Capitulo 6
Una Reflexión Profunda: Tomando Una Decisión Importante
Después de una cuidadosa reflexión, he decidido que es hora de comenzar mi tratamiento de rehabilitación. Aunque deseaba disfrutar los seis días que me quedaban, el destino tenía otros planes para mí. Ahora, mi única opción es prepararme para las quimioterapias. Aunque recuerdo los dos años de sufrimiento que pasé y no se lo deseo a nadie, no puedo dejar a mi hermano solo. No quiero ser una carga para él, así que opté por ir a las quimioterapias e intentar curarme, ya que todavía tengo un 50% de posibilidades de sobrevivir y vivir una vida normal.
"Voy a empezar la quimioterapia", le dije mientras estaba sentado en el sofá.
"Por favor, dime cuándo empieza", pregunté amablemente.
Me miró con una sonrisa y me abrazó, dándome un beso en la frente. Me sentí reconfortada al saber que él estaba feliz.
--->"Van a comenzar en dos días", dijo él.
--->"Ya tienes la cita", agregó.
Mientras él hablaba, pensaba en lo incierto que era nuestro futuro. Él y yo somos todo lo que queda de nuestra familia. ¿Estará solo si me voy? Si yo desaparezco, toda la carga de mi existencia se volverá insoportable para él, y tal vez nunca lo vuelva a ver. Si eso sucede, ¿qué será de él? ¿Y qué será de mí sin él?
Después, me acerqué a él y lo miré fijamente. Mis manos rodearon su espalda y mi rostro cayó sobre su hombro mientras decía:
--->¿Qué sería de mí sin ti?
--->Fuiste la persona que me acompañó hasta el final. Lo único que te he dado es preocupación, ¿sabes? Si no estuvieras conmigo, no lo soportaría - le dije, llorando.
--->Perdón por preocuparte tanto.
--->Perdón por ser una carga para ti.
--->Perdón por no darte tu felicidad y encerrarte en mi infelicidad. Perdón por todo.
Un torbellino de emociones me invadió: dolor en el pecho, manos temblorosas y ojos inundados de tristeza. No pude contenerme y pronuncié aquellas palabras. En ese momento, lo único que comprendí fue que mi sufrimiento estaba afectando a otros.
Él volteó a mirarme, sus manos se dirigieron a mi cabello y comenzó a acariciarme. Luego, comenzó a llorar y me abrazó fuertemente, apoyando su cabeza sobre mi pecho.
"Sabes que eres todo para mí", dijo sollozando. "No quiero que te vayas y me dejes", continuó.
--->"No quiero pasar por lo mismo de nuevo. No creo que pueda soportarlo", dijo con la voz entrecortada.
--->"No, ¡NO PUEDO DEJARTE IR!", exclamó gritando y llorando.
--->"No tengo a nadie más en esta vida, eres lo único que tengo, Sophia", dijo con tristeza.
---> y eres lo unico que quiero-. exclamo
En ese momento, cuando pronunció esas palabras, solo podía pensar en recuperarme, cuidar de él, verlo crecer y formar una familia. No quería morir y dejar cosas por hacer. Por lo tanto, traté de calmar la situación, no quería que se sintiera mal.
"Jajaja", le dije tratando de evitar las lágrimas. "No quería llorar, pero mira lo que me has hecho hacer".
"¿Fue por mi culpa?", preguntó frunciendo el ceño.
"Sophia", respondió riéndose. "Me sacaste las lágrimas”.
Nos reímos como locos y lloramos, somos como una copia del otro.
--->Estaré en mi cuarto- le dije antes de irme.
--->Está bien -me dijo.
Me dirigí a mi habitación, cerré la puerta tras de mí y me acosté en mi cómoda cama. Toda la noche estuve reflexionando sobre las palabras que mi hermano dijo. Al recordarlas, mis ojos se llenaron de lágrimas y con la yema de mis dedos, las limpié de mi rostro y me dormí.
Al día siguiente, me dispuse a salir de casa. A pesar de que no podía asistir a la universidad, decidí ir a un lugar muy importante para mí: el cementerio. Caminé con calma hacia la parada del autobús y tomé el primer bus que llegó.Al bajar Una vez allí, fui directamente a la tumba de mis padres. Mientras exploraba el cementerio, observé a muchas personas sufriendo en los funerales de sus seres queridos, mientras que otros visitaban a sus muertos y lloraban junto a sus tumbas. Todo esto me hizo pensar en mi propio funeral. Me pregunté cómo sería después de mi muerte. Al llegar a la tumba de mis padres, comencé a hablarles: "Estoy seguro de que han visto cuánto he crecido", pensé. Además, me alegró ver hermosas flores junto a su tumba.
Después de terminar de ordenar y procesar las cosas, me acomodé y me senté junto a sus tumbas. Apoyé mis codos en mis rodillas y hablé con ellos durante mucho tiempo hasta que atardeció y me despedí. Les rogué:
--->Por favor, cuiden de mi y de mi querido hermano.
Después de mi visita al cementerio, me sorprendió la gran cantidad de flores que adornaban las tumbas. Fue impresionante ver la gran diversidad de tonalidades blancas y pasteles. El hecho de que los seres queridos de los difuntos les demostraran su amor y los recordaran en sus corazones me conmovió tanto que no quería volver a casa. En cambio, decidí dirigirme al bar de nuevo, sabiendo que sería mi última visita. A pesar de que estaba dispuesto a asumir la responsabilidad y aceptar las consecuencias, decidí continuar.
Mientras paseaba por la ciudad, recordé un lugar que había echado de menos. Al llegar allí, pude notar algo que no había visto en mucho tiempo: el pequeño árbol que planté hace dos años ya no era tan pequeño. Lo había plantado con Dan Ho y lo llamamos "nuestro pequeño brote" era como un hijo para los dos.
--->¡Qué bonito recuerdo! -reí.
--->Vaya, ha crecido mucho -comenté.
Observé el gran árbol, y me di cuenta de que alguien había cuidado de él, ya que se veía hermoso. No creo que Dan Ho hubiera sido la persona que cuidó de ti, ya que él perdió la memoria y es poco probable que se acuerde de ti. Me senté en la hierba y me apoyé en el árbol para comenzar a hablar en voz alta. Este lugar no estaba muy concurrido, y había poca gente que conocía este lugar. Afortunadamente, todavía no había llegado nadie. Me pregunto quién podría haber sido que cuidó de ti y necesito encontrarlo para agradecerle.
Mientras caían suavemente algunas hojas del árbol, tuve la fortuna de atrapar una antes de que tocara el suelo. Toqué delicadamente la hoja de mi amado árbol, aunque no lo vi crecer, sigue siendo hermoso.
--->“Querido pequeño brote, tengo tantos recuerdos maravillosos contigo”.
Mientras estaba allí admirando el crecimiento de mi hermoso brote, noté que alguien estaba hablando con él como si lo estuviera susurrando. Me di la vuelta hacia el árbol y pude ver de quién se trataba.