Te DecÍa

Prólogo

El aire olía a café recién molido y a ambición. En la pantalla de su portátil, la curva de seguidores subía con un pico pronunciado, casi obsceno. Valeria dejó escapar un suspiro que no era de satisfacción, sino de vacío. Diez años construyendo una vida perfecta para ser observada: consultora de sostenibilidad, influencer de "slow living", prometida con el heredero de una cadena de hoteles ecológicos. Su imagen era impecable, un producto bien empaquetado. Pero en el silencio de su loft de diseño, el eco de su propia risa le sonaba a grabación.

A mil ochocientos kilómetros de distancia, Leo ajustaba la llave inglesa con un gesto brusco. El motor del todoterreno resopló y volvió a la vida. Su taller olía a aceite, a tierra y a sudor honesto. En la radio sonaba un podcast sobre rewilding, la voz del presentador hablando de reconectar con lo salvaje. Él no necesitaba podcasts. Lo salvaje lo tenía enfrente, en la vastedad agreste de la estepa que protegía, en la mirada desconfiada de un lobo al que rastreaba. Su vida era suya, no se la debía a ningún algoritmo. Solo a la tierra áspera que arañaba sus manos y a una pena antigua que llevaba tatuada en el alma, no en la piel.

Dos mundos paralelos, dos realidades que nunca debieron cruzarse. Hasta que un error de logística, un pedido de material de campaña enviado a la dirección equivocada, puso un nombre y un destino inesperado en la pantalla de Valeria: "Proyecto Rewilding Estepa Ibérica. Contacto: Leo Mena. Finca La Cabaña, Navarro."

Y un "te decía", susurrado hace una eternidad en la penumbra de una biblioteca universitaria, comenzó a latir como un corazón enterrado, despertando con la fuerza de un terremoto.

--



#4881 en Novela romántica

En el texto hay: amor, romance o

Editado: 30.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.