Te enamoraré (versión nueva)

Extra 5 "Un tipo de fiesta" (Editado)

Abigail no sabía si lo que hacía Darwin era legal. No, en realidad, sabía que no había forma de que eso sea legal, pero ciertamente lo que Gema estaba haciendo merecía medidas desesperadas.

La gente se sobresaltó ante el brusco corte de luz y se escuchaban descontentos ante tener que dejar de grabar y encender las linternas de sus teléfonos. Abigail no entendía que trataba de hacer Darwin con ese corte de luz, porque las pantallas tampoco permitían ver nada. Pero cuando Alan habló por el teléfono se paralizó.

—Los guardias se alejaron.

Darwin sonrió y soltó:

—Ya lo oíste, Adrik suelta a Aidan.

Un risa se escuchó y Aidan maldijo.

—No soy un animal.

—Pero tampoco persona —dijo Darwin sonriendo.

—¡Ja! Solo escucho a un perro ladrando.

—¿Ves? Solo puedes entender a los animales si eres un animal.

Aidan mandó a callar a Adrik que siguió riendo.

—¡Quieto! ¡Quieto bonito! Si me muerdes no te daré un premio —se carcajeó Adrik —Ya, serios, Aidan. Entra en papel.

—Tú eres el que no estaba serio.

—Oh, oye, amigo, ¿estás soltero?... ¿Por qué lo pregunto? Obvio es porque estás divino bombón…¿Qué? ¡Espera, espera!... Oh, entiendo. Ve, yo te estaré esperando aquí…

Se escuchó un minuto de silencio antes de que las risas de los gemelos empezaran.

—Darwin, no sé si lo escuchaste, pero todo listo aquí. Creo que fui muy agresivo, lo asusté mucho.

—¿Quién no se asustaría si le dices bombón? ­­­—se burló Adrik de Aidan.

—Tú les dices a las chicas eso. Oh…eso explica porque huyen también.

Empezaron a pelearse, pero se detuvieron cuando Alan habló.

—Ya coloqué el dispositivo.

—Bien, ahora aléjense de ahí y solo alábenme mis plebeyos —murmuró Darwin quien digitaba en la computadora y luego dio un click.

La luz volvió. Y Gema estaba insatisfecha con los empleados por estos inconvenientes. Sin embargo, como la anfitriona solo anunció que el incidente había sido solucionado, aun cuando no sabía ni que había pasado.

Insistió en continuar la fiesta, y su rostro se arrugó al ver que el Dj no estaba en su puesto. ¡¿A dónde se había ido?! Lo mandó a llamar y lo regañaba mientras lo llevaba al escenario de vuelta. El Dj asintió a sus palabras y se mostraba serio, pero su rostro se descompuso cuando se topó con la mirada a los gemelos. Aidan, quién sabía que el muchacho estaba asustado, aprovechó la situación para mandarle un beso. Al Dj se le cayeron sus auriculares, lo que le ganó otro regaño, y con torpeza se los puso y continuó con la música.

El Dj estaba cansado de los regaños, razón por la que no notificó que él no estaba manejando la consola. Sudó frío, pero estaba aliviado de que nadie pareciera notarlo. Y así, Darwin sonrió mientras le decía a Abigail que entrara a la casa, ya que una escena es mejor verla en directo, que tras una pantalla con una calidad deplorable.

Debería invertir algo de dinero en su sistema de seguridad —pensó Darwin, pero al final que no lo hiciera, lo hizo parecer una tarea de niños.

Miró la cámara con atención. Dio una pequeña ayuda a la hermanita de Abi, pero había un límite en lo que podía hacer. Si tuviera que ver con códigos, bases de datos o troyanos seguro podría ayudar más, pero respecto a las personas, siempre ha sabido que controlarlas es imposible.

Lo que pasé ahí dentro, ya solo dependía de Hailey, y el cómo reaccionará a la situación marcaría lo que pasará después.

Darwin sonrió despreocupado, era una Martins, la Martins más terca y valiente, así que estaría bien.




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