(Mina pov ❤️)
— Llevas un buen tiempo aquí, se que esté lugar da paz pero este lugar no solucionará ni desaparecerá por siempre los problemas, — escucho a Leyla hablar detrás de mi. Se ha vuelto una buena amiga además de cuñada, o ¿ex?.
— Dios ¿cuánto tiempo llevo aquí?— digo y veo como se sienta a mi lado.
— Bueno, llegaste cuando aún había sol, ahora mismo solo se ve una bella y hermosa luna. — menciona acomodándose en el banco.
— Ya sabes que pasó ¿Cierto? — digo apenada. De seguro y me debe de estar juzgando en sus pensamientos. Y no la culpo es su hermana.
— Sí, Alaia me contó algo y madre me explico, si piensas que te estoy juzgando, no lo hagas, no lo estoy haciendo, no soy quien para juzgar a nadie, y no se tus motivos, y no estuve ahí, pero algo si se ¿Sabes que es?. — dice mirándome fijamente.
— ¿No?...
— Se que ustedes de verdad se aman y dónde está el amor está el perdón, o eso dice mi mamá. — dice lo último riendo. — pero creo que es así mi madre lleva toda una vida casada con mi papá y como también ella dice el secreto de un buen matrimonio es que cuando uno de los dos está alterado el otro debe de estar calmado, o nivelar los tiempos.
— Gracias por no juzgarme — digo ella me ve Confundida.
— No, mina no tienes porque, como ya te dije no soy quien para juzgar a nadie, y menos a ti que hasta ahora aún no me haz demostrado ser mala persona, además me caes muy bien, como último consejo para irnos de aquí, ya está algo tarde — dice y es cierto estamos en un invernadero y si señores la casa de mis suegros tiene uno y bien grande. — Mina amas a mi hermano ¿Cierto?.
— Sin duda alguna, — respondo viéndola fijamente.
— Y se que el a ti, una vez leí que "el que es incapaz de perdonar es incapaz de amar". Si ustedes realmente se aman se que se perdonarán. Ningún matrimonio es perfecto aunque así aparente ser, no todos tenemos la oportunidad de tener a la persona indicada y que nos ama. — termina diciendo y se retira dejándome con mil pensamientos, está chica si que es profunda pero tiene mucha razón.
....
Estoy entrando al edificio, al garaje, estaciono veo algo extraño, así que prefiero llamar a Zair, que tal vez no conteste y lo entiendo, debe de estar aún enojado. Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco...mil llamadas y no responde, bueno, tendré que salir de esta auto sola aún está ese auto negro estacionado y hay un hombre fuera no lo reconozco pero no me da buena espina, agarro mi bolso y una llave allen, si soy algo paranoica pero es mejor prevenir que lamentar, además no tomé clases de defensa personal en vano, veamos de que sirve. Salgo del auto con la llave escondida en el bolso para disimular, comienzo a caminar hacia el elevador, pero antes de llegar una voz detiene mi paso de inmediato.
— Querida, ¿Por qué la prisa? — escucho decir, esto es increíble como se dio cuenta que vivo aquí.— ¿Vas a buscar a mi hija como acordamos o se te ha olvidado el trato?. — menciona no,no,no,no esto no puede estar pasando. Decido voltear hacia donde está el y levantar mi frente con todo mi miedo y fuerza interna.
— Ninguna de las dos — digo intentando no mostrar miedo alguno.
— Ya veo y ¿Qué pretendes? ¿Crees que podrás escapar de mi? Oh querida eso es imposible, sabes que no es así, — dice Acercándose a mi yo doy un paso atrás. ¿Por qué nadie aparece?.
— Tu no tienes el derecho de llamar hija a mi niña. — digo ahogando mis mis nervios.
— Vuelves con el mismo discurso, no hagas que me enoje más — dice Acercándose más a mí.
— ¡NO LO DEJARÉ DE DECIR PORQUE ES LA VERDAD!— digo alzando la voz, y el me alcanza dándome un golpe en la mejilla, solo puedo sentir el ardor en esta.
— A ver querida, si no soy yo que tiene el derecho ¿Quien entonces?. ¿Ese riquillo que te conseguiste? Por favor, — dice agarrando mi brazo y poniendo presión en esta me sacude con fuerza, — De ese me voy a encargar esos golpes que me dio se los voy a hacer pagar ¿y sabes quién será la culpable? Tú, y ¿sabes que pasará? Te dejará por lo hija de puta que eres, sabes, ví en sus ojos como se decepciono de ti cuando te besé — dice y toma con fuerza mi rostro para besar y pasar su lengua en ella produciendo en mi asco y miedo pero no voy a dejarme vencer.
— ¡DÉJAME! — grito lo más alto que puedo.
— Tu me perteneces igual que mi hija y serán mías de eso no te quede dudas — dice arrojando me al piso, veo dos hombres y vienen hacia a mí levantando me.
— ¡ESO NUNCA! — digo y me da otro golpe, pero este cae en ojo al yo mover el rostro.— ¡GOLPEA TODO LO QUE QUIERAS PERO NI YO Y MUCHO MENOS MI HIJA SERÁ TUYA ESO JAMÁS!. — digo y vuelve a golpearme ¿Por qué no aparece alguien? Dios ayudame.
— Mírame si no eres mía no eres de nadie,— dice besándome el cuello y arranca mi blusa haciendo que el gesto brusco irritara mi piel y el con la fuerza que utilizo me deje rasgada la piel, siento un enorme ardor. Pero no me permito llorar eso sí no. — Ese rico de porquería, y su mocoso van a sufrir las consecuencias, además ese nunca te hará sentir lo mismo que yo.
— Creerlo que no, porque a él lo amo y tú me das asco, repulsión, todo lo que siento por ti es solo ¡ODIO!— termino gritando y el me rebata de los hombres y me arroja a la camioneta negra en la que el vino, me sostiene los brazos hacia atrás y me agarra el cabello bruscamente, — ¡Y SOBRE MI CADÁVER LE HARÁS ALGO A ÉL Y A MI HIJO! — pega mi rostro con brusquedad en el capó.
— Escucha bien voy a tomar a mi hija y la llevaré lejos de ti así como lo hiciste conmigo. — dice ejerciendo presión en mi rostro contra el capó.
— Tu la abandonaste mucho antes de saber que sería — digo sacando fuerzas no se de donde cuando levanta mi rostro para luego el decir algo en mi oído.
— Pero ya estoy aquí, y no te preocupes, a ti no te llevaré, pero antes... — dice y veo que abre la puerta de la camioneta me entra en ella veo y siento como comienza a arrancar mi sostén y mi falda Dios me violara no,no,no,no por favor Dios, comienza a besar y pasar sus asquerosas manos por mi cuerpo, yo solo puedo ahogar mi llanto no voy a llorar no, ahora no, veo una botella de alcohol en la parte trasera del asiento delantero y logro tomarla, con las pocas fuerzas que tengo se la estallo en la cabeza y con el pico que quedó en mi mano lo entierro en su espalda, veo como se quita de encima y aprovecho para salir por la otra puerta, al salir uno de la s hombres me agarra pero le doy un golpe en su entrepierna, y sigo corriendo hacia el elevador, escucho como el le grita a los hombres, que me sigan pero yo corro más rápido y llegó al elevador, le doy a los botones y por Dios por qué este edificio tiene tantos pisos siento como se acercan y justo cuando Hiba a abrir las puertas el elevador uno de los hombres me toman y me da un golpe tan fuerte que solo terminé escuchando un...