Te digo adiós

Capítulo 8

Golpes, dolor, patadas e insultos.

 Los golpes venían a mi seguido, no podía abrir los ojos. 

 No puedo levantarme, ayuda, me duelen los huesos.

 El sabor a óxido llegó a mi boca. Gritos, habían muchos gritos.

 Mis ojos pesan, me duele el cuerpo. 

 Alguien dígale que pare por favor, me duele todo.

 ― Mamá, para por favor, para ―solloce, pero ella no paraba.

 Ella seguía golpeándome cada vez con más fuerza.

 ― Mamá, por favor... me duele, duele mucho. Ella hacía caso omiso a mis palabras, ella solo me golpeaba sin parar. Necesito que pare, hagan que pare por favor, me duele mucho, me duele.

 ― Maldita niña, debí haberte abortado, eres tan inútil ¿cómo te atreves a dejarme en ridículo? ¿No puedes hacer algo bien?. Mira lo fea que estas, solamente haces todo esto para llamar mi atención y NO la tendrás. Eres una basura. 

 Sus palabras hicieron que mis lágrimas bajaran más rápido por mi rostro, ¿por qué ella no me quiere? ¿Por qué me trata así? Yo me esfuerzo mucho para darle lo mejor de mí.

 ¿Por qué me tratas de esta manera mama? ¿Por qué? 

 Poco a poco iba dejando de escuchar lo que ella me decía, su voz se iba alejando, los golpes iban dejando de doler, hasta que todo quedo en silencio. 

 Eres una basura Maia.

 Eres una decepción para tu madre. 

 Tu madre no te quiere. 

 Estás horrible con ese maquillaje. 

 Tienes horrible cuerpo, Maia.

 Eso es mentira... todo es mentira ¿cierto? Tú que lees esto ¿yo no soy una basura verdad? ¿Verdad que mi madre si me quiere? Ella me quiere mucho yo lo sé, solo tiene carácter fuerte, pero ella me quiere ¿verdad?

 ― ¡Maia! ¡Maia! Despierta 

Escuche decir a Jackson. 

 Mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, la luz me cegó por un instante y allí lo vi a él frente a mi preocupado. 

 Yashua estaba al lado de Jackson y se veía muy preocupado, luego de mirarlo por un largo rato el salto a abrazarme fuerte.

 ― ¿Estás bien, Maia? Estabas teniendo una pesadilla ―pregunta Jackson. 

 ― Si, si, pero ¿qué mierda hacen en mi habitación? ―pregunte para cambiar de tema.

 ― Ah eso, pues nada solo estaba aburrido en la mía y cuando entre estaba una persona mirándote dormir ―respondió Jackson mirando a Yash.

 Yashua lo miro y le dijo algo al oído que no pude escuchar.

 Ellos se quedaron callados al igual que yo, luego entro una enfermera a decirnos que ya era hora de ir a almorzar porque nos saltamos el desayuno. 

 Nosotros caminamos tranquilos a las cafetería y nos sentamos en la mesa donde Yashua y yo nos sentamos siempre, casi al final del comedor, Jackson se sentó al lado de Yashua y yo al frente de ellos, en ningún momento ni Mili ni Pili se aparecieron. 

 Almorzamos muy tranquilos y después cada uno se fue a su habitación. 

 ** 

 Dos semanas han pasado desde la última vez que hable con los chicos, no hemos hablado mucho desde aquel día porque andan muy raros y muy misteriosos. Hoy tengo que ir con la psicóloga, las citas han disminuido porque según ella ya voy mejorando un poco, pero que debo seguir yendo porque es bueno para mi salud mental.

 Llegue al consultorio y como siempre ella me estaba esperando con una linda sonrisa. 

 ― No te lo conté hace dos semanas, pero logré expresar mis sentimientos por alguien ―dije sentándome en la silla. 

 ― ¿Cómo te sentiste? ―pregunta ella muy interesada en el tema. 

 ― Sinceramente me sentí muy bien, tenía que decirle que me gustaba y es como si me hubiera quitado un peso de encima, ya que quería decirle desde hace mucho tiempo, pero no encontraba las palabras. Aunque fui una cobarde porque no me quede para esperar su respuesta y hui, pero al menos me pude soltar un poco y me siento bien por eso. 

 ― Estoy muy orgullosa de ti, Maia, espero y sigas así de verdad que me está gustando mucho tu proceso la verdad, por cierto, señorita tienes todo este tiempo libre y anda a la sala de visitas que la están esperando. 

 Ella no dijo más nada y se levantó de su escritorio para abrirme la puerta. 

 Yo la miré desconcertada y emocionada, ella solo asintió haciéndome saber quien era.

 Corrí a la sala de visitas y allí lo vi a él, él estaba allí sentado con un traje negro, pero no estaba solo había una mujer a su lado. Mi padre estaba aquí y se veía feliz. 

 ― Papá...― murmuré, fue lo único que pude decir antes de romper en llanto. 

 ― Princesa... no sabes cuanto te extrañe ―hablo él entre sollozos. 

 Mi papá estaba aquí conmigo, el vino verme, mierda lo extrañé tanto.

 ― Yo también te extrañé papa, yo también lo hice ―dije con la voz cortada. Él me abrazo fuerte, pero  dejo de abrazarme cuando una voz femenina nos interrumpió.

 ― ¿Tú debes ser Maia, cierto? ―preguntó la mujer con la que venía acompañada mi padre. 

 ― Si, la misma.

― Me alegro de conocerte, soy Catalina, novia de tu papá ―dijo ella amable estirando su mano.

 Yo la apreté en forma de saludo suavemente, y nuevamente lágrimas volvieron a salir de mis ojos. 

 ― Te ves feliz, papa ― murmuré. 

 ― Lo soy, Mai, lo soy ―dijo mi padre. 

 Yo me acerque a Catalina y la abrace fuertemente. 

 ― Gracias por hacer feliz a mi padre.

 Dije sonriendo y ella me sonrió de la misma manera. 

 Me quede hablando con ellos un rato más hasta que mi padre tuvo que irse.

 Cuando él ya se iba me despedí de él con un fuerte abrazo y él me dio un beso en la frente. Me acerque a Catalina y la abrace fuerte. 

 ― Cuida mucho a mi papá por favor, cuidalo por mí, ya que yo no puedo. Hazlo feliz, ha pasado por mucho, hazlo feliz por favor, se ve que te ama. Solo te pediré eso Cata, cuida y has feliz a mi padre. 




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