Te amaré... En esta vida y en la otra.

Capítulo 16

Bryony

No puedo estar más de acuerdo con Frederick en este momento...

Yo no lo veo como un hermano.

—Chanel siéntete en la libertad de cocinar lo quieras yo tengo que hablar con tu hermano algunas cosas— camine hacia el despacho de papá, el venía detrás de mí...

Lo sé, no porque lo vea si no porque siento su mirada en mi —pasa y siéntate.

Camino hacia el escritorio y me siento.

Abro la gaveta que está en el lado izquierdo y de ahí saco el contrato que deberá firmar, se lo ofrezco —este es el contrato, las estipulaciones a pesar de ya estar aprobadas por nuestro abogado, pueden ser cambiadas en caso de que no estés de acuerdo con algo, también especifica cuáles serán exactamente tus funciones, horarios y sobre todo tu salario— veo que ve el sobre como si del fuera a salir la respuesta de quien inventó la vida —Debes leerlo, ahora— entonces el me ve y me sonríe...

— ¿Siempre serás así de mandona?— cuestiona...

Y puedo escuchar que susurra un suave me estoy arrepintiendo claro que... por su sonrisa sé que solo está jugando.

Luego de eso enfoca su atención en leer el contrato, y yo enfoco mi atención en leerlo a él, es realmente un chico muy apuesto... Rato después firma el contrato y me lo entrega, no objeto, no acoto, simplemente acepto.

—se lo que estás pensando— dice, arqueo una de mis cejas retándolo —aclaro que mis funciones las entendí perfectamente, el sueldo está por encima de lo que yo esperaba debo decir, y yo solo utilizaba mis días libres con mi hermana y si ella está aquí pues estoy bien con el contrato.

¿No tienes novia con la que pasar tus días libres? Lo pienso pero no lo preguntó.

—está bien, entonces...— señalo hacia la puerta mientras me levanto —vamos con tu hermana, hoy solo tendrán que instalarse, ya mañana te tocara reunirte con Frank... Él es nuestro jefe de seguridad. Tu jefe a partir de ahora, yo solo seré la chica malcriada a la que tu tendrás que soportar— dije sonriendo y saliendo del despacho camino a la cocina.

 

[...]

 

Chanel Harrelson cocina exquisito, de verdad que sí, esta chica tiene magia en las manos, decidí que podíamos almorzar en el jardín de la casa, el día está muy hermoso y hay que aprovecharlo. — ¿Qué estudias?— Le preguntó a ella por pura y simple curiosidad.

—gastronomía, lo que me apasiona es la cocina, por eso me esfuerzo en la universidad, terminaré mi carrera, trabajaré, ahorrare dinero y me iré a estudiar cocina a París— eso es estar centrada en la vida.

París es muy lindo, una vez fui de vacaciones con mis padres y creo que fue la primera vez que me enamoré — ¿tienes alguna escuela en específico o algún Chef con que el quieras aprender a cocinar o solo deseas ir a Paris y ya?— tal vez pueda ayudarla, al mi madre tener una cadena de restaurantes conozco personas que estarían encantadas de ayudarme.

— ¡Sí!— ella suspira —me gustaría aprender en Ritz Escoffier, adoro las técnicas que emplea el Chef Philippe Rochat, él es muy reconocido y me encantaría ser parte de su grupo de aprendices, espero y aún viva cuando yo logre reunir el dinero— reímos por su último comentario.

—Bryony, disculpa que interrumpa pero te solicitan en la puerta— dice Nani parada a mi lado, estaba tan concentrada riendo que no note cuando llego.

—Gracias Nani— respondo viendo sus brillosos ojos —ya vuelvo— me disculpe con los chicos y fui a ver quién me llamaba, la garganta se me desgarro del grito que solté — ¡Alexa!— corrí hacia ella y la abrace.

—Me asfixias— susurró como si le faltara el aire, no le creí...

Agarre su mano y la arrastre conmigo hacia el jardín, Chanel y Frederick estaban entablados en una conversación, al igual que yo con Nani no se dieron cuenta de nuestra presencia, la ceja de Alexa llego a la estratosfera de lo alta que la subió, una pregunta clara que yo ignore, le presente a Chanel, porque a Frederick ya lo conocía.

— ¡Wao! Debí caerte muy mal cierto...— Le dice este a Alexa —primero interrumpes mi baile y ahora mi almuerzo.

Ella se ríe —no fue mi culpa interrumpir tu baile con esa bella y hermosa mujer— dice señalándome y paso lo mismo de la otra vez.

— ¡Hay que tierna se nos sonrojo la niña!— esta vez es Frederick quien se burla.

Luego de eso vinieron muchas burlas más, pasamos una tarde agradable, entre risas, chistes, y amigos, me sentía feliz... Como no me sentía desde aquel día que murieron mis padres.




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