Bryony
Decido que seguir recostada del pecho de Frederick es lo mejor que puedo hacer.
El acaricia lentamente mis brazos mientras da besos de vez en cuando en cualquier lugar de mi cuerpo en la que la posición en la que estamos se lo permite.
— ¿podrás perdonarlo? — pregunta él.
No lo sé, sinceramente. Así que no puedo darle una respuesta concisa porque sería mentirle.
Ni siquiera he podido asimilar aun que tengo un padre. Que tengo a mi padre biológico. Ese que pensé me había abandonado por ser un estorbo en su vida.
Aunque, en cierta forma eso hizo. Él me abandonó. No importa si fue por celos, desconfianza hacia Alicia. El simplemente se fue y me dejo. Pudo haber vuelto por mí. Pudo haber luchado conmigo y no lo hizo.
Prefirió que yo viera a otros como mis padres. Prefirió que amara otras personas antes que a él.
¿Y si mis papás estuvieran vivos, me lo habría dicho?
¿Habría dicho la verdad? ¿O se llevaría esa verdad a la tumba?
Mi mente está muy confusa. Cada cinco segundos una nueva duda surge en mi mente y sigo sin respuestas.
Por lo que solo puedo encogerme de hombros —tal vez si, tal vez no... No lo sé.
[...]
Siempre he escuchado decir que después de la tormenta viene la calma. Mi tormenta personal duro mucho tiempo... a decir verdad pensé que nunca acabaría. Pero acabo. Y llego la calma.
La calma en mi vida es a medias. Pero es calma al fin. A medida que pasan los días puedo decir que todo está volviendo a su lugar.
Excepto mis padres... bueno mis padres adoptivos. Es raro llamarlos así. Pero resulta que... ahora tengo un padre vivo. Y aunque me cueste poco a poco me estoy haciendo la idea de que él existe. Ya no es sólo Frank Lambert. Ahora es mi papá.
Él y yo seguimos sin hablarnos. Bueno sigo sin hablarle. Pero de a poco voy aceptándolo. No lo justificó y no lo haré. Pero me gustaría no lo sé... ya no se ni lo que quiero.
Pero al menos tengo a Frederick. Mi relación con él es perfecta.
Con el están fácil ver colores alegres. No hay negros en mi vida. Solo matices brillantes así como él. No pensé, que una persona fuera capaz de sacar lo mejor de alguien más. Pero él lo hace. Él sabe ver y hacer que salga a flote lo mejor de mí. Lo mejor de todo es que me ama y me hace amarme.
Volver a experimentar lo que se siente ser su mujer es extraordinario. Él es tan intenso. Tan apasionado. Que por ningún momento me hace cuestionar mi físico. El hace que me vea a mí misma como me ven sus ojos. Sexi, sensual... no sé cómo explicar. Solo sé que jamás me cansaré de esto. Nunca podría arrepentirme de nada entre nosotros.
Acarició su rostro dormido en la cama de nuestra habitación. Él está agotado. Hay días en la empresa que son realmente extenuantes. Lo sé, yo estuve de ese lado y no sé porque a mi mente viene una imagen de él en plan jefazo. Debe tener a todas las chicas de la oficina babeando por él. Pero confío en él. Bueno quiero confiar en él. En su amor, en su palabra.
Salgo de la cama a medio vestir porque no quiero despertarlo. Justo cuando voy a tomar mi celular de la mesa de noche entra una llamada. Es Chanel, la foto de ella con un ridículo puchero así me lo indica.
—hey linda ¿cómo estás? — pregunte
Un suspiro ¡oh! Estamos nostálgicos —estoy bien... pero te extraño mucho y también a mi hermano— su enérgica voz está muy decaída.
—No creo que solo nos extrañes a nosotros— dije burlándome de ella. El pobre Liam anda arrastrándose por las paredes.
—si a él también lo extraño mucho... pero ese no es el motivo por el que te llamó. Veras tengo una idea.
Las ideas de ella son bastante peculiares. Veamos que ha pasado por su cabeza.
—sé qué… escúchame primero antes de dar alguna opinión... pronto tus padres cumplirán un año de muertos... ¡Dios! Han pasado tantas cosas desde entonces que bueno. Lo cierto es que pensé que... podríamos hacer una gala en honor a ellos. Ya sabes, con los socios de la empresa, empleados, clientes frecuentes y nosotros. Sera un lindo homenaje, y a su vez la forma perfecta para que tú te reintegres nuevamente a la sociedad... repito solo es una idea, no quiero parecer insensible ni nada pero pensé que sería... lindo.
El aire gélido de la ventana eriza mi piel. Sali a la terraza para no despertar a Frederick. Escuche lo que ella me dijo. Pero por unos segundos no pude hablar. Sabía que esa fecha se acercaba. Solo lo estaba ignorando.
—escucha solo es una...
—Está bien, me gusta tu idea— corto lo que sea que me iba a decir.
Y un beso en mi cuello me hace asustarme. Volteo y veo a Frederick concentrado en la tarea de besarme.
— ¿en serio? Bueno deja todo en mis manos. Tu solo debes buscar el mejor vestido o no, no, no que lo busque Alexa, lo siento pero en vestimentas su gusto es exquisito.
Me despido entre balbuceos porque exquisito es lo que siento yo cuando mi hombre sin ningún reparo demuestra el deseo que siente por mí.
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Editado: 05.10.2020