Te amaré... En esta vida y en la otra.

Capítulo 48

Frederick

No eres más que su juguete y cuando se canse de ti te botará como a un perro ¿porque no eres capaz de verlo? Ella pasara de ti, se aburrirá y conseguirá otro mejor que tú.

 

No me considero una persona masoquista. Nunca lo fui y no quiero serlo. Pero las palabras de Susan se quedaron prendadas en mí. Ella fue capaz de mirar la misma dirección que a veces siento que veo.

Muchas veces imagino que Bryony reacciona y se da cuenta de que lo nuestro es un error. Que puede conseguir un hombre mejor y que yo solo seré un recuerdo. Pero, me obligó a cambiar de película, confío en nosotros, en lo que tenemos y quiero firmemente creer que ella me ama igual que como yo la amo a ella.

¿Qué carajos pasa por mi mente?

¿Cómo pretendo que el mundo crea en mi amor por ella si yo no lo hago?

Es ilógico hasta para mi pensar que el mundo es un jodido león dispuesto a sacar mis sesos por estar enamorado de una chica como Bry, pero, a su vez soy yo mismo quien dudo de que esto sea real.

Es real.

Yo lo sé, lo siento cada bendito segundo que paso al lado de ella.

Entonces ¿porque no le digo nada?

¿Por dejo que sus pensamientos vuelen tan lejos?

Decido que es mejor acercarme ahora, pero justo cuando muevo mi mano para agarrar la suya se levanta diciendo que se quiere ir.

Bufo, estúpido fuiste demasiado lento.

Me levanto también y rápidamente me acerco a Chanel y hago un pequeño resumen. No quiero que Bry se vaya sin mí... así que salgo lo más rápido que puedo sin llamar tanto la atención.

La vi caminado hacia donde supongo estaba Frank.

Pero no pude visualizar a tiempo a la persona que salió detrás de un pequeño arbusto. Mi mente enseguida se activó e intente protegerla. Pero nadie me protegió a mí del miedo que sentí en cuanto vi quien era el que amenazaba con un arma a mi princesa.

Jamás podría olvidar un centímetro de ese rostro. Ni si quiera pude olvidar aquella fría y vacía mirada que durante tanto tiempo se colaba en mi mente, no importaba cuanto intente desligarme de su recuerdo, pero aún en la distancia él lograba lastimarme, y ahora y como siempre ha hecho intenta lastimar a lo que más amo.

Que mueva el arma de esa manera y con esa sonrisa tan macabra no es nada bueno, pero no pienso moverme de donde estoy.

Protegeré a Bry con mi cuerpo hasta que me sea posible, no pienso dejar que nadie le haga daño.

Ni si quiera Kendal Harrelson.

—así que me pregunte... ¿cómo es que un hijo mío ahora es millonario y no ayuda a su buen padre con algo de dinero?

Vergüenza.

Eso siento. Si hubiese podido elegir hubiese preferido que Bryony nunca conociera a mi padre.

Ella tiembla detrás de mí y hace que el odio que siento hacia mi progenitor aumente. Él no debería estar aquí, él no deberían intentar dárselas de listo porque saldrá perdiendo.

Ahora yo no soy el mismo jovencito que se aterraba cada vez que él llegaba a casa. Aunque siento miedo ahora, creo que es más por saber que no me importa en lo absoluto lo que pase con mi padre.

En esta fiesta había seguridad por doquier, puede que aún no estén al tanto de lo que pase, pero lo harán y cuando eso pase yo no haré nada para salvarlo.

—tienes buen gusto... hermosa y con dinero, al menos la educación que te di no fue en vano. Solo por eso te doy la oportunidad de agradecerme lo que hice por ti.

—tu por mí no hiciste nada...

Él sonríe mientras más se acerca. La punta de su arma toca mi frente pero no dejo de mirarlo — ¡oh! Vamos... no me guardaras rencor hice lo mejor para ti— hace un señal para detrás de nosotros —y ahora hare lo mejor para mí.

Después de esa declaración todo pasa muy rápido, alguien aleja a Bry de mi espalda a la vez que un disparo suena. Volteo sin importarme nada, solo quiero ver que ella está bien. Pero nada esta malditamente bien en esta mierda.

Morgan esta arrodillada en el suelo, siendo apuntada por Taylor mientras Swayer ayuda a Bry a levantarse del suelo y enfunda el arma que recogió muy cerca de ella

¿Mi madre intento matar a mi esposa?

¿Morgan y Kendal?

¿Kendal y Morgan?

Me cuesta procesar lo que ven mis ojos, en seguida se crea un tumulto alborotado, curiosos intentando averiguar, periodista por todos lados y personal de seguridad corroborando que sus protegidos no corran peligro alguno.

Sin embargo yo no puedo darle importancia a eso cuando una vez más los seres que debían amarme no hacen más que partirme en miles de pedazos a la vez.

Una cálida mano toca mi mejilla haciendo que aleje mi vista de mi madre — ¿estás bien?

¿Estoy bien?

¡No lo sé!

— ¿estás bien tú? — pregunto de vuelta es lo único que quiero saber.




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