Tashiro llegó a la Comisaría Central de Shizuoka con la mañana ya avanzada. Se detuvo frente al edificio, observando su imponente fachada con una mezcla de nerviosismo y determinación. El edificio era grande, con ventanas protegidas por rejas y una entrada principal custodiada por dos guardias.
Suspirando, se preparó mentalmente para lo que estaba a punto de hacer y se dirigió hacia la entrada.
—Buenos días—.Saludo uno de los policías, con tono serio.—Podemos ayudarle, jovencito?.
—Buenos días...—.Dijo Tashiro con voz firme cuando un par de policías lo interceptaron.—He perdido un objeto muy valioso para mí...Un reloj que era de mi padre...Quería saber si alguien lo ha llevado aquí.
—Lo siento, pero la oficina de objetos perdidos está al fondo a la derecha—.Le dijo uno de los policías, un hombre de mediana edad con una expresión muy fatigada y agotada.—Puedes ir a comprobarlo allí, no tiene perdida.
—Muchas gracias—.Respondió Tashiro, sonriendo.
Mientras los policías se giraban para regresar a sus tareas, Tashiro aprovechó la oportunidad. Se deslizó por la entrada, moviéndose con cautela y usando su experiencia como vagabundo para pasar desapercibido. Sabía que tenía que moverse rápido y sin hacer ruido.
Siguiendo por los pasillos poco iluminados, Tashiro se adentró en el edificio. Sus pasos eran sigilosos y sus movimientos medidos, como si estuviera habituado a moverse en lugares desconocidos. Finalmente llegó a una puerta que parecía estar marcada como "Oficina de Pruebas".
—Debe de ser aquí—.Murmuró Tashiro, algo serio.
Con cuidado, empujó la puerta y se encontró en una sala llena de cajas y documentos apilados. Era evidente que este era el lugar donde se almacenaban las pruebas importantes. Tashiro se puso a buscar entre las cajas y los papeles, intentando encontrar las fotos que había sido enviado a recuperar.
Mientras rebuscaba, sintió un toque en su hombro y se giró bruscamente. Un hombre de chaqueta negra y expresión seria estaba detrás de él.
—¿Qué estás haciendo aquí, chico?—.Le preguntó el hombre con una voz que no admitía tonterías.
—Eh...p-pues yo...yo estaba buscando información sobre un objeto perdido que...—.Respondió Tashiro, intentando improvisar una excusa.
—Soy Takai Sotan, Inspector de Policía, así que no te molestes en mentir—.Le interrumpió el hombre, con una mirada severa.—Vámos...Te llevaré a la prisión más cercana para que te pongan bajo arresto...Así aprenderás a pensarlo dos veces antes de robar en una comisaría.
El corazón de Tashiro se hundió al oír esto. Intentó formular una respuesta, pero sus palabras se enredaron en su garganta.
Takai lo condujo fuera de la comisaría con pasos firmes. A medida que se acercaban al coche del inspector, Tashiro sentía la ansiedad y el miedo aumentar. Sin embargo, en lugar de llevarle a la prisión, Takai se desvió hacia el callejón donde Tashiro había encontrado la entrada a las alcantarillas.
Tashiro, confundido, miró a Takai mientras este abría la puerta del coche y le indicaba que subiera.
—¿Ha dónde vamos?—.Preguntó Tashiro, con el pulso acelerado.
—Yo que tú no haría preguntas, chico—.Le dijo Takai, muy serio, haciendo que Tashiro bajara la mirada con mucho miedo.
***
Cuando llegaron al escondite de los Vengadores de la Noche, Takai condujo a Tashiro de regreso al refugio, donde todos los miembros del grupo estaban esperándolo.
Los Vengadores se reunieron alrededor mientras Takai, con un tono profesional pero con una leve sonrisa en los labios, anunciaba.
—Este chico no ha pasado la prueba—.Anunció Takai, sonriendo.
—Si ya lo sabía yo—.Dijo Haru con una sonrisa triunfante.
Tashiro miró a Haru, que estaba sonriendo de manera enigmática.
—¿Cómo...?...¿Este hombre forma parte del grupo?—.Preguntó Tashiro, aún sin comprender del todo.
—Exacto...El inspector es nuestro infiltrado...Es parte del grupo, y...También es mi padre—.Respondió Haru con una sonrisa satisfecha.
—¿Tu padre?—.Repitió Tashiro, sorprendido ante la revelación.
—Sí...Era parte del plan para ver cómo te desempeñabas bajo presión—.Asintió Takai, con una mirada que mezclaba cariño y autoridad.
El grupo comenzó a reír suavemente mientras Tashiro se sentía un poco aliviado pero aún confuso.
—Así que, en resumen, te hemos puesto a prueba para asegurarnos de que eres digno de unirte a nosotros—.Dijo Haru, con una expresión algo más relajada mientras se acercaba a él.
Tashiro, aún algo aturdido por la revelación, se adelantó con una mezcla de ansiedad y esperanza.
—¿Entonces estoy dentro del grupo?—.Preguntó Tashiro, con una pizca de inseguridad en su voz.
Haru, cruzándose de brazos, miró al resto del grupo con una expresión pensativa.
—Otra persona no se hubiera atrevido a entrar en una comisaría e intentar robar algo...Eso demuestra que el chico tiene agallas—.Le dijo Naka, con una leve sonrisa.
—Parece más valiente de lo que pensábamos, ¿no?...Yo no hubiera sido capáz, la verdad—.Añadió Ikuko, con una sonrisa cálida.
—Podría ser un buen miembro, Haru...Es muy hábil para escabullirse, sobre todo si tiene experiencia en la calle—.Le dijo Takai, con una mirada evaluativa hacia Tashiro.
Haru, después de escuchar las opiniones de su equipo y considerando todo lo que había pasado, suspiró.
—Está bien....Puedes quedarte....Pero antes de que te unas oficialmente, hay algo que debes saber—.Le dijo por fín Haru, acercándose más a Tashiro.—Los Vengadores de la Noche no somos solo un grupito de amigos...Somos una organización rebelde que busca venganza contra la Yakuza.
—¿Organización?—.Preguntó Tashiro, preocupado.
—Sí...La Yakuza nos quitó lo que más queríamos...—.Le dijo Ikuko, algo triste.