Hades
"Esta chica esta volviéndome loco"
– Ohh, Hola Atenea ¿Que se te ofrece? – respondí.
– Se me había olvidado que te mudabas en estos días, mañana no estaré en el piso tengo que salir todo el día –
– Dejare la llave de repuesto en recepción – dije.
– Adiós, Atenea – colgue la llamada.
Después de esa llamada, fui a terminar algunos de los trabajos que me habían dejado en la universidad. Estoy estudiando administración de empresas para poder más adelante administrar las empresas de mi padre.
Estuve horas en eso hasta la noche.
Cene y me fui a dormir —Estaba agotado—.
*Al día siguiente*
Estoy dejando una nota en la sala del piso para Atenea ya que hoy llega y yo no estaré.
Después baje donde el vigilante del edificio.
– Buenos días Cedric – Le dije al hombre de unos 27 años, alto y musculoso.
– Buenos días señor–
– Toma en el trascurso del día vendrán por ellas– Le entregue un juego de llaves. – La chica se llama Atenea, va a ser mi nueva compañera de piso –
– Está bien señor, yo se las entrego – me dijo el vigilante.
– Gracias –
Después de esa charla salí al centro de la ciudad.
La tarde estuvo muy atareada, fui al banco a hacer cosas de adultos y después fui a comprar varias cosas para la Universidad. Por último fui a casa de uno de mis mejores amigos —Todos mis mejores amigos vinieron a la misma Universidad que yo—.
Estuve unas cuantas horas jugando videojuegos y poniéndome al tanto de todo lo ocurrido con el.
Al llegar al piso todo estaba oscuro y en silencio. Pase por la habitación de Atenea antes de entrar a la mía, tenía la puerta media abierta y la vi acostada en su cama. No pude ver su cara porque estaba de lado.
Vi su cabello por la luz de la luna que se colaba por la ventana, era un rubio llegando a blanco, su piel era muy blanca y pálida, tenía muy bonito cuerpo. Estaba en unos pantalones cortos rosas de pijama y una blusa negra de tirantes.
A pesar de que no logre ver su rostro, ella daba que era muy guapa.
Después me dirigí a mi habitación a dormir.
*Al día siguiente*
– Maldita alarma!!– Frunci el ceño al apagar la alarma de mi celular.
Me levante de mi cama y fui a mi baño a lavar mis dientes.
Después baje a la cocina a prepararme el desayuno.
Estoy tostando el pan para hacerme unas tostadas de nutella con fresas. — Rico —
La verdad siempre desayuno lo mismo y a la hora de almorzar voy a la cadena de restaurantes de mi madre — Tengo un menú especial para mi—. Al ser hijo único siempre e sido muy consentido por mis padres. Siempre e asistido a las mejores escuelas y preparatorias de la ciudad, ahora asisto a la mejor universidad del país. Todo esto es gracias a mis padres. Mi madre es una de las mejores chefs a nivel mundial, tiene una clase de restaurantes regados por todo el mundo, todos puntuados con 5 estrellas. Mi madre es la famosa Amelia Klein, una mujer de nacionalidad Alemana y una gran madre.
Mi padre es un famoso empresario y abogado de origen estadounidense específicamente del estado de California en Los Ángeles. Mi padre tiene muchas empresas de contabilidad y finanzas al rededor del mundo, mi padre es Jack Moore.
Mi padre y yo somos iguales, yo a su lado parezco su gemelo. —De mi madre solo tengo sus ojos—. Amelia Klein es una mujer como de 1.75 de altura, peliroja, de piel blanca y ojos celestes brillantes. Jack Moore es un hombre de 1.90 de altura, blanco, cabello negro azabache y ojos azules.
Mi padre desde que estoy pequeño es mi héroe, es mi modelo a seguir.
Estoy tranquilo terminando mi desayuno cuando escucho unos pasos en la escalera. No le di importancia y seguí en lo mío.
Después de un rato sentí una mirada sobre mi cuerpo entonces me gire.
– Tu? – Dije al ver la chica que tenía enfrente.
...
Después de ese caluroso encuentro, subí super enojado a mi cuarto —la verdad no sabía porque lo estaba—.
La chica era linda se veía interesante pero con solo verla me daba tando odio.
Su cara era hermosa, tenía la mandíbula super perfilado, unos labios grandes y se veían suaves. Tenía ojos ni grandes ni pequeños, los tenía acordes a su cara. Eran de un celeste super claro y por partes morados.
Sus ojos eran únicos en la tierra y en mi vida.
En ese momento me di cuenta que Atenea había vuelto para cambiar mi vida.
Mi vida y yo daríamos una vuelta 365 grados.
...
Estuve algunas horas en mi pieza, no baje a comer ni nada.
No tenía hambre.
Entonces escuche el timbre de él piso y escuché a alguien bajar por las escaleras.
Al momento baje porque sabía quienes eran.
–Hola chicos – dije al ver a los chicos.
–Hola bebé – dijo Ari, con ella teníamos una relación de amigos con derechos desde hace mucho.
Ella se acercó y me beso.
Al terminar voltee a ver a Atenea, estaba super roja.
Iba a subir pero la detuve.
– Chicos les presento a la insoportable de Atenea Strusa – dije en tono burlon.