticismo.
—Tengo un buen ojo para distinguir a quienes son de la Yakuza...Y tú tienes un aspecto diferente, y además, no tienes la actitud que caracteriza a esos hombres—.Respondió Ikuko, sonriendo con mucha seguridad.
Tashiro asintió lentamente, aunque no estaba completamente convencido. Sin embargo, el dolor y la fatiga comenzaron a hacer mella en su cuerpo, y no pudo hacer más preguntas en ese momento.

***

Tras unos minutos de caminata, el grupo llegó a un callejón rodeado de edificios viejos y en desuso. El chico del bo, demostrando un nivel de habilidad que no había mostrado hasta ahora, se agachó y levantó una trampilla de alcantarilla con un movimiento experto. Los otros dos chicos encapuchados, el de los nunchakus y la chica de los shurikens, descendieron primero al abrir la trampilla, seguidos rápidamente por el chico del bo.
Ikuko ayudó a Tashiro a descender con cuidado por la trampilla, su expresión mostrando una mezcla de empatía y preocupación. Mientras Tashiro miraba el interior de las alcantarillas con un asco evidente, un aroma desagradable y la visión de aguas residuales lo hicieron fruncir el rostro.

—¿A dónde vamos? —.Preguntó Tashiro, con el tono cargado de desconfianza y repugnancia.
—Vamos a nuestro escondite...Ya verás como te sorprendes—.Le respondió el chico de los nunchakus desde la oscuridad de las alcantarillas, que había bajado con agilidad.
—Aquí abajo estamos más seguros de la Yakuza—.Añadió la chica de los shurikens, descendiendo con un movimiento ágil y silencioso.—Es un lugar donde podemos refugiarnos sin ser encontrados fácilmente.
El grupo avanzó por las alcantarillas, moviéndose con una habilidad que parecía familiar para ellos. Tashiro, con dificultad, siguió el ritmo mientras se acostumbraba al ambiente subterráneo. El suelo estaba cubierto de agua y barro, y el espacio era angosto, pero la determinación de los encapuchados parecía hacer que el lugar fuera menos incómodo.
Finalmente, llegaron a una sección más amplia de las alcantarillas. El chico del bo se adelantó y abrió una puerta metálica que, a primera vista, parecía una entrada oculta en la pared de la alcantarilla. La puerta se deslizó con un chirrido leve y reveló una escalera que descendía aún más profundo.
Tashiro, al bajar por la escalera y entrar en el espacio más allá de la puerta, se quedó sorprendido.

El refugio subterráneo era un amplio espacio de techos altos que fusionaba diseño moderno con una estética japonesa. Las paredes de metal gris oscuro y madera de cerezo estaban decoradas con equipos de combate y estantes llenos de provisiones. Contaba con una zona de entrenamiento equipada con tatami y tecnología avanzada, una mesa de trabajo minimalista en acero inoxidable, y áreas de descanso con futones y mesas bajas. Además, incluía una cocina funcional y un comedor, todo iluminado por luces empotradas ajustables que realzaban su orden y funcionalidad.

Tashiro, aún atónito, se apoyó en una pared cercana, tratando de asimilar la magnitud del escondite.
Ikuko, con una sonrisa genuina, observó la expresión de asombro de Tashiro mientras él se movía por el refugio.
—¿Qué te parece nuestro escondite?—.Le preguntó Ikuko, su voz llena de curiosidad.
Tashiro, aún procesando el tamaño y la complejidad del lugar, finalmente encontró sus palabras.
—N-nunca había visto algo así... y mucho menos en las alcantarillas....Es.... impresionante—.Dijo Tashiro, sorprendido.
La chica de los shurikens, aún con su capucha puesta, se acercó con una sonrisa a juego con la de Ikuko.
—Me alegra que te guste...Yo misma instalé la parte de la instalación eléctrica—.Le dijo con un aire de orgullo.
—¿En serio?...No puedo imaginar cómo lograste hacer todo esto aquí abajo...—.Le dijo Tashiro, con una mezcla de asombro y admiración.
Ikuko, siempre con su sonrisa amable, aprovechó el momento para presentar a sus compañeros.
—Permíteme presentarte a los demás....Este es Nakata Hitoshi—.Le dijo señalando al chico de los nunchakus, quien estaba al fondo revisando una estantería.

Nakata se acercó, quitándose la capucha y revelando su cabello largo y negro junto con su piel muy pálida. Su expresión era una mezcla de seriedad y amabilidad.
—Un placer—.Le dijo Hitoshi con una voz tranquila, extendiendo una mano amistosa.
—¿Por qué estás tan pálido?—.Le preguntó Tashiro, algo preocupado al notar su palidez.
—Padezco de Vitiligo...Al principio, tenía solo algunas manchas blancas, pero con los años, se ha extendido a toda mi piel—.Respondió Naka, con una sonrisa que apenas tocó sus labios.—No es nada grave, solo una condición que afecta la pigmentación.
—Esta de aquí es Kaori Rinako...Ella es la encargada de los shurikens y de mantener el equipo en orden...Es muy lista, ¿sabes?—.Continuó Ikuko, dirigiéndose hacia la chica de los shurikens.
Kaori se quitó su capucha, con su cabello largo y una presencia que irradiaba seguridad.
—Hola...Esto...¿Tashiro, verdad?...Es un placer conocerte—.Saludó Kaori, con una inclinación de cabeza.—Espero que te sientas cómodo aquí.
—Y este es Haru Kazushi...Es el que más tiempo pasa en la primera línea de defensa, además de ser el experto en el bo...Y además el líder del grupo—.Dijo Ikuko, volviendose hacia el chico del bo.
Haru se quitó la capucha, revelando su cabello rubio y largo hasta los hombros. Su mirada era seria, mirando de arriba a abajo a Tashiro.
—Hola—.Le dijo Haru, su tono era formal y reservado.




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