CAPITULO 11
“Bésame o déjame, no quiero estar en el medio”
Su cálido cuerpo cubierto de sudor, su respiración agitada por el momento y sus manos aferrándose a mi espalda pidiéndome cada vez más contacto. Era algo tan obsceno.
Su pecho levemente al sado dándole paso a mi boca deseosa de cada parte de ella, era un momento tan etéreo, su imagen desnuda entregada solo a mí, siendo mía y solo mía. Sus ojos rasgados y dilatados miraban fijamente a los míos, era tanto que juraría a ver visto mi reflejo en ellos.
Mi intimidad estaba tan deseosa de ella, llegando cada vez más profundo en cada estocada. El vulgar sonido de nuestros cuerpos en cada fuerte choque y su voz agitada que repetía a gritos y gemidos más movimientos rápidos, un cambio de posición fue suficiente para llegar al tercer orgasmo junto aquella mujer que ahora me pertenecía en cuerpo y juraría que en alma.
Su estruendosa risa después de aquella última partida fue de los mejores finales, su cabeza finalmente estaba recostada en mi pecho mientras retomaba su respiración.
-Hay que lavarnos, si aun tienes energía, podrías cambiar las sabanas en lo que yo me baño- susurro con sus ojos entrecerrados.
-Esta bien- luego de eso, lo ultimo que vi fue su cuerpo desnudo entrando en baño-
Ya lista la cama y nuestros cuerpos limpios, su fisionomía se aferraba a la mía quedando cómoda, al parecer.
-Eso fue increíble.
-Lo sé, pero para mañana estaremos más cansados.
Un quejido de su parte y por último un silenciosos “te amo” fue suficiente para hacerme dormir como en noches nunca lo hice.
-Ian, Ian
-Sí? -como pude me levanté aun dormido-
-El desayuno esta listo, vamos antes de que se en fríe- asentí, ella salió de la habitación.
Mire a mi alrededor, hasta llegar al lado de la cama que permanecía vacío, justo en ese momento recuerdos de todo lo sucedido anoche me llegaron de golpe y después de reaccionar, baje a la sala corriendo emocionado, aquella hermosa chica se convertiría en mi novia y en el principio de un camino lleno de buenos momentos.
Apenas la vi, tan hermosa disfrutando de su café mañanero y unos papeles al parecer del trabajo, casi como un imán su hermosa figura me atrajo, me lancé a ella después de ver como dejaba la taza de café en la mesa.
-Parece que amaneciste de muy buen humor
-Te amo- la mire a los ojos.
-¿Qué?
-Te amo, te amo, te amo, te amo- deje miles de besos en su rostro, subí a la habitación lave mi cara y dientes y baje para luego ver a Nabi recostada en el mueble-
-Me dirás que fue aquello-menciono abriendo sus brazos, me acerque a ella recostándome a su lado-
-Solo estoy muy feliz por lo de anoche
-Enserio, tan feliz te hace
-Demasiado
-Si tú lo dices, deberías desayunar- me dijo con una sonrisa
-Hoy llegare tarde, tengo que revisar unos papeles y prepararme para una junta. Así que estaré muy ocupada. -Se paro y a los minutos salió con un traje, una blusa manga larga pegada que resaltaba su cintura y sus pechos, un pantalón blanco de tela fina que se ajustaban perfectamente a sus caderas y por último una camisa manga larga negra elegante, su cabello largo y negro y sus ojos expectantes de cualquier movimiento.
-Te ves hermosa -me acerque a ella rodeando su cintura para luego hundirme en aquel olor a vino que emanaba de su cuerpo. Su aura marcaba presencia, ella era todo lo que necesitaba para hacerme arrodillar a sus pies.
Después de un rato y una cálida despedida, me aliste para dirigirme hacia el instituto.
-Woa entonces por esto te consideran un prodigio-una voz femenina interrumpió mi trabajo-
-Jisso
-Deberías tener cuidado con las expresiones que haces mientras trabajas, cualquier chica puede terminar desmayada después de ver a un ángel creando arte- la mire curioso tras sus palabras, a lo cual solo me respondió con una sonrisa-
-No digas esas cosas, cualquiera que te escuche diría que estas coqueteando conmigo- continué mesclando colores en el lienzo-
-Tampoco te alteres angelito, créeme no eres mi tipo-se recostó en la orilla del escritorio al lado mío, mientras observaba los trabajos de mis compañeros que se encontraban en el taller-
- Eres bueno en lo que haces -menciono atenta a mi pintura-
-Aun no esta terminado
-Aun así, es hermoso
Después de un rato el taller volvía a estar lleno, cada quien estaba concentrado en su pintura hasta que escuchamos unos pasos entrando al taller, era la profesora de nuestra sección, venia a darnos clases o a veces solo a supervisar nuestro trabajo.
-Veo que todos han avanzado con sus pinturas, eso es algo que me alegra
-Vine para avisarles que para este fin de año haremos una galería de fin de año, cada uno dará a conocer su pintura, tendrán la oportunidad de darse un poco a conocer