CAPÍTULO 1
‘‘Abre esos ojos falsos, que ya sentí el dolor de ser
Engañado.’’
Desde la muerte de mi madre me fue difícil empezar de nuevo; supuse que con el tiempo las cosas mejorarían, pero no, no fue así.
A los tres meses de haber muerto mi madre, yo ya cargaba con un trauma y un inmenso miedo a las mujeres. Tan solo 11 años y me paso lo peor que le puede pasar a un niño.
Mi padre no fue del que me apoyo, no claro que no, mi padre me lastimo física y sentimentalmente por no ser un ‘‘hombre’’ y defenderme; él no fue el padre que me entendió.
- ¡¡Eres un hombre como no te defendiste…! Maldito cobarde para esto fue que te crie todos estos años… ¡Inútil!!
Esas fueron sus palabras, sus crueles palabras. No tuvo piedad de mí y sin pensarlo dos veces atravesó mi corazón con una daga de plata; quemando y rompiendo en dos pedazos mi corazón, incluyendo gran parte de mi alma. Mi padre con sus palabras me abandono, dejándome caer en lo profundo del lago, ahogado en mi soledad.
Apenas cumplí 16 aproveche y con la herencia que me dejo mi madre me largue de aquel lugar llamado hogar, desde entonces he tenido que afrontar mis problemas, traumas y necesidades solo… Sin nadie.
Me levanté de mi cama al sentir la constante luz en mi habitación, medio abrí mis ojos para ver que era aquello que atormentaba mi sueño.
Lo primero que observe; un hermoso, largo cabello; lleve mis ojos a aquellos labios gruesos y pomposos; una piel casi que de porcelana, blanca e incluso desde mi distancia era notable que también era suave; mi última parada, aquellas hermosas perlas negras que adornaban su rostro, con un hermoso brillo haciéndolos relucir más incluso en la oscuridad; unos hermosos ojos que me transmitían una calidez casi inexplicable.
Desperté agitado por el sonido de mi alarma, mire la hora y eran 7:30 a.m. dentro de media hora empezarían mis clases. Estire mi cuerpo y quite la sabana que mantuvo mi cuerpo en calor toda la noche. Entre al baño, lave mi cara, dientes y cuerpo. Lo envolví en una toalla desde la cintura dejando descubierto mi abdomen.
Busque un conjunto adecuado y me cambie, me dirige hacia la sala, luego a la cocina. Tome la cafetera y prepare lo que era más que obvio ‘‘café’’, luego unos sandwiches, desayune a gusto y volví a lavar mis dientes. Aliste unos libros y otros materiales para dirigirme hacia la institución.
Mi madre era una gran empresaria, así que al morir me dejo todo el dinero que poseía.
Me dirige al garaje y me subí a uno de los autos, encendí el motor y emprendí mi camino a la institución.
Perdí la ilusión del verdadero amor cuando tenía 16 años, recuerdo todavía como la conocí.
Ella era nueva en la institución, era hermosa por lo que en poco tiempo se volvió popular teniendo así muchos pretendientes; Tuve la mala suerte de ser uno de ellos, la única diferencia… Es que yo fui el único al que acepto. Me sentí especial, y a la vez insuficiente; nuestro inicio fue único, al menos para mí.
La amé como a nadie, le di todo lo que tenía: Amor, atención, honestidad, dinero, regalos, salidas, incluso mi primer beso y hasta mi primera vez, le conté mis más íntimos secretos, mis temores… Creí que había superado mi miedo; Solo empeoro.
Como era de esperarse; solo fui uno más en el montón, un juego, una vil y estúpida apuesta, no fui más que eso.
Ella me engañó, me utilizo, me rompió, tomo mis temores y debilidades utilizándolas en mi contra; me humillo.
Después de una hora de transcurso, llegue a la universidad; Baje del auto y me dirige a mi salón. Estudio artes plásticas más específicamente: Escultura.
Durante todo el transcurso de la clase me dediqué a adelantar lo que pudiera de mi escultura, estaba haciendo a mi madre, pero algo que fue inevitable fue recordar aquel sueño, << me recuerda ella, era tan igual y a la vez tan diferente>> pensé mientras trataba de concentrarme de nuevo.
- ¿Ian? - Pregunto una voz femenina sacándome de mis pensamientos, la peli-negra aún esperaba mi respuesta-
- ¿Pasa algo? - Pregunte desinteresado y un poco incómodo; la compañía femenina no es lo mío… Lo aborrezco-
- La tutora te manda a llamar, dice que es urgente - Después de cumplir su cometido se dirigió hacia su puesto, para continuar su trabajo-
Me pare y me dirige hacia su oficina, toque la puerta recibiendo un pase desde el otro lado. Abrí la puerta observando a una mujer de mediana edad, cabello castaños, ojos cafés, y una que otra peca en sus regordetes cachetes, estaba sentada detrás del escritorio blanco, con una silla del mismo color al frente; tome asiento.
- ¿Me necesitaba? -Pregunte, mientras ella entrelazaba sus manos-
- Ayer recibí un mensaje de una Institución en el extranjero, me preguntaron que si era posible mandar a uno de los mejores alumnos; pensé en ti, eres unos de los mejores.
- ¿Solo por eso? De ser así hubiera elegido a alguien más- Pregunte con el ceño fruncido- …
- Está bien me descubriste, últimamente he visto que te has estado bloqueado y pensé que te haría bien un cambio de aires, experimenta otras cosas como: la danza, la música, la pintura.
- ¿Dónde es? <<No pelearé contra eso, me beneficiaría mucho un cambio de aires, la escultura me gusta, es una de mis especialidades, pero sería bueno intentar otras cosas>>
- Corea del Sur.
- ¿Tan lejos?
- Sí, pero no tienes de que preocuparte. Te pagarán: vuelo de ida y vuelta, el resto de las cosas necesarias están a cargo de ellos.
- ¿A cambio de?- Dije cruzándome de brazos
- Solo necesitan buenos artistas para subir su popularidad, ellos mandarán estudiantes para acá y nosotros para allá. Será una colaboración entre las dos Instituciones.