Entro a mi casa con mucho cuidado, no me quiero topar con mis papás en este momento, no creo poder soportar más gritos de ellos, no quiero pelear en estos momentos, no hay ningún ruido, todo está totalmente silencioso, tal vez no están, voy a mi habitación y comienzo hacer la tarea para el día siguiente, aunque la verdad no me puedo concentrar en el libro de Historia que está descansando en mi mesa de trabajo, sólo puedo mantener todos mis sentidos pendientes a cualquier ruido extraño que haya en la parte de debajo de mi casa, trato de leer los textos que debo resumir cuando escuchó que la puerta principal se abre de golpe.
-¡¿DÓNDE ESTÁ ESA PERRA?! – oigo gritar a mi papá, su voz suena inestable, está otra vez borracho.
-Debe estar arriba – la voz de la maldita de mi madrastra se escucha y yo nerviosa pienso que hacer antes de que suban a mi habitación.
Tomó mi bolso, me lo cuelgo y tomó mi suéter, sigue lloviendo pero es mejor darme un baño helado que volver a soportar los golpes de mi papá. Salgó por la ventana y me sujeto de las enredaderas que están a un lado de la ventana, la lluvia parece un diluvio, apenas baje al piso y ya estoy empapada de pies a cabeza, me pongo a caminar sin rumbo, veo pasar a las personas apresurándose, tratando en vano de no mojarse.
No entiendo la verdad porque razón mi papá me trata así, no lo entiendo, ¿Por qué me golpea siempre?, ¿Qué le hice yo? No recuerdo haberle hecho nada a ese hombre como para que...
-Cuidado – una voz me habla mientras me sobo el hombro, acabo de chocar con alguien - ¿Por qué no te fijas por dónde...? ¿Tú otra vez?
Veo a la persona y me quedo helada, Corey Fogelmanis está parado en frente de mí, viste una chaqueta negra que le dan un aspecto rudo, unos vaqueros ajustados y unos Converse negros.
-Hola – es lo único que digo mientras me volteo al lado contrario de dónde está Corey -. Lamento si te lastime.
Comienzo a caminar.
-¿Kyle cierto? – me quedo congelada, sabe mi nombre -. Nunca nos presentamos como se debe – lo miro, sigue teniendo la misma cara seria, pero tiene un toque alegre en esas facciones que nunca muestran el más mínimo sentimiento -. Soy Corey Fogelmanis – me extiende la mano y yo la tomó.
-Si lo sé, vamos en la misma clase de Historia – digo sin dejar de mirarlo a los ojos.
-¿Qué haces aquí a mitad de una tormenta?
-Quise salir a caminar.
-¿Con una tormenta?
-¿Y tú qué? – Sé que sueno molesta y la verdad lo estoy, odio los interrogatorios - ¿Qué haces aquí tan tarde?
-Regreso de trabajar – lo miro sorprendido -. Trabajo en el taller mecánico que está a la vuelta de la siguiente cuadra.
-Ya veo.
Nos quedamos en silencio otro rato hasta que me doy cuenta la hora que es.
-Me tengo que ir, adiós.
-Adiós Miller.
Volteo para mirarlo pero él ya se hecho andar a lado opuesto a dónde yo voy, camino unas cuadras más y decido regresar a casa, subo por las enredaderas y para mi buena suerte las luces de la casa está apagadas, entro por mi ventana, termino la tarea y me meto a la cama.
***
No tengo muchos animos de ir a la escuela, pero creo que es mejor que quedarme en casa y tener que soportar a mi papá y a mi insoportable madrastra, a veces siento que vivo en el cuento de Cenicienta, pero en vez de hermanastras tengo dos padres que no me aprecian, sólo que con la diferencia de que esta vez, no habrá una Hada Madrina que cumpla mis deseos o un Príncipe Azul que me de mi final feliz, yo nunca creí en eso, incluso aunque mi mamá siempre creyo en eso, incluso después de que ella... de que ella...
-Hola Kyle – la voz de Andi me saca de mis pensamientos como siempre - ¿Cómo te fue ayer con tus papás?
-Bien, supongo – digo mientras camino en dirección a la clase de matemáticas.
-¿Cómo que supones? – pregunta Andi.
-Ayer no los vi en todo el día – me siento en mi pupitre y esperamos a que el señor Hyde entre al salón -. Salí de mi casa en cuanto escuche que ellos entraron a la casa – saco mis cuadernos de la mochila y desvío mi mirada a las hojas, no quiero mirar a Andi, sé que cara va a poner -. Estaba lloviendo y salí a caminar un rato para despejarme, caminé hasta el Centro Comercial cuando choque con Corey...
-Espera, espera, espera – dice moviendo sus manos y yo volteo a mirarla - ¿Te encontraste con Fogelmanis? – asiento y ella se queda paralizada.
-No hablamos mucho, sólo le pregunte que hacía allí, me dijo que trabajaba en un taller mecánico y listo, fue todo de lo que hablamos.
-Entiendes que hablaste con un chico que literalmente es una linda roca que no conversa con nadie – yo asiento y ella me mira extrañada –. Debiste haberle hecho algo para que conversara contigo.
-¿Cómo crees?, solo nos encontramos, no fue la gran cosa.
-Si tú lo dices.
Ruedo los ojos y pongo atención al Señor Hyde.
***
Dos estresantes clases de matemáticas que finalmente han llegado a su fin, siento que mi cabeza va a explotar de números y fracciones, cosa que yo nunca he entendido, nunca en mi vida he podido hallarle caso a las fracciones, aunque a Andi siempre le gustaron esas partes de números.