Te amaré... En esta vida y en la otra.

Extra

Matthew

No puedo creer lo que mis ojos ven, son mis hermanos, están vivos...

Es imposible no reconocerlos, si son una copia exacta de Morgan y Kendal, además tienen sus mismos nombres sería una muy mala jugada del destino que yo me esté equivocando.

Necesito salir de aquí, no puedo creer que esos despreciables seres que se dicen llamar mis padres me hubieran mentido con algo tan importante para mí.

Salgo de esa casa azotando la puerta, estoy muy enojado conmigo mismo por no haber investigado más, necesito procesarlo y encontrar la manera de explicarle a los chicos del porque no saben de mi existencia...

Llevo caminando más de quince minutos sin rumbo fijo, estoy llegando al borde de un acantilado y al llegar a la orilla me siento ahí, no sé en qué momento llego Alexa ni en qué momento empecé a llorar de esta manera, estoy feliz y también muy asustado, feliz por saber que están vivos y asustados porque no sé si me van a rechazar.

— ¿amor que pasa? — Pregunta dulcemente.

Pero yo estoy en un trance del que no logro salir, no logro encontrar la conexión de mi cerebro con mi boca y simplemente no me salen las palabras, solo me concentró en un punto fijo en el horizonte, aun siento el dolor que sufrir al enterarme que Frederick mi hermanito había muerto, cuando me fui de casa él era muy pequeño y aun no llegaba Chanel.

— ¡nene por favor habla me estas preocupando y no me gusta verte así! — pregunta mi hermosa Alexa, de verdad amo a esta mujer siempre es tan atenta y entregada a mí.

—ellos me dijeron que estaban muertos y no era así, me mintieron, me hicieron creer que llegue tarde para salvarlos y resulta que están vivos.

—explícame porque la verdad no entiendo.

— ¿Recuerdas que te conté como fue mi infancia con Morgan y Kendal? — Pregunto, ella solo asiente —bueno lo que no te conté fue que yo tenía un hermanito— digo y sus ojos se abren como platos, iba a hablar pero con mi mano le día entender que no lo hiciera —cuando yo tenía ocho años, vivíamos en una pequeña casa al norte, papá, mamá, Frederick y yo, vivíamos en muy mal estado, nuestros padres siempre fueron personas viciosas y preferían vernos pasar hambre a mi hermano y a mí, yo podía aguantar hambre pero Frede era más pequeño, solo tenía  cuatro años y yo no podía soportar verlo sufrir, así que me escape de casa, prometiéndole que volvería por él y me lo llevaría para que fuera feliz, salí de casa con la intención de buscar ayuda y poder sacar a mi hermano de esa miseria en la que vivíamos— cuento mi infancia y mientras lo hago otra vez estoy llorando.

¿Desde cuándo me he vuelto tan marica?

>> nada me salió como yo quería, servicio social me encontró en la calle y pensaron que era un niño abandonado, me llevaron a varios orfanatos de los cuales escapaba pero siempre me atrapaban, no me creían que yo tenía una familia y simplemente me mantenían constantemente vigilado, así pasaron los años, por ser un niño mayor nadie me adopto y mejor así no quería otra familia que me llevara lejos de mi pequeño hermanito— volteo a ver a mi catira hermosa y veo lágrima en sus ojos, se las retiro rápidamente y continuo viendo el horizonte para seguir contándole.

—cuando cumplí la mayoría de edad tuve que irme del orfanato, esa fue una época traumática de mi vida, dormía en las calles no tenía a donde ir, no tenía trabajo y mucho menos dinero, hasta que me encontré con un buen hombre que me ayudo, él es doctor, me dio acogida en su casa y me educo, me pago estudios universitarios y gracias a él me gradúe como arquitecto en la mejor universidad, a él le debo mi vida, cuando ya estuve preparado económicamente hablando hable con él y le dije lo que quería hacer, debía buscar a mi hermano.

— ¿así que volviste a casa? — pregunta ella atenta a cada una de mis palabras.

—exacto ¡Volví!... Pero ellos ya no estaban, la casa estaba en penumbras casi se caía, trate de buscar información y los vecinos me dijeron que ellos habían caído en depresión cuando los chicos escaparon, me sorprendí ante tal información porque yo solo dejé a Frederick, luego me explicaron que ellos habían tenido una hija unos años después de que el primer hijo escapara, naturalmente al verme con tremenda pinta no se dieron cuenta de que el primer hijo en escapar fui yo, con ayuda del hombre que hasta este momento considero mi único padre pudimos averiguar el paradero de Morgan y Kendal estaban en una clínica de rehabilitación y desintoxicación.

>>Llegue a la clínica, al principio no me reconocieron pero cuando lo pudieron hacer se volvieron como locos los dos, me reclamaban que mientras yo me daba la gran vida ellos pasaban hambre, me imagino que fue por mi apariencia de chico con clase que pensaron así, recuerdo que les saque en cara el porque me fui y que me arrepentía mil veces de no haberme llevado a Frederick también y dejarlo completamente solo, ahí fue cuando le pregunte por mi hermanito menor y la hermana que no sabía que tenía pero ellos me engañaron. Me mintieron Alexa, acabaron con mis esperanzas al decirme que habían muerto de hambre y totalmente deshidratados.

>> Lo que más me jodió fue que me lo dijeron en medio de una carcajada, vi todo negro y sin pensarlo me lance contra mi padre y le di un golpe en su cara mientras le gritaba que se callara, Morgan solo veía como yo sufría por no poder haber rescatado a mis hermanos o por lo menos a Frederick que era el que existía cuando yo me fui.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.