Cap 13_El Plan de la Desesperación

En el refugio, el ambiente era tenso y pesado. Todos estaban dispersos en el salón, buscando una manera de formular un plan mientras enfrentaban la desesperación por la situación crítica. La habitación estaba en silencio, roto sólo por el sonido ocasional de las teclas en el portátil de Kaori y el suave zumbido de la televisión.
Haru, sentado al lado de su padre Takai, lo abrazaba con fuerza, buscando consuelo en un momento de tanta incertidumbre. Takai estaba aplicando hielo en la nariz de Haru, sus manos temblorosas traicionaban su angustia. Haru, aunque dolido, trataba de mantenerse fuerte por su padre y por su hermano.
Kaori, en un intento por mantener la mente ocupada y tal vez encontrar alguna pista, revisaba una película en su portátil, buscando patrones o detalles que pudieran ser útiles. A su lado, Naka se ajustaba las vendas en su herida, mirando ocasionalmente a la pantalla, pero con la mente claramente distraída por la preocupación.
Ikuko, aunque intentaba mantenerse activa, estaba desanimada. Masticaba chuches de manera mecánica, tratando de sobrellevar el estrés y la tensión del momento. Sus pensamientos estaban con el grupo y con la difícil situación en la que se encontraban.
Tashiro, abatido, estaba en el suelo, su mirada fija en un punto indefinido. La preocupación por su hermano Kurokawa lo tenía sumido en la desesperación. No podía dejar de pensar en el peligro que enfrentaba su hermano y en la amenaza que Mazatake representaba.
—No puedo creer que mi hermano vaya a acabar con el presidente...—.Murmuró, su voz quebrada por la angustia.
Takai, con una mano aún aplicando hielo en la nariz de Haru, miró a Tashiro con compasión.
—Kurokawa no quiere hacer nada de eso —.Dijo, con un tono lleno de tristeza.—Él está siendo obligado...Hizo el trato para protegerte, y ahora se encuentra atrapado en esta situación...Porque se comprometió a cuidar de ti aunque no esté contigo.
Las palabras de Takai hicieron que Tashiro se sintiera aún más abatido. La tristeza y la culpa lo envolvieron al pensar en el sacrificio de su hermano.
De repente, Kaori, que había estado concentrada en su portátil, comenzó a mostrar signos de entusiasmo.
—¡Creo que tengo una idea, tengo una idéa! —.Exclamó, llamando la atención del grupo.
Haru, Tashiro y los demás enseguida miraron a Kaori, curiosos por saber qué había descubierto.
—Estaba revisando esta película de crimen y suspense —.Dijo Kaori.—En ella, el asesino se coloca en lo alto de un edificio con un francotirador para atacar a su víctima desde una distancia segura...Pensé que a lo mejor Kurokawa podría intentar hacer algo similar.
—No deberíamos basarnos en una película de ficción para entender lo que está pasando...Esto es real y mucho más peligroso—.Le dijo Haru, frunciendo el ceño.
—Quizás Kaori tenga razón...Si Kurokawa tiene que atacar al presidente desde una distancia para evitar ser detectado tanto él como la Yakuza, podría estar buscando un lugar alto y escondido—.Intervino Ikuko con una perspectiva diferente.
—Si eso es verdad, podría ser muy complicado...Hay muchos edificios en Aoba Ryokuchi donde podría esconderse—.Asintió Naka con preocupación.—Tendríamos que saber dónde se ocultaría exactamente para tener una oportunidad de evitar el ataque.
—Para evitar ser detectado, podría elegir un edificio más lejano, donde la seguridad sea mínima...Eso le daría una ventaja, pero también nos daría una oportunidad de localizarle y poder detenerle—.Comentó Takai, pensando rápidamente.
—Puedo intentar hackear las cámaras de seguridad del edificio de Mazatake...Tal vez haya grabaciones que nos muestren algún detalle importante o incluso alguna conversación que pueda ayudarnos a identificar dónde podría estar Kurokawa durante la misión—.Dijo Kaori, animada por el progreso.
Tashiro, con la mirada perdida y el rostro lleno de angustia, continuaba hundido en sus pensamientos. Su voz temblaba mientras hablaba, sin dirigirse a nadie en particular.
—Todo esto no servirá de nada si Kurokawa no quiere volver conmigo...—.Dijo, su voz quebrada por la tristeza.
—¿Por qué piensas que tu hermano no querría volver contigo?...¿No es lo que siempre has querido?—.Le preguntó Ikuko con preocupación.
—Pues...Está atrapado en la Yakuza por mi culpa....Se ha sacrificado para protegerme desde que éramos niños...Haciendo cosas como...Matar y traficar con drogas...—.Respondió Tashiro, con los ojos llenos de lágrimas y la voz apagada.—Si no hubiera sido por mi, él estaría a salvo, pero ahora esta situación tan horrible...Y todo por querer protegerme...
Las palabras de Tashiro resonaron en el grupo, creando un ambiente de tristeza y desesperanza. Takai, que había estado escuchando, se acercó a Tashiro y puso una mano en su hombro, tratando de ofrecer consuelo.
—Vi a Kurokawa mientras estaba en la celda...—.Le dijo Takai, con una voz calmada pero firme.—Estaba muy asustado y preocupado por ti...Eso demuestra cuánto te quiere, aún después de tantos años, y que haría cualquier cosa para asegurarse de que estés a salvo...Y ahora...Después de todo lo que ha hecho por ti, es tu turno de ayudarle y protegerle...De sacarle ese sitio donde sólo le hacen daño.
Las palabras de Takai parecían tener un efecto en Tashiro, aunque su preocupación no desaparecía por completo.

—¿Aún...me quiere...?—.Murmuró Tashiro, llorando.

—No te quiere...te ama...Eres su hermano pequeño por el que ha dado su vida...Y también eres su única familia y su única salvación—.Le dijo Takai.

Su rostro mostraba un destello de determinación mientras absorbía el mensaje de su padre. La tristeza seguía presente, pero la idea de que Kurokawa aún sentía un profundo amor y preocupación por él comenzó a despertar una chispa de esperanza.
—Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudarle? —.Preguntó Tashiro, limpiándose las lágrimas.