Te amaré... En esta vida y en la otra.

Extra

FRANK

Casi la mitad de mi vida, la he dedicado a servir a la familia Mathews, he visto crecer a Bryony desde que nació, he vivido en carne propia sus cambios, de bebé a niña, luego adolescente hasta convertirse en la hermosa mujer que hoy es, siempre haciendo travesuras, ni si quiera la edad ha dejado que pierde esa chispa de niña consentida, era la única niña, así que fue imposible no malcriarla, su dulzura doblegaba hasta el más despiadado de los hombres ¡Yo!

Pertenecí al mundo militar, fui francotirador en al cuerpo de inteligencia de mi país, mi misión era acabar con todo aquel que representara un peligro para la nación.

¿Mate hombres? Muchos.

¿Me temblaba el pulso? Jamás.

Fui el mejor en mi trabajo, no falle ni uno de mis objetivos, pero conocí a una mujer, y como todo un pendejo me enamore. Hasta ahí llego mi vida militar.

Ahí fue el momento en que comencé a trabajar para Jordan Mathews, un amigo que tenía tiempo sin ver, Lacey y mi mujer se hicieron muy amigas, de ahí la confianza que ellos depositaron en mi para proteger a su hija.

¡Ella está bien!

Físicamente, pero falle como un principiante al no poder cuidar a mis amigos, me decepcione a mí mismo, pero también la decepcione a ella.

Está destrozada.

Mi dulce niña está destruida y todo por mi culpa.

— ¿no piensa ir a buscarla? — dice una voz sacándome de mis pensamientos.

Delante de mí, tengo a un muchacho de unos veintitantos, su rostro demuestra preocupación real ¡es extraño! Porque jamás lo he visto cerca de Bryony, pero su rostro demuestra que si la conoce.

— ¿quién eres tú?

— Sólo un amigo— ofrece su mano, lo miro expectante hasta que habla otra vez — me llamó Frederick— fue ahí cuando estreche su mano — ¿de verdad no piensa ir a buscarla? Está muy alterada, podría pasarle algo por manejar en ese estado— su semblante es muy serio.

Saco mi celular y marco solo un número — ¿La seguiste? — pregunte a Roberto, el también pertenece a mi equipo de seguridad, estaba afuera del hospital.

—afirmativo L, se dirige hacia su domicilio, en cuanto esté segura se lo comunico—

— ¡Bien! Asegúrense de que no salga de la mansión, yo me ocupare de los trasmites fúnebres.

—Entendido— colgué y mire al chico que esperaba ansioso información.

—Va camino a su casa y está segura, ahora necesito que te retires— demande porque quería estar solo unos segundos, solo unos segundos para llorar la muerte de mis amigos y luego tendría que volver a ser el mismo hombre sanguinario y averiguar qué coños paso.




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