Te Ayudaré.

Capitulo 11.

No puedo despegarme de él, no puedo dejarlo ir, quiero que continúe así, cerca de mí, sentir sus labios, embriagarme con su aroma, seguir sujeta a su camisa para no soltarlo.

Me he olvidado de todo, he olvidado el mundo que me rodea, he olvidado mis problemas, he olvidado que le conté toda mi historia a Corey Fogelmanis.

-Eres tan hermosa – susurra cerca de mis labios antes de volver a besarme.

Pero aunque besarlo es lo mejor que me puede pasar en el mundo, una parte de mí dice que no lo conozco todavía, que no sé nada de su pasado, me separo de inmediato y él se me queda viendo.

-No puedo Corey – digo con tristeza y bajando la cabeza –. No puedo... A-apenas te conozco, no sé nada de ti.

-Kyle – dice con un tono de voz que desconozco, su mirada lo hace lucir herido, torturado –. No sabes cuantos sentimientos me has dado, sentimientos que yo nunca pensé que iba a sentir, me gustas, en serio me gustas, se supieras todo lo que siento cuando estoy cerca de ti...

-Tú también me gustas Corey, pero no podemos dar un paso más hasta que ambos seamos honestos, yo te conté mi historia, no estaba lista hasta ahora, pero lo hice, antes de cualquier cosa quiero que tú me cuentes sobre tu pasado – de inmediato baja la cabeza, sé lo que le pasa, le costara demasiado hablarme sobre él, y no quiero presionarlo –. No te preocupes Corey, cuando estés listo, pero espero que entiendas que hasta entonces, no podremos ser nada más.

-Entiendo perfectamente Kyle – me dedica una sonrisa forzada –. Sólo una cosa, no te molestes si me pongo celoso si te veo con algún idiota.

Río y asiento.

-Prometo no molestarme – el ríe y lo miro, se ve tan tierno cuando ríe –. Entonces, ¿amigos?

-Sí, amigos – me abraza y yo a él – ¿Tienes hambre? Podemos ordenar algo.

-Pizza está bien, de pepperoni.

-Me leíste la mente – sale de la habitación y yo me acuesto un momento, después me levanto y bajo.

-Llegará en quince minutos – anuncia Corey desde la cocina.

Asiento, tomó el libro y comienzo a leer.

-...Pesé a las dificultades que la vida le ponía, el joven príncipe siempre lograba subsistir, él nunca quiso la vida de palacio, nunca quiso ser como los demás, él conseguía sus alimentos, trepó el imponente árbol y tomó los diminutos huevos de pájaro que ahí estaban antes de agradecerle al ave por el alimento y disculparse por tomarlos, aunque para todos su apariencia era la de un mendigo, en su interior estaba el corazón de un verdadero príncipe, en el fondo del nido noto un trozo de pergamino, lo tomó, bajo del árbol y lo abrió "Amado mío, este pájaro te envió la nota a ti, mi verdadero amor, el sol irradia nuestro amor a través de su luz que ilumina y calienta el mundo, no importa donde estemos porque...

-Mi amor por ti es capaz de cruzar océanos, mundos e incluso universo, no importa dónde estés, yo siempre te amaré – Corey ha recitado el verso a la perfección, como si conociera el cuento de arriba abajo –. Lástima que esa versión no es tan conocida, un príncipe que actúa como mendigo y que sueña con el amor verdadero.

-¿Conoces el cuento?

-Es uno de mis favoritos, porque no solo muestran a un príncipe cara bonita, también muestran a un príncipe que tiene corazón, valores y sentimientos.

-¿Cuál es tu cuento favorito?

-Buena pregunta – ríe y se sienta a mi lado –. Si tuviera que elegir solo uno, creo que elegiría... la Bella y la Bestia.

-¿Por qué?

-Es un cuento que no narra la típica historia de la princesa y el príncipe, como ella se enamora de él por ser simplemente un guapo con un ego muy elevado, narra la historia de una chica que se enamora de la bestia no por su apariencia sino por sus sentimientos, porque ella lo entiende, entiende cómo se siente y trata de ayudarlo.

-Es una excelente historia – digo pensando en el cuento –. Lástima que en la versión original, Bella y Bestia son primos.

-Gracias por arruinar mi infancia – dice con un tono sarcástico y yo río, después el timbre suena, Corey recoge la orden y comemos entre pláticas y risas.

***

Otro espantoso día de escuela, listo, he terminado con mi condena diaria de siete horas, mi condena de tener que ver profesores que me caen mal, muy mal, estoy en mi casillero esperando a Corey, pero en cambio veo a Mario.

-¿Cómo estás? – pregunta preocupado.

-Bien – contesto de forma cortante.

-Kyle disculpa mi actitud, pero es que me preocupo por ti.

-No tienes por qué preocuparte Mario.

-Tienes razón, en especial ahora que regresaste con tus papás.

Me quedó helada, ¿de qué habla? ¿Ahora que regresé con mis papás?

-¿Qué estás diciendo? – digo tratando de sonar serena.

-Ahora que tú papá fue por ti a la casa de Fogelmanis.

-¿Qué? ¿Tú le dijiste dónde estaba? – él se queda callado.



#11933 en Joven Adulto
#44367 en Novela romántica

En el texto hay: celos, amor, misterioso

Editado: 18.08.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.