En la azotea del edificio Tachibana, Tashiro y Mazatake estaban atrapados en un enfrentamiento brutal. Tashiro, con su bastón bo en mano, lanzaba golpes con furia, pero Mazatake parecía anticipar cada movimiento con facilidad. Con una sonrisa burlona en su rostro, Mazatake se movía ágilmente, esquivando los ataques de Tashiro como si fueran lentos e inofensivos.
—¿Realmente crees que puedes enfrentarte a mí, Tashiro?—.Le preguntó Mazatake, quien se rió, su voz cargada de desdén.—Sigues siendo el mismo niño huérfano que ha estado sólo, y que seguirá estando sólo...Vámos...¿Qué puedes hacer contra mí, que he sido la pesadilla de tantos?.
Tashiro apretó los dientes, su enfado creciendo con cada palabra. Redobló su esfuerzo, atacando con más intensidad, pero de repente, Mazatake mostró una velocidad y fuerza sorprendentes. Con un movimiento rápido, agarró el bastón de Tashiro con una mano, sorprendiendo al joven. Mazatake le quitó el bastón de un tirón, lanzándolo lejos al otro lado de la azotea.
—¡No!—.Gritó Tashiro, intentando recuperar el control, pero Mazatake no le dio oportunidad. Con un agarre cruel, Mazatake sujetó a Tashiro por el cuello de la sudadera, levantándolo por los aires. Tashiro intentó luchar, sus pies colgando a unos centímetros del suelo mientras Mazatake le mantenía elevado.
Desde el suelo, Kurokawa, temblando y con lágrimas en los ojos, observaba horrorizado.
—¡No, por favor!...¡No le hagas daño!—.Suplicó Kurokawa, su voz temblorosa y llena de desesperación.
Mazatake miró a Kurokawa con una mezcla de ira y satisfacción.
—¿Acaso te importa más tu hermano que tu misión, Kurokawa?...Si no cumples lo que te he ordenado, no solo tú, sino también tu querido hermano, pagarán las consecuencias—.Le dijo Mazatake, quien apretó su agarre, haciendo que Tashiro soltara un gemido de dolor.
Tashiro, con dificultad para respirar, miró a Kurokawa.
—¡Hazlo por mí, Kuro!...¡No permitas que se salga con la suya!—.Le dijo Tashiro, sus ojos llenos de dolor y determinación.
Kurokawa, temblando, sintió el peso de la decisión sobre sus hombros. La amenaza de Mazatake era aterradora, pero las palabras de su hermano resonaban en su corazón. Con lágrimas cayendo por su rostro, Kurokawa cogió de nuevo el rifle de francotirador, su mano temblando mientras apuntaba hacia donde estaba situado el presidente.
—¡No lo hagas, Kuro, por favor!—.Gritó Tashiro, su voz rasposa y cargada de desesperación mientras intentaba sujetarse con fuerza a los brazos de Mazatake.
Mazatake, riendo con maldad, se giró hacia Tashiro.
—¿De verdad crees que puedes salvar a tu hermano tan fácil?—.Le dijo con desdén.—Escúchame bien...Por mucho que intentes razonar con él, es imposible....Él, al igual que mis hombres, solo obedecen a quien les da poder...A mí....Y tú, Tashiro, seguirás siendo solo un niño huérfano que ha intentado entrometerse donde no le corresponde.
Con una sonrisa cruel, Mazatake se movió hacia el borde de la azotea, manteniendo a Tashiro colgado por el cuello de la camisa. Tashiro, con el corazón latiendo frenéticamente, intentó aferrarse a los brazos de Mazatake, sus manos buscando desesperadamente algo a lo que aferrarse.
—¡No, espera!—Gritó Tashiro, intentando sujetarse.
Mazatake se inclinó un poco más, mirando la distancia que separaba a Tashiro del vacío.
—Nunca debiste entrometerte, Tashiro Kuma...Deberías haberte quedado en las calles, como el vagabundo que eres—.Le dijo Mazataka con una sonrisa siniestra.
Mientras Tashiro intentaba sujetarse a Mazatake, su mente corría a mil por hora, buscando alguna manera de salvarse. De repente, antes de que Mazatake pudiera soltar a Tashiro, una voz temblorosa le interrumpió.
—"¡Suelta a Tashiro!".
Mazatake, confundido y sorprendido, se giró lentamente. Allí estaba Kurokawa, aún llorando y sujetando el rifle con firmeza, pero en lugar de apuntar al presidente, apuntaba directamente a Mazatake. La furia y el desdén en la expresión de Mazatake se tornaron en incredulidad.
—¡¿Qué te crees que estás haciendo?!—.Rugió Mazatake, su voz llena de furia y desconcierto.
—El trato era claro...Amo...Trabajaría para usted a cambio de que no le hiciera daño a mi hermano...Pero ha roto su promesa, ha incumplido el trato...—.Respondió Kurokawa, aún llorando pero con una determinación inusial en su voz.—Así que...ya no le obedeceré más.
Mazatake, en estado de shock, soltó una risa amarga.
—¿De verdad crees que puedes desafiarme de esta manera?—.Le dijo, su voz cargada de amenaza.—¿Qué piensas hacer?...¿Dispararme?.
—¡Lo haré si es necesario!—Gritó Kurokawa, su voz llena de dolor y resolución. Sus manos temblaban, pero el rifle permanecía firme apuntando a Mazatake.
—¡Hazlo, Kuro!—.Gritó Tashiro, con la esperanza renovada.
Kurokawa, con lágrimas desbordando su rostro, mantuvo el rifle apuntando a Mazatake. Sus ojos, llenos de una mezcla de miedo y determinación, se encontraron con los de Mazatake.
—Suelta...a mi hermano...Ahora—.Le ordenó Kurokawa, su voz temblando con una mezcla de desesperación y autoridad.
—Pero hijo mío...¿Qué piensas hacer después de que séas libre?...¿Crees que puedes cambiar algo y volver a tener una vida felíz y alegre?—.Le preguntó Mazatake, riéndose con desdén.—Has estado toda tu vida haciendo daño a la gente, robando y traficando... Igual que yo.
—No...No soy igual que tú...—.Dijo Kurokawa, asustado y negando con la cabeza.
—Sí lo eres...Eres mi creación...Una copia perfecta de mí—.Le dijo Mazatake con una sonrisa cruel.—Nunca podrás escapar del daño que has hecho desde que comenzaste a trabajar para mí...Eres igual que yo...Y no hay forma de cambiar eso.
Tashiro, viendo cómo Mazatake intentaba manipular a Kurokawa una vez más, actuó con determinación. Con un movimiento rápido, mordió la mano de Mazatake con toda su fuerza. Mazatake, sorprendido y con un grito de dolor, soltó a Tashiro.
Tashiro, ahora colgado de la azotea, luchaba por mantenerse aferrado al borde.