Finalmente he llegado a mi casa, estoy totalmente agotada, siento que mis pies me duelen y que mi cabeza va a explotar, mi casa es todo un desastre, ropa tirada por doquier y una montaña de platos que casi alcanza el techo, pero como no va estar así si la inútil de mi madrastra nunca limpia, sé de antemano que ella no es la única que tiene esa responsabilidad pero desde que mi papá la trajo se siente la reina del lugar y me trata como si fuera su estúpida sirvienta, cosa que no permito pero mi papá siempre se entera de puras mentiras como que le grite o que le dije zorra (idea que nunca se me ha quitado de la cabeza) o simplemente que la golpeé. Nunca le he dicho nada que fuera ofensivo pero cuando le dice esas mentiras mi papá ya está ahogado en alcohol, por lo que la única que sufre las consecuencias soy yo. Me estoy muriendo de hambre, lavo un plato, una sartén, un vaso y saco un huevo del refrigerador, prendo la estufa y pongo aceite y sal con el huevo que se ha empezado a freír.
-Date prisa con eso Kyle, que tengo hambre – Gemma aparece por la puerta de la cocina, se sienta en una silla y enciende un cigarro para después metérselo en la boca.
"Espero que muera por intoxicación algún día de estos".
-Si tienes tanta hambre – saco el huevo que ya está listo, lo pongo en el plato, tomo la sartén y lo arrojo a la mesa dónde está sentada Gemma -. Cocínate tú la comida, ya estas grandecita como para que una chica de dieciséis años de cociné.
-¡¿Qué demonios te pasa?! – se levanta y se limpia el corto vestido rojo que trae puesto -. Este vestido es carísimo.
-Me vale verga si es caro o no – suelto sin poder detenerme, sé lo que me pasará si sigo así, pero la furia que tengo no me deja detenerme -. Mi papá despilfarra dinero en tus malditos gustos y para lo que es necesario no hay dinero, sí que das vergüenza, ¿Por qué no consigues un puto trabajo y te largas de una vez de mi vida y de la de mi papá?
Una mano impacta a un lado de mi cara y retrocedo por el dolor que se ha puesto en mi cara, volteo la mirada a Gemma quien tiene una cara de superioridad y esa fue la gota que derramo el vaso, levanto mi mano y la suelto con toda mi fuerza directamente a la cara de mi madrastra, ella cae de espaldas y yo corro a mi habitación para evitar más problemas pero sé que eso será por un tiempo.
***
Mi papá llego a la casa, he escuchado cuando entro y como siempre viene borracho, creo que Gemma ya le conto todo a mi papá, pero con puras mentiras, unos pasos se están escuchando, alguien sube las escaleras, mis nervios se están alterando más y más, alguien gira la perilla de mi puerta (no sé porque no la cerré), la puerta se abre y aparece la regordeta figura de mi papá, tiene los ojos rojos y los puños cerrados, su cara tiene una expresión de enojo.
-¿Te crees muy mujer como para gritarle a Gemma? – se acerca de una manera amenazadora a mí, me empuja por el hombro y siento que los nervios crecen más en mí -. ¿Te sientes mucho no?
-Papá yo...
-¡No me interrumpas! – grita y me quedo helada del miedo -. ¿Tanto te crees como para faltarle el respeto a tu mamá?, si te crees tanto de una vez lárgate de aquí y deja de ser una carga para mí y para Gemma.
-¿Cómo puedes decirme eso? Soy tu hija.
-En el fondo yo jamás quise tenerte – mi estómago se ha estrujado, esas palabras son más hirientes que cualquier cosa que mi papá me haya dicho –. Siempre has sido una puta carga en esta casa, si quieres quedarte tendrás que corregirte – me toma del cabello causándome un dolor espantoso y me arroja a la cama – y si no te corriges yo tendré que corregirte.
Levanta su mano y me pega en la cara, el ardor no ha tardado en aparecer pero otro impacto ha llegado al otro lado de mi rostro, no es nada nuevo para mí, esta no es la primera golpiza que me planta mi papá, lo peor no ha sido eso, lo peor fue lo que me hizo cuando tenía catorce años, al poco tiempo que mi mamá murió, al poco tiempo que Gemma llegó a la casa y al poco tiempo de que mi papá se empezará a ahogar en alcohol.
Finalmente mi papá se levanta de la cama y se encamina a la puerta de mi habitación.
-Estas advertida – es lo único que me dice antes de desaparecer por el pasillo.
Me hecho a mi cama y lloro con todas mis fuerzas, mis sollozos son silenciosos, el dolor que tengo en mis mejillas es horrible pero lo que más duele son las palabras que mi papá me dijo, "Jamás quise tenerte", ya no lo soporto más.
***
El día es lluvioso, para mi buena suerte he logrado evadir el interrogatorio de Andi ya que falto a la escuela, ahora nadie me podrá dar razón para seguir soportando esta vida, hoy daré el golpe final y esta vez nadie me salvara.
Historia es la última clase que me toca en el día, como ya ha pasado el escalofrío me recorrió la espalda por toda la hora de la clase pero no le tome importancia, en lo único que podía pensare eran las formas en las que podría terminar con el trabajo de manera exitoso. El timbre suena y salgo a toda velocidad del aula, llego a mi casillero y guardo mis libros.