Te atreves a amarme

Capítulo 03

CAPÍTULO 3 

Leah lloraba frente al hombre que la golpeaba  
¿Qué diablos estaba pasando?  
Ella no tenía enemigos pero él sí. La primera persona que roba su corazón, su primer amor y el hombre que más desconfió de ella pese a su total entrega y confianza. 
Lloraba, ya estaba cansada de fingir ser fuerte, soltaría todo aquello que le oprimía el pecho, su hermano mayor desaparecido, sus hermanos pequeños esperándola en casa, el único hombre en quien confío dándole la espalda y la ex-prometida de él intentado matarla. 
¿Tendría una nueva oportunidad? 
—Vaya, vaya mira a quien tenemos aquí —Entró Rebeca al pequeño cuarto donde la tenían secuestrada. 
—¿Qué quieres? —dijo ella en un tono apenas audible. 
—Le dije a Mac que no se acercará a ninguna mujer, que triste que precisamente seas hermana de Lohan... 
—Maldita perra, ¡estás loca! —escupió Leah impotente deseando tener más fuerza de la normal, sintió su mejilla arder pero ya no le importaba cuantos golpes más seguiría recibiendo, necesitaba descansar, entonces sonrió y siguió recordando aquel día que lo conoció sin saber si lo volvería a ver, si podría salvar a la pequeña criatura que crecía en su interior. 
*** 
¿Quién era él? 
Necesitaba averiguarlo, quien era el responsable de su arrollo en la mañana, de aquella reacción en su cuerpo. Minutos después de que se marchó de la cafetería estaba inquieta, no podía dejar de recordar sus ojos, aquella mirada intensa que le había otorgado cuando la vio. No dejaba de pensar en él.  
Sin verlo venir, su amigo y abogado se posicionó al frente de ella apenado. 
—Lo siento Leah la tormenta está un poco más fuerte de lo que pensaba —se excusó colocando su maletín a un lado—. El tráfico es una verdadera tortura cuando más apurado se está y... ¿Leah? —Interrumpió su oración al ver que la chica no le estaba prestando atención. 
Leah reaccionó y sacudió la cabeza intentado olvidarlo. Reguló los latidos de su corazón y dedicó una sonrisa a Daniel, la única persona de su infancia que aún seguía a su lado. 
—Leah he logrado que te den una fianza, te irán a buscar en unas horas para llevarte a comisaría pero te sacaré ¿okey? No tienes que temer, me encargaré de tus hermanos mientras te saco de ese lugar. Eres culpable Leah, no he podido demostrar lo contrario, Lohan ha llenado el lugar con pruebas que te señalan a ti. 
Ella soltó una lágrima sin creer que su hermano le hubiera hecho aquello. No podía quedarse en el pasado, desapareció como aquel día cuando escapó y la dejó sola con sus dos hermanitos. Acaso se le podía llamar hermano a alguien que no tuvo corazón en abandonarla, en culparla y escapar. 
Lohan Ferrer no era su hermano. 
—Perdona, estaba pensando en la comida, no tengo nada que llevarle a los niños para la cena —explicó. 
Daniel la miró y se preguntó cuándo la vida la dejaría vivir sin preocupaciones, le haría justicia a todo su pasado, cuando la vería con una sonrisa plena en su rostro. 
—Bueno si me permites puedo comprarles algo para que tengan que comer en la semana.  
Leah asintió y sonrió agradecida, Daniel la había salvado unas cuantas veces. 
—Además ¡te tengo una excelente noticia! 
Leah abrió la boca con sorpresa. ¿Ahora qué rodaba por la cabeza de su abogado? 
—Tú sabes que actualmente conseguir trabajo en una gran empresa es realmente difícil, sin contar que la tasa de empleo ha disminuido un montón en estos últimos años —Leah asintió—. Bueno Raquel movió un poco sus contactos y consiguió que te hicieran una entrevista. 
Raquel era hermana de Daniel con quien también solía salir a pasear, a comprar ropa y a ver películas, algo así como una confidente. 
—¿De qué va todo esto? —preguntó con curiosidad. 
—Gracias a ello, estas recomendada y quieren entrevistarte en Herworth dentro de tres días. 
Leah casi suelta todas su pertenencias de golpe al saltar de su lugar y abrazar a Daniel. ¡Su sueño hecho realidad! 
—¿De verdad Daniel? ¿No estas bromeando?... No puedo creerlo, podré darles una vida mejor a Cloe y a Adam. ¡Gracias! ¡Gracias!  
Daniel asintió y le devolvió la sonrisa feliz por lo que había logrado, ver su felicidad siempre lo haría sentir bien, solo esperaba algún día todo los malos momentos fueran reemplazados por bellos recuerdos. Con esa oportunidad podría comenzar de cero, quizás era lo que estaba esperando para recuperar la esperanza de una vida mejor. 
 




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