CAPÍTULO 22
—Leah ¿Qué paso? Habla conmigo —suplicó Adam al verla en tan mal estado.
—y-oo tengo que hacer unas cosas, regreso más tarde —mencionó tomando un suéter para luego salir de la casa de Lolitha.
Caminó tan solo unos minutos intentando hilar un pensamiento con el otro, recordaba haber tropezado con Rebeca aquella noche en una de las cenas de caridad benéfica, en ese entonces no sabía que ella había sido la ex prometida de Maciel.
Todo era una venganza, comprendió. Repitió sus palabras en su mente a medida que dejaba atrás la casa de Lolitha “Hizo que el hijo mayor fuera desheredado por no cumplir con los matrimonios arreglados”
—No puede ser —exclamó en voz alta dejando fluir sus pensamientos. Su padre era ese hijo desheredado, por lo tanto, ella vendría a ser esa prima que tanto había mencionado.
«¡Dios mío! », pensó pasándose las manos por la cabeza. Una vez dejo que sus pulmones tomaran aire fresco, giró e intento volver a casa de Lolitha.
Había tomado una decisión. Buscaría a Maciel. Él debía creerle. No iba a permitir que se dejara volver a hundir en ese frio lugar donde se encontraba cuando lo conoció. Aún no entendía como desconfió de ella, después de todo lo que habían compartido.
Y aunque estuviera dolida, debía decirle todo lo que Rebeca le había contado. Pero esa idea no avanzó mucho, en realidad se esfumó en el momento en que vio a una furgoneta negra detenerse a su lado, varios hombres vestidos de negro y con la cara cubierta se bajaron y antes de darse cuenta los tenía encima de ella. Intentó zafarse del agarre del tipo grandulón y fuerte que intentó arrastrarla hasta la furgoneta. Le golpeó en las piernas y luego en el estómago, eso parece darle tiempo, luego le dio uno en la parte baja y corrió. Por un momento pensó que eso era todo, pero, pronto llegó otro hombre y le dio un golpe en la cara, eso la hizo caer y darle el tiempo suficiente para ponerle un pañuelo sobre los ojos y uno en la boca. Leah sintió otro golpe en la nuca y cerró los ojos, un dolor intenso traspasó su cabeza, la sentía palpitar, otro golpe la hizo perder poco a poco la conciencia hasta no saber nada más de su alrededor.
La joven abrió los párpados lentamente y al hacerlo se encontró en una completa oscuridad, el lugar olía espantoso y ella tenía demasiado calor. Intentó ponerse de pie, pero un terrible dolor de cabeza se lo impidió, se sentía mareada y con ganas de vomitar. Aunque todo estaba oscuro podía jurar que su visión era borrosa. ¿Dónde estaba? Se llevó una mano a la cabeza y tocó sangre. Leah se sentía débil, le dolía el cuerpo. Intentó recordar qué pasó, al principio le fue difícil, pero después de unos segundos las imágenes comenzaron a llegar a su mente, lo último que vio antes de perder la conciencia, fue a un hombre cubriéndole los ojos. ¡Cómo diablos era posible que no hubiera nadie cerca, nadie había visto que la estaban secuestrando!
La chica escuchó unos quejidos cerca y eso la puso en alerta a pesar de su situación.
—¿Brank? —preguntó con sorpresa al gatear un poco en esa dirección, permanecer de pie era casi imposible con la cabeza punzando.
— Le—ah —tosió—. ¿Estás bien? Soy yo —aclaró y volvió a toser. Ella se alegró mucho de escucharlo y saber que estaba bien, o más bien vivo.
—Sí — contestó ella —¿Tú?
—Eso no es importante Leah —su respuesta la puso en alerta, bien sabía que si estaba herido no se lo diría para no preocuparla.
—Braily no está aquí —mencionó con preocupación. No podía verle, todo estaba absolutamente oscuro pero deducía que estaba recostado de una de las paredes de ese lugar así como ella.
—¿Quién es Braily? —cuestionó de pronto soltado un quejido al tocarse la cabeza—. Sólo estamos tú y yo.
—La chica que trabaja contigo en la cafetería, es mi pareja Leah.
Ella cierra los ojos e intenta soportar el dolor
—Leah, ¿estás bien? —escuchó que le preguntaba, su voz cada vez estaba más cerca.
Ella dejó de escucharlo, empezó a preocuparse por su bebe, esa criatura que crecía en su interior y apenas hace unas horas se había enterado, eso hace que reúna todas las fuerzas necesarias para abrir los ojos. Luego comenzó a respirar con calma, tenía que relajarse y entonces se arrastró por el suelo, intentando acercarse a Brank.
—¿Braily estaba contigo? —se guío por la voz y acercó a él. A ciegas comenzó a buscarlo por medio de su tacto, no estaba muy lejos. Está sentado a un par de pasos—. ¿Qué demonios está pasando? —Le preguntó una vez se sentó a su lado.
—Eso intentaba decirte Leah, Rebeca tiene un plan —Al escuchar su nombre sus sentidos se pusieron en alerta.
—Lo sé, es la ex prometida de Maciel, es una venganza Brank. Todo este tiempo hemos sido vigilados. Él no quiere saber nada de mí, piensa que tengo una relación contigo.
—¡Santo cielos, Leah! Yo solo sabía que “el jefe” se enteró que ya no estaba de su lado. Me salí de la pandilla y busqué ayuda para ti con un viejo amigo, pero, hoy me tomaron por sorpresa.
—No lo sé Brank, pero tenemos que encontrar a Braily e irnos de aquí.