Te enamoraré (versión nueva)

Extra 7 "Una H de “hipócrita"

Una H de “hipócrita”

—¿Estás bien, Hilary? Pareces algo pálida.

La pelinegra solo miró a su compañera para darle una sonrisa y asentir.

—Seguro tomaré una insolación.

—¡No digas eso! ¡Ven, siéntate en la sombra y descansa un poco!

Lo hizo, pero incluso mientras las escuchaba conversar y sonreír, estaba inquieta. Sus manos todavía estaban sudorosas y frías. Y las palabras de Cooper rondaban en sus oídos junto a su mirada helada.

Ese tipo…

—Oh, vienen juntos —escuchó y se tensó.

—¿Abi está pintada la cara?

Apretó sus labios y subió la mirada. En efecto, Cooper había vuelto con Abigail y ella parecía sonreír de forma boba. Sus labios se apretaron al ver la expresión tan sincera de Martins.

Envidia. Hilary sabía que por un momento sintió otra vez envidia de Martins.

Así que dejó de verla y se enfocó en sonreír y unirse a la conversación. Sin embargo, el silencio reinó cuando una risa baja se escuchó. No solo Hilary, sino el resto de personas se sorprendieron.

Cooper no era una persona habladora, nunca lo fue. Sin embargo, desde el incidente su frialdad fue evidente. Una risa como esa, a muchos les embobaba. ¡Un chico guapo riendo de forma ronca y baja! Sin embargo, para Hilary era un balde de agua fría.

Al menos sentía que su expresión se oscurecía mientras veía a Abigail sonrojada en los brazos de Cooper y a Gregory palidecer. Ellos estaban en su mundo mientras arreglaban lo que dañó Abigail.

Y esa mirada que Cooper le daba a Martins, era muy contraria a la que le dio cuando intentó pintar el error de Abigail.

—No lo toques —dijo mientras la miraba fríamente —volveré con Abigail para arreglar eso.

Solo pudo palidecer y soltar: “Okey”, mientras dejaba su brocha en el piso.

Odió como su cuerpo tembló ante él, pero el miedo en sus huesos era fuerte.

Ese tipo podría golpearla ¿verdad? Ya lo había hecho con Trina.

Sí, Hilary internamente era una persona muy diferente a su exterior.

***

Cuando alguien hablaba de Hanna Skinner, siempre se mencionaba primer su dinero, luego su físico y al final su pasiva e incluso plana personalidad. La rubia pensaba que estaba bien con eso, así no resaltaba de mala forma como Verónica Bowen, pero tampoco de buena como Abigail Martins.

Podría pasar por una estudiante normal, ¡y eso le era encantador! La gente perdía el interés en lo que hacía, con quién salía e incluso el círculo que la agobiaba los primeros años se redujo. Sin embargo, ahora no estaba tan segura de ello.

No cuando empezó a descubrir que le gustaban cosas nuevas y que no podía expresarlas de forma abierta porque “Hanna Skinner no haría tal cosa”. Y si hacía algo “era perfecto y sin esfuerzo”

¡Bah! ¡Y si lo hiciera ¿qué?! —se preguntó una vez, sin embargo, tan pronto como estaba por reunir el coraje, se hizo pequeña ante los comentarios de la gente.

Así, de alguna forma terminó ocultándose del resto y solo mostrándoles lo que deseaban ver de ella. Nada para resaltar, ni bueno, ni malo. No podría con la expectativa de la gente y la decepción de no cumplir.

Sin embargo, el ocultarse del resto no hacía que ella se prohibiera las cosas.

Un ejemplo claro era estar arrimada a una pared, con las mejillas pintadas de colores mientras tomaba chocolate y miraba fijamente el resultado de su obra. En realidad,

era un buen mural, pero aunque sentía que le faltaba algo, no podía encontrar el error. Y no podía preguntarle a su maestro porque sería exponerse.

Así que dio otro mordisco y se resignó con un suspiro.

Luego de comer seguro tendría que esperar algo de tiempo para poder salir. Estos jóvenes eran una ayuda, pero en este momento eran solo un estorbo para Hanna que buscaba solo ir a su cama.

Pensaba en colocarse los audífonos y escuchar alguna canción cuando unas voces la detuvieron.

—Tienen más conexión de la que recuerdo —murmuró una de las chicas mientras arrancaba hiervas.

—¡Justo iba a decir eso! —gritó otra emocionada —¡En realidad estoy cruzando los dedos para que Penélope suba una nota de ellos!

—¿Crees que Abigail permitirá eso?

Los oídos de Hanna se agudizaron ante este nombre.

—Bueno, no ha dicho nada al respecto.

—Pero la mayoría de los videos fueron borrados o tenían virus.

—Bueno, me dijeron que fue Katy y por eso está castigada.

—¿No está castigada por el polvo pica pica en la ropa interior?

—¿Fue ella?

—¡Sí!

Hanna dio un sorbo a la taza interesada. Su novio también fue una de las víctimas de Katy, y estaba tan molesto que tuvo que escuchar sus quejas todo el día. Bueno, Katy es una buena amiga y Hanna sabía que su novio algunas veces era un gran idiota. Seguro comentó algo como el resto…

Su cara se arrugó queriendo ignorar la punzada de su corazón.

Un suspiro se escuchó.

—¿Hilary? ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Sí, solo estaba pensando en Trina…

—¿En Trina? Oh…

—Supe que hubo una pelea entre ellas, pero…no sé si creer a Trina —comentó una chica frunciendo el ceño.

—¿Dices que Trina mintió? ¡Parece que solo ves las caras bonitas!

—¡No! ¡No lo digo porque crea que él es guapo!

—Tampoco sé si lo que pasó es verdad —murmuró Hilary —pero si lo es, tengo miedo por Abi, si él llegara a ser agresivo con ella…

—Ay, Hilary…

Hanna se obligó a meterse el pan en la boca para no maldecir. ¡Alan no era ese tipo de persona! ¡Y Trina no era más que una sabandija infeliz! ¡Sí, justo ahora odiaba ser “la plana Hanna Skinner”!

Pero si ella saliera defendiéndolo seguro le dirían que andaba obsesionada con él y no la tomarían enserio.

—Bueno, podemos hacerle saber que cuenta con nuestra ayuda si lo llega a necesitar.

Y mientras las chicas conversaban sobre ese tema, Hanna solo pudo embutirse de pan para evitar gritar maldiciones. Y cuando por fin parecían irse, escuchó que una se quedó.




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