Te Compro A Tu Novio

05 Otra habitación

Abby

Cuando escucho que el teléfono suena, me muevo en la cama con suavidad. Ni siquiera sé en dónde he dejado el teléfono, abro los ojos y veo el techo blanco, después, con toda la pereza del mundo me siento en cama y veo a mi alrededor, por supuesto la habitación desconocida en donde pase la noche.

Una exageradamente y agradable noche.

Siento que el teléfono suena por debajo de la almohada, me giro y lo busco para después responder.

Llamada.

—¿Quien? —me rasco el cuero cabelludo, mirando la elegante habitación donde estoy. Paredes blancas y azul navy.

—¿Cómo que quién es? —escucho la voz de Cindy a través de la línea telefónica—. Soy tu hermana, Abby.

Cierro los ojos y me froto la frente sintiendo el dolor de cabeza de la resaca.

—Si, ya recordé que tengo una.

—Ya los invitados están llegando, Abby, ¿en dónde estás? —inquiere—. La subasta va a dar inicio dentro de una hora.

—La subasta…. —libero un suspiro—. Lo había olvidado —me acomodo mi cabello castaño a un lado—. Yo estaré ahí antes de la hora.

—Más te vale; papá, mamá y la abuela no dejan de preguntar por ti.

—Si, ya voy.

En ese momento la puerta se abre de golpe y veo esos profundos ojos grises mirarme. Ese rostro atractivo.

—¡Ah! —pego un grito.

—¡¿Qué pasa, Abby?! —escucho el grito de mi hermana.

Pero mi movimiento es rápido y lanzo el teléfono hacia Paul, quien lo atrapa en el iré para que no le golpee la cara. Yo me cubro el pecho con la sábana.

—Oye, tranquila —Paul sosteniendo mi teléfono levanta las manos.

Bajo los hombros liberando un suspiro aliviado y con la sábanas enredadas en mi cuerpo, me levanto de la cama.

—Me asusté lo siento —empiezo a buscar la ropa que tenía puesta—. Ya tengo que irme —recojo las prendas del disfraz.

—Lamento si lo hice —Paul entra a la habitación—. Venía a dejarte una nota, pero ya que estas despierta…

Ya con la ropa en mis manos me incorporo y lo miro.

—Dime —abro los ojos al ver lo bien que se ve usando el traje de gala color gris, que combina mucho con el color de sus ojos claros.

Se ve realmente bien. Impecable y sexy.

—Tengo que ir a una reunión y quería decir que Meredith te estaba haciendo el desayuno y que la puerta estaba abierta. También que le avisaras a Meredith para que un taxi venga a buscarte y te lleve a tu casa.

¿No puede ser más perfecto?

—Oh, genial. No es necesario el desayuno, gracias —con pasos rápidos camino hacia el cuarto de baño—. Suerte en tu día, Paul. Anoche la pasé genial —le sonrío y abro la puerta del baño para entrar.

—¡Yo también! —escucho que dice, después todo queda en silencio.

Miro mi reflejo en el espejo, observando mi cabello castaño desordenado y la sábana cubriendo mi cuerpo. No pierdo el tiempo y empiezo a ponerme el disfraz, al terminar salgo a la habitación en busca de la cartera, pero no la veo por ninguna parte, por lo tanto, salgo de la habitación para marcharme de esa casa.

No recuerdo mucho todo lo de anoche por el alcohol, lo que me lleva varios minutos encontrar el pasillo que me de acceso a la puerta principal.

Si llego tarde mi mamá me va a reclamar.

Después de largos minutos logro encontrar la puerta principal de la lujosa mansión donde Paul vive —no sabía qué los stripers ganarán tan bien —, al salir al porche cercado por rejas, escucho más nítido el ruido de la ciudad y lo primero que hago es salir, agarrar un taxi —puesto que no traje mi auto—, subir e irme.



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En el texto hay: amorreal, enredos, novio falso

Editado: 13.10.2025

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