Te Compro A Tu Novio

02 - Noche de brujas

Abby

La vida loca, una de las canciones del Soundtrack de Shrek, inunda el cuarto de baño con su melodía movida, mientras tanto, término de ponerme mi outfit de halloween. Solo para entrar en el ambiente mientras me pongo el disfraz perdedor de la noche, no quiero ser negativa, pero entre mis compañeros todos los años los disfraces son exageradamente buenos.

Lo peor que puede suceder en Halloween es querer conseguir un disfraz y no poder encontrarlo, ya que todos están agotados. Por lo tanto, me ha tocado usar el disfraz de Lord Farquaad que mi querida hermana me ha elegido. Quizás pedirle el favor este año fue la peor idea que tuve, porque con mi trabajo no logré tener tiempo para encargar el disfraz del hada madrina, por lo tanto, aquí estoy, de frente al espejo, observando como me queda el pequeño disfraz, y por supuesto que tengo la peluca incluida, cabello lacio color negro, corto que llega hasta mi cuello, en mi cabeza el sombrero rojo de ala ancha, decorado con una banda dorada. El conjunto es elegante inspirado en época medieval, una túnica corta de color rojo con adornos dorados en el borde inferior y detalles plateados sobre los hombros y mangas. Llevo una capa larga roja que cae por detrás hasta el suelo, un cinturón ancho de color oscuro con una hebilla azul, guantes rojos y botas altas negras que alcanzan hasta mis rodillas.

No soy una persona tan alta, así que la verdad sí concuerdo mucho con el disfraz del personaje.

Por último dibujé una especie de barba con una sombra negra que conseguí entre mi maquillaje, le di ese toque para completar el outfit. Podré tener el disfraz más extraño, pero, soy el tipo de persona que hace todo completamente bien. Y si me voy a disfrazar de ese enano, lo voy a usar con orgullo como me llamo Abby Harrington.

Agrego perfume y observando mi reflejo en el espejo agarro mis caderas.

—Espejito, espejito dime con sinceridad si no soy yo la más preciosa de la humanidad —dejo salir una sonrisa coqueta—. Abby, tal vez pierdas —realizo una pausa y elevo mi mentón—. Pero es un sacrificio que estoy dispuesta a aceptar —con mi mano toco mi pecho, ensayando mi cara falsa de felicidad cuando le entreguen el premio a otro.

Agarro la cartera de galleta de jengibre que Cincy incluyó en el disfraz —una cartera hecha de galleta real—, y ya lista salgo del cuarto de baño. Al ingresar a la habitación, me siento en mi escritorio y decido marcarle a mi hermana, quien al pendiente de recibir mi llamada, responde enseguida.

—¿Qué tal? —me alejo del ordenador para que vea como se ve el disfraz.

—Perfecto, Abby, sabía que era tu talla —la veo sonreír ¿Te gustó la cartera de galleta de jengibre? A Lord Farquaad no puede faltarle su galleta torturada —se ríe divertida.

—Es bonita…

—Todo es real, no olvides que te puedes comer tu cartera.

—Sí, bueno… Solo espero divertirme, el concurso ya lo perdí, y no diré de quién es la culpa —la fulmino con la mirada.

—Lo siento, es que no conseguí lo que pediste.

—En fin, ya está, debo irme.

—¿Nate irá? ¿Cuál es su disfraz?

—Por supuesto que irá, Cindy ¿Y sabes quién más? El dueño de la empresa —la miro de mala gana—. Se va a disfrazar de Freddie Mercury.

—Oh, qué hermoso… —se toca el pecho mientras sonríe enamorada—. Lord Farquaad será el mejor amigo de Freddie Mercury esta noche —Cindy realiza una pausa—. ¿De qué se irá a disfrazar Mirandita?

Me quedo en absoluto silencio por unos segundos.

Una buena pregunta.

—Veamos… —me acerco al escritorio y de la cartera de jengibre, saco mi teléfono y busco en instagram el perfil de Miranda.

Abro mi boca y la cubro con mi mano. Me quedo en shock, sabía que se iban a destacar con los disfraces.

—¿Qué? —se apresura a preguntar Cindy.

—Es… Maléfica —con los ojos abiertos volteo el teléfono para que Cindy vea las fotos que a puesto Miranda en su historia de IG.

Cindy pestañea y levanta las cejas.

—Vaya, se ve… Genial —comenta—. Los cuernos, las alas, todo es tan… —la interrumpo.

—¡Perfecta! —espeto casi llorando—. ¡Mírame a mí! ¡Soy un enano feo! —me siento en el sillón frente al ordenador.

—Pero la cartera de galleta es real —sonríe dándome ánimos—. Iba a escoger el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas.

—¡Qué! —la miro con una expresión desquiciada.

—El del reloj, ya sabes… «Me voy, me voy, me voy»

—¡Sé cuál es el conejo! Escogiste el peor día para tus bromas chistosas, Cindy.

—Vete, vete, se te hace tarde.

La apunto con el dedo y me levanto de la silla.

—Me la debes, Cindy.

Me lanza un beso y luego cuelga la llamada.

Exhalo aire, vuelvo a guardar mi teléfono en la galleta de jengibre y me lavanto de la silla para irme. Cuando ya estoy en el estacionamiento subo a mi auto y conduzco en dirección al club donde es la fiesta.

***

Cuando llego al club entrego mi invitación al hombre disfrazado de Freddy Krueger, que está en la puerta.



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En el texto hay: amorreal, enredos, novio falso

Editado: 13.10.2025

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