Para mi buena suerte ya es fin de semana, un nubloso fin de semana, Andi me ha llamado varias veces para preguntarme si me iré con ella, pero está decidido, me voy a quedar un par de días con Corey, simplemente porque, debo admitirlo, me ablandó el corazón verlo así, por lo menos hasta poder hablar bien con él tomaré la decisión definitiva, pero no he hablado con él desde que llego el viernes en la mañana borracho que apenas se podía mantener en pie, no ha salido para nada, no quiero hablarle ahora, está muy alterado y tengo miedo de que vaya hacer alguna locura, que es muy probable si lo que me dijo Mario es cierto.
Ya es de noche, estoy leyendo un libro de cuento de hadas que mi mamá me regalo cuando era niña, leo en voz alta mi cuento favorito.
-...Incluso, aunque las trampas de aquella malvada hechicera eran mortales, el apuesto príncipe entro en el tenebroso castillo cubierto por espinas mágicas que lo protegían de cualquier intruso, ahí, en la enorme habitación dónde alguna noche de verano le proclamo su amor, se encontraba su amada princesa, cubierta por una fina sábana blanca, con sus cabellos rubios que reposaban en sus hombros, una rosa en la mano y atrapada en un mortal sueño, el príncipe se acercó a ella, admiro su belleza, su nariz pequeña y perfecta, sus ojos cerrados anhelando ver esa mirada de color verde que le hacía palpitar el corazón tan rápido que sentía que se le salía y sentir esos tiernos y curveados labios que estaban inmóviles "Amada mía" dijo arrodillándose a un lado de su cama "Te adueñaste de mi corazón, y aunque sé que estas dormida, tu sonrisa siempre me hará falta, te prometo que nadie podrá dañarte mientras yo tenga vida" se acercó a ella y unió sus labios en un tierno y profundo beso, una mano le acaricio su mejilla y al mirar de quien se trataba, su felicidad no pudo ser más grande, ya que la hermosa princesa había despertado.
Un cuento de hadas siempre te hace imaginar un mundo lleno de magia y de príncipes que te salvan cuando estas bajo un hechizo, pero para mí lamentación, el mundo real era todo lo contrario del final feliz de los cuentos de hadas.
Dejo el libro en mi mesa de noche, apago la luz y me meto en las sabanas, recitando en mi cabeza las líneas del cuento que acabo de leer.
***
Me he despertado, aunque la verdad ni sé a qué hora me he dormido, el sol todavía no sale, debe ser de madrugada todavía, no sé cómo me he despertado ya que tengo el sueño muy pesado, ni una manada de elefantes podría despertarme de...
-Kyle, ¿estas despierta? – la Corey susurra en mi dirección, no le contesto, me hago la dormida sin moverme un poco.
Escucho pasos detrás de mí, se está acercando, mi pecho se comprime por cada paso que oigo que da en mi dirección, logro percibir cuando se sienta al filo del colchón y es ahí cuando siento que mis nervios aumentan, no sé porque me pongo así, es como si le tuviera miedo a Corey.
-Lamento en serio mi reacción del otro día – continúa susurrando para sí mismo, ya que piensa que sigo dormida –. El verte con el idiota de Mario me hizo sentir extraño, me hizo sentir algo que nunca había sentido por nadie, creo que... creo que me puse... celoso – de acuerdo, creo que ahora mis ganas de gritar son inaguantables –. Y es hora de que deje de negar lo que siento, porque es por eso que me hago y te hago daño, me gustas, en serio me gustas, no sé porque, pero desde que te conocí siento algo extraño en mi interior, algo que no había sentido nunca en mi vida, cada vez que te veía, no sabes las ganas que tenía de estar cerca ti, de tomar tus manos, de pegar mis labios con los tuyos, de besarte hasta quedarnos sin aliento... y ... y el solo verte con otro me pone loco y aún más teniéndote a mi lado, te amo y es hora de que lo admita, la sola idea de perderte me... me aterra, no quiero dejarte ir, porque desde que llegaste a mi casa siento que mi vida tiene otro propósito, si siempre te preguntas porque te ayudo es porque tú, sin saberlo, me estas ayudando, el sólo tenerte a mi lado me da más fuerza de soportar los golpes de la vida, y si te pierdo ya no hay caso de seguir viviendo, sólo te tengo a ti, pero no pienso retenerte si no lo deseas, puedo esperar a mañana, y si tu decisión sigue siendo la misma, yo mismo te llevaré a tu otro hogar, descansa Miller.
Corey deja un beso en mi mejilla y en silencio abandona la habitación dejándome totalmente aturdida.
***
Estoy en la cocina preparando café, he escuchado como Corey ha salido de la habitación, baja y lo veo vistiendo una pijama de color gris con el cabello hecho un desastre y tallándose el ojo.
-Hola – dice con una leve sonrisa.
-Hola – lo saludo con una sonrisa de incomodidad, pero parece que no lo notó.
-¿Hiciste café? – pregunta mientras camina a la cocina.
-Sí, ten – le ofrezco una taza y él la acepta en seguida.
-No debiste hacerlo – dice mientras le da un pequeño sorbo al café.
-Bueno, me desperté antes que tú así que baje a hacerlo, espero que no te moleste.