Nos quedamos en un silencio bastante cómodo durante unos 2 minutos aproximadamente hasta que Caleb dijo:
Y... llegamos - estacionó la camioneta frente a una cabaña enorme y hermosa, por fuera había un gran camino bordeado con plantas y un pequeño riachuelo qué llegaba hasta la parte trasera del lugar y se perdía entre los árboles del bosque – amigo, ¿nos irás a visitar pronto verdad?
Obvio, así también podré pasar a ver a Lidia. - me miró coquetamente.
Gracias por traernos Caleb y un gusto - le sonreí amablemente.
¡Cuando quieras Liddy - me reí por el apodo absurdo que me acababa de poner - y también puedes pasar a visitarme con Mary! - dice sonriente.
¿Conoces a mi tía? - pregunté con mucha curiosidad - ¿Cómo es?
Pues sí, es muy buena onda, la considero parte de mi familia.
Oh, espero caerle bien... bueno creo que debería llamar a la puerta, gracias de nuevo, ¿vienes Michael?
Sí - afirmó Michael a mi pregunta - gracias amigo, hasta pronto - dijo mirando a Caleb quien le guiñó un ojo y se retiró.
En ese momento supe que todo estaba cambiando, y por primera vez tuve miedo, miedo de lo que podía pasar, miedo de como cambiaria mi vida, miedo de muchas cosas. En fin, el momento había llegado, aunque sé que sueno muy dramática, ¡lo siento! No es fácil cambiar mi comodidad y tecnología por un campo abierto sin señal, amo la vista y todo, pero... no es lo mismo.
Miré a Michael y avancé lentamente hacia la bella cabaña, el me siguió por detrás, subí los escalones de la entrada y dudosa toqué el timbre, pero para mi sorpresa nadie abrió, entonces volví a tocar y se escuchó una voz femenina desde dentro gritando: "¡Voy!". Mi corazón dio un vuelco y esperaba ansiosa y nerviosa el momento en el que viera a mi tía.