Taste (use Me)

CAPITULO 3

CAPITULO 3

‘‘No te preocupes por eso, ya sabes, mis ojos están escondidos detrás de un velo’’

 

Hasta cierto punto de mi infancia era lindo e incluso emocionante pensar que alguien con grandes alas te cuidaba de todo mal, se enfrentaba con tus enemigos y te protegía de todo peligro. Era mágico imaginar a un ser capaz de desbordar una tranquilidad inimaginable. Antes de acostarme a dormir me asomaba a mi ventana y daba las gracias a aquel ente por protegerme de todo mal y peligro.

 

‘‘Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

 Aunque espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

 En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.’’

 

Era simplemente algo especial, mi pecho se regocijaba ante la idea de no estar solo. Claro hasta ese día, ese suceso.  El día en que mi ángel me abandono llevándose consigo lo que más apreciaba.

Mi madre.

-Nabi! -Grito la peli-negra para luego acercarse al ángel de alas blancas y mirada pura que se encontraba en medio de aquella sala; mi corazón se aceleró impidiéndome tomar calma, me acerque a aquel curioso ser que jugaba a disfrazarse de humano-

-Ah!! Unni ¿cómo esta? -pregunto con aquella voz que solo expresaba calma y seguridad; era como escuchar a todos los ángeles en un mismo lugar cantando al unisonó…una dulce melodía-

-Muy bien, mira te presento a tu nuevo compañero de habitación- Dijo aplaudiendo con una gran sonrisa dejando a la vista unos hermosos hoyuelos de los dos lados de sus mejillas-

Sus ojos, eran simplemente como dos hermosas lunas diminutas. Era tanta su belleza que si te fijabas bien podrías llegar a ver el más bello de los atardeceres.

-Mucho gusto…soy Park Nabi, un placer conocerte Rommate- Sentí miedo, ansiedad, temor y a la vez sentí algo tan hermoso; cariño-

-Sabes es de mala educación dejar a alguien esperando- Dijo arrugando el ceño-

-A-ah disculpa soy Ian Smith, e-es un placer señorita Nabi.

-El placer es mío…bueno, iré a cambiarme para mostrarte donde te quedaras. -Dijo para luego dejarnos solos a la chica risueña y a mí-

-Sabes…no tienes que ponerte nervioso…pero creme que ella no muerde, o bueno, solo a veces

- ¿Qué?

-Es broma- Dijo soltando una leve carcajada- Bueno espera aquí, yo me tengo que ir; disfruta tu estadía Ian.

Solo se escuchaban mis latidos, los cuales después de unos minutos se calmaron, mire alrededor encontrándome con…nada, me acerque a la gran ventana y mire aquello que había en el exterior; una gran vista, el sol empezaba a ocultarse dándole paso al anochecer.

Toque con la yema de mis dedos aquel objeto que colgaba de mi cuello, un recuerdo de que puedo seguir adelante, lo ultimo y lo más valioso que dejo mi madre antes de morir en manos de su asesino.

A veces me pregunto cuantas veces hemos escondidos secretos, nos hemos vendado los ojos apretándolos de tal manera que ni el más mínimo rayo de luz atraviese la tela blanca. Actuando como si nada hubiera pasado, yo fui uno de esos a los que le toco poner un velo blanco en sus ojos para que nadie notara el acto asqueroso cometido por aquellos demonios que habitan en esta tierra…en este infierno terrenal.

-Ya estoy lista podemos arrancar- Dijo aquella melodiosa voz que causaba estragos y confusión en mis adentros-

-Si, claro- Me di la vuelta encontrándome con el ángel al que había descubierto hace pocas horas, vestía una falda corta, una camisa que le quedaba ancha y su largo cabello recogido dos trenzas-

Salimos de la institución directo al estacionamiento, paramos frente a un Audi SQ8 negro; tome el puesto del copiloto después de a ver guardado las maletas en la parte de atrás del auto.

Nabi encendió el auto y nos dirigimos hacia nuestro destino el cual para mi no era más que desconocido.

-La mayoría de los estudiantes se instalas en las habitaciones de la Institución, yo no, prefiero mi propio espacio así que tengo mi propio departamento; por cierto, solo tiene una habitación así que tendremos que compartir cuarto.

-Está bien << No, no está bien, paso hace más de un año desde que dormí con una mujer y cabe aclarar que esa mujer termino siendo una maldita mentirosa y traidora; otro demonio más de este asqueroso mundo rodeado de maldad>>

-Y ¿Cuántos años tienes? -Pregunto con su mirada puesta en la carretera-

- 19, dentro de unos meses cumplo los 20- Dije mirando a través de la ventana, ya era de noche las calles estaban adornadas por las luces de los edificios y los grandes anuncios en los mismos- ¿Y tú?

- 23 los cumplí hace poco.

-pero…no es para que siguieras estudiando.

-Lo sé, la verdad es que sigo “estudiando” aquí por que quiero, pero en realidad tengo mi trabajo, es como un trabajo de medio tiempo, pero me da lo que necesito. El director de la institución es mi tío por parte de madre, así que no pone problema porque pase mi tiempo allá.

- Había escuchado algo sobre eso.

El transcurso hasta su departamento fue un poco largo, pero después de un rato llegamos. Nos encontrábamos en uno de los ascensores de uno de los edificios.

(Apartamento 103) Nabi introdujo la clave, para luego abrir la puerta haciéndose a un lado dándome entrada al lujoso departamento.

-Bienvenido a mi dulce morada.

Dios el olor era más que embriagante…era relajante, la forma en la que todo el lugar este inundado de su delicioso olor. Algo digno de disfrutar.

‘‘Quiero que lo disfrutes cariño, no quiero que me pruebes’’




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