Te amaré... En esta vida y en la otra.

Capítulo 22

Frederick

Lo que menos imagine que pasaría fue que ella me besaría justo en frente de Bry, me tomo totalmente por sorpresa.

Pero no duro ni dos segundos, fue sentir sus labios en los míos para separarla de mí, solo que ella ya se había ido.

—Susan, que esto no se vuelva a repetir— Ella solo se ríe, al parecer es consciente de lo poco que pudo haber entre Bryony y yo.

—Me vas a negar que te encanto, antes morías por mí.

El tono tan meloso con el que lo dice en este momento me asquea, no negare que en su momento me gustó mucho. Pero la atracción física que sentía por ella murió hace mucho.

—tienes razón. Hubo un tiempo en el que moría por ti, pero ya paso... Ahora vivo por ella, así que no te humilles de esta forma. Porque sinceramente te ves patética.

Entre en la empresa dejándola muerta de rabia.

Lo peor por decirlo de alguna manera fue que tanto Jessa como Gillian, se estaban burlando de ella sin que se diese cuenta.

Susan siempre ha sido tan superficial, que es capaz de aguantar cualquier cosa solo por el prestigio que un buen apellido le puede dar, a pesar de no ser el suyo.

Subo por el ascensor, justo antes de entrar en su oficina Támara se me acerca — ¿qué le paso hombre? Está hecha una fiera y dejo dicho que no se le molestara.

—se lo que hago — dije antes de tocar la puerta.

La rabia que oí en su voz al contestar produjo ciertas cosas en mi cuerpo, ella en realidad está muy molesta y lo comprobé al entrar y ver ese desastre en el piso, cuando salió del baño de su oficina, estaba sumamente roja.

La furia que destellaban sus ojos resultaba atrayente y fuera de lo que muchos pudieran pensar en estos momentos para mí se veía más bella de lo que ella era.

Esta celosa. Muy celosa.

Disfruto de este pensamiento tanto como puedo. Saber que ella puede sentir celos de mí solo significa que le gusto tanto como ella me gusta a mí.

Jamás imagine ver a una sexi Bryony Mathews, en plan tan infantil.

Azotando puertas, gritando y armando berrinche como niña malcriada.

Estoy tan deseoso de que ella quiera ser mi niña, que no me importa nada de lo que está diciendo.

Hasta que saca a relucir que yo solo soy su empleado, eso sí me molesta y mucho.

Así que agarro mi orgullo y lo llevó de la mano hacia la puerta, tampoco pienso aguantar humillaciones, pero claro, mi orgullo y yo pensamos distinto. Así que me devuelvo y hago lo que debí hacer la primera noche que hable con ella.

La bese, sus labios son tan malditamente ricos, que no quiero dejar de besarlos. Sentir su cuerpo tan junto al mío es lo que he soñado desde hace mucho y no es nada comparado a lo que imagine, es mejor, muchísimo mejor porque es real.

Está pasando, ella no me rechazo, ella no me alejo, ella se aferró a mí de la misma forma en que yo lo hago con ella. Pero como dije mi orgullo y yo pensamos diferentes ahora es el quien me agarra a mí y me separa de ella.

—Ahora si me voy jefa — Que sepa que a pesar de besarla su comentario me molesto y mucho.

 

[...]

 

Han pasado tres horas y ella aun no sale de su oficina, tan mal le pareció mi beso que no quiere ni verme, arriesgándome entro a su oficina sin tocar, el desastre sigue estando en su lugar, pero a ella no la veo. Debe estar en el baño, camino hacia allá y toco la puerta pero ella no responde.

—Bryony estás aquí ¿estás bien?

El silencio en seguida me preocupa, abro la puerta solo un poco y veo unos pies, la termino de abrir y me sube el corazón a la garganta cuando la encuentro en un rincón del baño, abrazada a sus rodillas.

Con cautela me acerco a ella, me agacho y tomo sus manos, sintiendo lo heladas que estas se encuentran.

— ¿hermosa que te pasa? — Solo basta que termine mi pregunta para que ella se suelte a llorar, no conozco el motivo, esperó no ser yo. Porque me odiaría por hacerla sufrir de esta manera.

—Yo no... No veo bien— habla entre sollozos

—Por favor trata de calmarte princesa porque no te entiendo — digo mientras me siento en el piso y la siento a ella en mis piernas, la abrazo fuerte pero sin llegar a dañarla.

—después que te fuiste iba a empezar a recoger mi desastre, pero al agacharme a recoger mi laptop me maree, desde antes me dolía la cabeza y pensé que podría ser por eso.

>> Pero el mareo nunca se me paso, no pude sostenerme en pie, así que me senté a esperar pero solo se hizo más insoportable y el dolor en mi cabeza me está volviendo loca. Y tengo frio, tengo mucho frio y encima todo es borroso en este momento ¿qué me pasa?

Hablaba llorando y yo tenía el corazón hecho un nudo, imposible no asustarme yo también.

—Vamos princesa cálmate, iremos a casa para que descanses y luego cuando tengas más fuerzas te llevaré al doctor.




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