No podía creer lo que él me había dicho. Todavía no procesaba esas cuatro palabras.
― ¿Maia, quieres ser mi novia? ―murmura nervioso.
Yo solo me quedé callada, los nervios no me dejaban hablar.
― Lo siento te estoy presionando, nada más es una pregunta, si me dices que no, no pasa nada ―dice él rápidamente.
¿Quiero ser su novia? Si, claro que quiero.
Yo únicamente asentí como respuesta, las palabras no quieren salir de mi boca.
― Gracias Maia, de verdad gracias por darme la oportunidad de demostrarte mi amor, espero hacerte feliz, te quiero mucho, Maia.
― Yo también te quiero, Yash.
Yashua se acercó a mí y me besó. Esa noche de domingo Yashua me besó y fue un beso tan lindo que nunca en mi vida voy a olvidar, era un beso tierno, sus labios eran muy suaves. Cuando nos separamos del beso él me abrazó y me dio un suave beso en la frente para luego decir.
― Buenas noche, Maia.
― Buenas noche, Yashua.
Yo me fui a mi habitación y allí me quede pensando hasta que me quede dormida.
Al día siguiente me levante tarde, así que fui a mis clases, cosa que hago siempre, y luego a mi charla con la psicóloga.
― Hola, Maia, es bueno verte ―saluda ella siendo amable, como siempre.
― Hola... ¿Ya respondió? ―pregunto.
― Sí... no fue la respuesta más esperada, pero lo hizo, Mai, vas a leer la carta, pero recuerda, no dejes que nada te afecte.
Ella se levantó y abrió un cajón de su escritorio y saco un sobre, me paso la carta y con miedo comencé a abrirla.
No me importa, me importa un carajo lo que llegues a hacer con tu vida, Maia. Ni te atrevas a aparecer por acá después de haberte ido. Y te agradezco por haberte quitado el apellido que yo te di, porque no quiero que lleves nada mío y yo tampoco quiero llevar nada de ti.
Nunca llegaste a importarme así que no esperes que yo llore por tu cartita. Espero que no te vaya tan bien como lo tienes pensado Maia Cooper.
ATT: TU MADRE.
Cuando terminé de leer la carta ya mi rostro estaba empapado de mis lágrimas, la mirada de mi psicóloga estaba en mí, trato de dejar de llorar cuando sus palabras llegan a mi mente "No dejes que te afecte" No dejaré que sus palabras me afecten, no puedo dejar que sus palabras me afecten.
Olvídalo, Maia, olvídalo. Háblale de Yashua.
― He comenzado una relación amorosa ―dije de una.
― ¿Con Yashua? ―pregunta ella sonriendo.
― Sí, justo fue ayer que me lo pidió. Pero tengo miedo, de no sé hacerle daño o de que en un momento él se arrepienta de todo ―hablé algo insegura.
― Maia, si no te sientes segura de poder mantener una relación es mejor terminarla. Pero lucha, lucha por mantener ese amor Maia, yo sé que lo amas, y por lo mucho que él me ha hablado de ti sé que él también lo hace, si te sientes segura por luchar por ese amor, hazlo. Aun así recuerda que debes de amarte a ti primero, primero vas tú ―habla ella dándome una sonrisa.
― Lo sé, lo sé. Ten por seguro que lucharé por ese amor y por amarme a mí ―hablé yo devolviéndole la sonrisa.
Seguimos por la conversación, cuando terminamos con la charla me fui a mi habitación a pasar el rato hasta que llegue la hora de la merienda. Debo de luchar por el amor, porque yo a Yash lo quiero, pero el miedo no me deja avanzar.
Y debo de tener en claro que amar también es elegirme a diario, cuidar de lo que soy, construirme, mejorar, darme gustos, enfocarme en mí y lo más importante, tratarme bonito. Amar no solo es amar a los demás o que los demás te amen a ti. Lo mejor que me ha pasado hasta ahora es entender que nadie merece mi tiempo sin no es capaz de valorarme.
A partir de ahora, quiero dejar de quedarme en donde no hay lugar para mí. Quiero dejar de esperar cosas que nunca van a pasar o llegar.
Estaba acostada en mi cama mirando el techo cuando un enfermero toco mi puerta para avisarme que alguien venía a verme, no era papa, ya que pregunte si era él, pero me dijeron que no, tampoco podría ser Zoe, puesto que está muy ocupada en sus estudios, Clara tampoco creo que sea, eso hace que tenga cierto entusiasmo por saber quien será, no tengo personas en mente para poder hacerme una idea de quien pueda ser. Cuando llego a la sala de visitas, en uno de los sillones veo sentado a la persona que menos quería ver ¿por qué siempre que uno quiere sanar tienen que aparecer las personas que más daño te hicieron? Nunca pensé que estando acá él iba a venir.
Yo luchaba para que las lágrimas no salieran de mis ojos, él no me podía ver así, yo no me puedo mostrar vulnerable delante de él. No me iba a ir porque tengo muchas cosas que decirle. Me acerque a él y lo miré con odio.
― Ey hola mi reina, me gusta verte a si feliz ―dijo el algo nervioso.
― ¿Feliz? ¿Me ves feliz idiota?
― Tienes cara de "Alexis te quiero matar hijo de puta".
Yo me acerqué y le di una cachetada.
― ¿Me odias cierto? ―pregunta con un tono triste.
― Te detesto Alexis, me decepcionaste, me traicionaste.
― Lo sé, Maia, pero es algo del pasado.
― ¡Me importa un carajo si es algo del pasado, Alexis! Tú me engañaste con mi amiga, me hiciste sentir de lo peor por tres años, me manipulaste y tienes el maldito descaro de decirme que es algo del pasado tú y tu hermano me jodieron la vida
― Fue un error, estaba drogado ―excusa.
― Y yo me drogué varias veces y nunca te hice algo así.
― Mejor me voy, de verdad que no vales la pena y tampoco vale la pena hablar contigo
.Él se levanta molesto y lo veo cruzar la puerta. Yo me levanto y me voy a mi habitación donde empiezo a asimilar la conversación.