Te atreves a amarme

Capítulo 22 (parte II)

 En ese momento se abrió una puerta de golpe y entraron dos hombres de dos metros de altura, encendieron la luz y de pronto todo se iluminó. Era un sótano, sucio, con mucha basura, todo ahora se le hacía más asqueroso y las ganas de vomitar de Leah fueron en aumento.

— ¿Pensaron que podían escapar? —preguntó uno de los hombres. A pesar de que ella veía un poco borroso, reconocía su cara, era el mismo que la golpeó.

—¿Dónde está ella? —preguntó Brank furioso.

— Venimos justo por eso — interviene el otro —le venimos a traer otra dulce compañía —exclamó con malicia empujando a una Braily llorando, la dejó tirada en el piso, estaba asustada y confundida entonces levantó la mirada encontrándose con Brank.

—Braily, amor —Brank trató de mostrar calma para no asustarla más—. Todo estará bien —Su intento es fallido y se ve demasiado nervioso. Nunca lo había visto así. Los ojos de ella se empañaron de lágrimas y él se acercó a abrazarla.

—¿Qué está pasando? —susurró Braily en un hilo de voz. Esa era una  pregunta muy buena, ninguno sabía qué demonios ocurría.  Los dos hombres golpean a Leah y se la llevan.

—Te la cambiamos por tu amor —soltó uno de ellos y Leah se intentó escapar de sus brazos, pero, es inútil.

—Brank —gritó ella con miedo y una vez más volvía a la oscuridad.

Leah despertó, pestañeó un par de veces, estaba en un cuarto más pequeño, uno mucho peor que el anterior, pero al menos tenía luz. Le dolía demasiado la cabeza, no podía evitar preocuparse por la presión que tenía. La habían alejado de Brank, eso la ponía más nerviosa.

Dos sombras se acercaron y cuando visualizó a dos personas en la puerta, Leah se quedó impactada al ver quiénes eran.

—¡Vaya, vaya! —La maldita habla con cierta diversión — ¿Por qué esa carita? —ella intentó reaccionar, ordenarle a su cuerpo moverse, pero el golpe reciente hace imposible que pueda visualizarla bien.

—¿Por qué nos hacen esto? —preguntó de repente Leah, obligándose a mantener los ojos abiertos. Rebeca se carcajea y después se pone seria

—Todavía lo preguntas, Leah, ¿quieres que te lo recuerde?

—¿De qué demonios hablas? —la interrumpió. A pesar de saber la mitad de la verdad, porque estaba casi segura que la historia que le había contado estaba por la mitad. Vio como le hacía una señal a uno de sus hombres y éste la volvió a golpear en el labio y empezó a sangrar al instante. ¡Mierda! ¡Que dolor!

 —Yo no pensaba hacerte nada. Pero claro no pudiste resistirte, te enamoraste de Maciel. ¿Sabes? Por él iba a cambiar mis planes y tratar de ser una buena persona, dejar mi venganza a un lado, pero, siempre hay un pero ¿verdad?, todo lo echaste a perder cuando llegaste a su vida.

—Eres una maldita loca —escupió la joven sintiendo como uno de los hombres le ataba las piernas y los brazos.

—Tú te lo buscaste—Le canturreó Rebeca a Leah.

—Estás loca—soltó entre lágrimas. Y lo que ocurre después la dejó sin respiración, Leah sentía que el mundo se le veía encima. Rebeca había sacado una pistola.

—Cuida lo que dices preciosa, he decidido darte una oportunidad —le advirtió. Mientras ella intentaba retener las ganas de vomitar. 

 —Nunca te he hecho nada.

—Pero tu tío si, tu padre también, porque eres una Herworth, Leah —Rebeca sonríe y Leah solo podía pensar que de verás necesitaba ayuda psicológica— porque sin querer regresaste a él—escuchó como soltaba una sonora carcajada—. Es sencillo Leah. Esto es porque tú interferiste entre Maciel y yo, incluso te embarazaste de él, no se lo dijiste. Y como verás, si Maciel no es mío, tampoco será de otra mujer y mucho menos de ti. Además, siempre me trató como si no le importase, en cambio contigo, contigo se preocupa y se le nota que te quiere, algo que conmigo nunca pasó— Leah niega con la cabeza tratando de no seguir escuchándola.

— ¿Sabías que pensaba volver a conquistarlo? —Le preguntó y se acercó a ella y tomó su barbilla—. ¿Crees que estás aquí sólo porque me pareció buena idea? —se rio. Sabía que todo tenía su propósito. Esa mujer no tiene límites, pero hay algo que ella no entendía todavía, ¿Qué le haría?

—Ricardo llévala con el traicionero de Brank y vigílalos.

 

***

Una semana había pasado desde que Ricardo apareció en su oficina con las pruebas, aquellas que lo llevaron a terminar su relación con Leah, la mujer que lo había hechizado en tan solo meses, nunca había sentido nada, ni siquiera por Rebeca, pero a ella, a esa chica cuya personalidad lo envolvió sin darse cuenta. Si, ella sabía cuál era su botón de encender y apagar, simplemente era increíble todo lo que había pasado.

Salió de sus pensamientos cuando notó que Jessie entraba a su oficina con mala cara.

—Rebeca quiere hablar con usted joven —informó el escolta.

—Déjala pasar —ordenó tecleando en la computadora.

—Vaya, vaya hasta que accedes a dejarme pasar —Maciel escuchó la voz de su ex prometida e inmediatamente sintió que la rabia lo recorría.

—¿Qué quieres Rebeca? —cuestionó sin mirarla.

—Que te cases conmigo —él inmediatamente alzo la vista con sorpresa.




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