Tashiro Kuma y los Vengadores de la Noche

Cap 12_Laberinto de Sombras

Mientras el grupo se preparaba para entrar al edificio, la tensión era palpable. La luz de la luna caía sobre ellos mientras se escondían detrás del coche, que había quedado estacionado a una distancia segura del objetivo. Los planos del edificio estaban extendidos sobre el capó, y cada uno de ellos estudiaba los detalles con preocupación.
Tashiro observó detenidamente el plano y señaló una salida de emergencia.

—Mirad, aquí hay una salida de emergencia—.Dijo, señalando el plano con un dedo tembloroso.—Tal vez podamos usarla para entrar.
—Sí, y según los planos, esa salida lleva a unos túneles subterráneos debajo del edificio...Parece que no solo sirven de acceso al sótano, sino que también conectan con diferentes áreas del edificio—.Dijo Haru, con los ojos fijos en el plano.—Ese cabrón tiene todo un laberinto ahí dentro.
—Espera...Recuerdo que mis padres me dijeron una vez que estos túneles suelen usarse para encerrar y torturar a las víctimas...Como que tenían celdas o algo parecido—.Añadió Naka con una expresión grave.—Si Mazatake está usando estos túneles como "calabozos", es muy probable que tu padre esté ahí abajo, Haru.
Haru se puso aún más serio al escuchar esto.
—Entonces tengo que sacarle de allí, cueste lo que cueste—.Declaró Haru, muy serio y enfadado.
—Primero necesitamos un plan para entrar y salir sin que nos detecten...No podemos arriesgarnos a que la Yakuza nos descubran—.Intervino Ikuko con determinación.—Todo el edificio podría estar llenos de hombres vigilando cada planta.
—Yo me encargaré de desactivar las cámaras de seguridad...Sin embargo, esto podría hacer que la Yakuza se ponga en alerta—.Les dijo Kaori, sacando un portátil de su mochila.
—Si eso sucede, tendremos que movernos aún más rápido y encontrar a mi padre antes de que nos vean—.Responndió Haru con una mirada firme.—Tashiro y yo entraremos por la salida de emergencia...Los demás se quedarán en el coche y estarán preparados por si necesitamos salir corriendo.
—Haru...C-creo que sería mejor si Ikuko o Naka te acompañarán—.Intervino Tashiro, visiblemente preocupado.

—¿Por qué dices eso?—.Preguntó Haru con una ceja levantada.

—Pues...Porque apenas llevo unos días con el grupo y no he tenido tiempo suficiente para entrenar...Podría meter la pata y eso pondría en peligro a todos...y no quiero que nadie más salga herido por mi culpa...—.Explicó Tashiro, con un tono sincero y preocupado.

—Oye...Aunque no hayas tenido mucho tiempo para entrenar, has demostrado que sabes cómo reaccionar...Por ejemplo, cuando uno de los hombres de la Yakuza me derribó...Tú, Tashiro Kuma, me cubriste aún sin saber luchar...O cuando el traidor no quería hablar y casi disparas en los huevos—.Le dijo Haru, con una sonrisa reconfortante.

—P-pero...—.Intentó decir Tashiro, preocupado.

—Confío en tí, al igual que confío en los demás...Así que vámos a entrar ahí dentro y a partirle la cara a esos hijos de puta—.Le dijo Haru, apretándole el hombro.

Tashiro, al escuchar las palabras de aliento, asintió lentamente, su preocupación dando paso a una determinación renovada.

—Está bien...—.Dijo Tashiro, sonriendo un poco.

Kaori, Ikuko y Naka se prepararon para su parte del plan. Kaori se aseguraba de que todo el equipo estuviera listo para desactivar las cámaras, mientras Ikuko y Naka se aseguraban de que el coche estuviera en una posición estratégica para una rápida evacuación.

Kaori, con la vista fija en su portátil, tecleó rápidamente, su concentración era absoluta mientras desactivaba las cámaras de seguridad del edificio. Finalmente, levantó la vista y se dirigió a Haru y Tashiro.
—He desactivado todas las cámaras de seguridad, pero solo tendremos una hora antes de que vuelvan a activarse....Tendrán que moverse rápido—.Les dijo Kaori, bastante seria.
—Entendido...Tashiro, vámonos—.Dijo Haru con determinación y colocándose su mochila con armas.
Tashiro y Haru se bajaron del coche con cautela, asegurándose de que no hubiera ninguna patrulla de la Yakuza en los alrededores. Observando a su alrededor para asegurarse de que el camino estaba despejado, ambos comenzaron a correr hacia la salida de emergencia del edificio.
Cuando llegaron a la puerta, Haru la abrió con mucho cuidado. La puerta chirrió levemente al moverse, pero no lo suficiente como para alertar a los guardias. Entraron al edificio con pasos silenciosos.
El pasillo que encontraron estaba en completa penumbra, iluminado solo por las luces de emergencia que parpadeaban. Avanzaron con rapidez, abriéndose camino hasta el área que parecía ser un almacén. Al llegar, se encontraron en un espacio amplio, lleno de cajas apiladas y algunas tiradas por el suelo, mientras que otras estaban cubiertas con lonas.

—¿Qué son estas cajas?—.Preguntó Tashiro, confundido y algo preocupado.
—Es probable que contengan armas y drogas preparadas para su venta o para ser trasladadas a otro lugar de la Yakuza—.Respondió Haru mientras miraba a su alrededor, con una expresión grave.—Mazatake no solo se dedica a torturar y capturar a sus enemigos, sino que también maneja una operación bastante grande de drogas y armas.
Tashiro miró las cajas con preocupación. Sabía que el contenido de esas cajas podría ser peligroso, pero su principal preocupación era encontrar a Takai y asegurarse de que estuviera a salvo.
—Vámos, no podemos pararnos—.Le dijo Haru, haciendole una señal para que le siguiera.
Ambos se movieron con cautela a través del almacén, buscando la entrada a los túneles subterráneos que, según los planos, llevaban a los sótanos donde Takai podría estar retenido.
Mientras avanzaban por el almacén, Haru se detuvo un momento para escuchar los sonidos del edificio. Estaba atento a cualquier indicio de movimiento que pudiera revelar la presencia de guardias de la Yakuza. Al no escuchar nada sospechoso, continuaron avanzando.
Finalmente, encontraron una puerta oculta que parecía dar acceso a los túneles subterráneos. Haru la empujó lentamente, revelando un pasillo oscuro y angosto que descendía hacia abajo.

—Este debe ser el camino, vámos—.Dijo Haru, mientras ajustaba su linterna para iluminar el camino.
Tashiro se preparó para seguirle, su corazón latiendo con fuerza mientras descendían por las escaleras. Sabía que estaban a punto de entrar en el territorio más peligroso en el que había estado, pero la determinación de encontrar a Takai y asegurar su seguridad lo mantenía enfocado.
—Mantén los ojos abiertos—.Le advirtió Haru.—Los túneles pueden estar llenos de o guardias.
Con la misma determinación, Haru y Tashiro avanzaron por los túneles oscuros, sus pasos resonando suavemente en el silencio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.