Aziz se encontraba en la cocina, rompiendo y revolviendo unos huevos, cuando Adir salió de su habitación después de pasar toda la noche leyendo cómics.
Aziz estaba preparando su mochila para la universidad mientras reflexionaba.
Aziz pensó por un momento. No había visto a su hermana en bastante tiempo y sentía que era el momento adecuado para visitarla. Después de todo, la familia era importante para él.
Adir sonrió, comprendiendo la importancia de este encuentro para Aziz.
Al día siguiente, Adir y Aziz fueron a un centro comercial para comprarle ropa. Después de varios intentos fallidos con la vestimenta, finalmente encontraron la adecuada.
Aziz asintió, entusiasmado con la idea. —Sí, es una excelente idea. A Alicia siempre le han gustado las plantas. Podemos comprarle una bonita planta para alegrar su habitación.
Adir y Aziz terminaron de prepararse rápidamente y salieron hacia la tienda de plantas más cercana. Escogieron cuidadosamente una planta en flor, pensando en lo feliz que haría a Alicia.
Aziz y Adir estaban caminando en dirección al tren bala. Al llegar, compraron los boletos y se dirigieron a los torniquetes. Aziz le mostró a Adir que el boleto se lo tragaba el torniquete, lo que la asombró mucho, ya que era la primera vez que veía eso. Y era aún más sorprendente cuando salía un nuevo boleto.
Luego de eso, esperaron al tren bala, lo que asombró a Adir cuando vio cómo llegaba.
Una vez adentro y con el tren en movimiento, Adir se quedó pegada a la ventana, viendo el exterior.
Durante el trayecto, Adir parecía estar pensando en algo, observando el paisaje que se deslizaba rápidamente por la ventana. Aziz notó la expresión reflexiva en su rostro.
Adir se sobresaltó ligeramente y luego le sonrió.
Aziz asintió, agradecido por la consideración de Adir. Llegaron a la estación y abordaron el tren. Durante el viaje, Adir compartió algunas ideas sobre cómo hacer la visita a su hermana aún más memorable.
Aziz encontró las sugerencias de Adir muy útiles y comenzaron a planear los detalles de su visita.
Una vez que llegaron a su destino, esperaron sentados a que pasara el autobús. Adir estaba entretenida en el autobús comiendo algunos dulces y de vez en cuando le daba uno a Aziz.
“Nunca me cansaré de Aziz” pensaba Adir mientras miraba por la ventana. “Un día tendremos que despedirnos, pero aún así, nunca pensé que hubiese sido mejor no conocerlo. Solo quiero disfrutar del tiempo que pasamos juntos. Solo me pregunto qué será este sentimiento que estoy sintiendo en lo profundo de mi corazón”.
Aziz y Adir una vez llegaron al paradero, salieron de ahí caminando con mucho ánimo. Caminaron en dirección a la casa de Alicia. Pasaron por varias casas, algunas calles, algunas más empinadas que otras, hasta que al fin llegaron a la casa, iluminada por el despejado sol.
Editado: 01.09.2025