Te enamoraré (versión nueva)

Capítulo 21 "La belleza de los arcoíris" (Editado)

La belleza de los arcoíris

Bum…, bum…, bum…

Bum, bum, bum, bum…

Bumbumbumbumbum…

¿Cómo es qué…? ¡¿Cómo es qué siempre me pasan estás cosas a mí?!

Aprieto los dientes mientras bajo la cabeza avergonzada. El plan era sencillo, ¡incluso sonaba aburrido! Pasar dos horas sentados en el bus para llegar a la ciudad, era la última de mis preocupaciones.

Se nota que no he salido de este maldito pueblo.

De lo contrario, no habría considerado esto como un “pequeño” problema. La inocente Abigail nunca pensó en comprar boletos con anticipación, así que planeó tomar el bus cuando pasara. No pensó en que iría de pie, ¡y ese era el menor de los problemas! ¡La gente era un problema! ¡El maldito conductor era un problema! ¡No tener un auto era un jodido problema!

¡Todo era un problema!

¡Esto era un verdadero sauna de aromas humanos enlatados! ¡Y para el colmo! ¡El conductor parecía pensar que éramos bolsas de papas, en lugar de personas!

He perdido la cuenta de las veces que casi he salido volando y de las que he pedido disculpas porque he terminado aplastando personas. Y lo entiendo, yo también estaría molesta de tener a alguien sobre mí, pero…

¡¿Era necesario empujarme de esa forma?! ¡¿En serio?! ¡Maldito adulto prehistórico!

Su “pequeño” empujón me sacó el aire de los pulmones al hacer chocar mi espalda contra un tubo vertical. Alan ha visto la escena, ¡aunque solo un ciego no lo hubiera hecho! Y ahora me encuentro con la boca del ser prehistórico sonriendo mientras se la cubre fingiendo preocupación.

—Oh, el bus se movió mucho esta vez, no ha sido con intención de golpearte niña.

—No se preocupe…

—No lo hago, eres muy joven como para que una anciana como yo te haya lastimado. Además, no esperes una disculpa de mi parte, ¡debe ser justicia divina! Aclaro, no ha sido mi intención, pero agradezco que hubiera pasado, ¡de alguna forma debías tomar distancia de mí! Así que…

Un brazo se coloca entre nosotras y ella deja de hablar. Alzo la mirada para ver que Cooper ignorando su repertorio, se agarra del tubo en el que me he golpeado y me pide que retroceda para apegarme a la ventana. Su otra mano la coloca en el tubo horizontal que está detrás de mi espalda y deja como resultado un vergonzoso y extraño encarcelamiento.

—¡Muchacho! ¡Casi me has golpeado! —grita la anciana hacia Cooper, pero él solo le da una leve mirada y se encoge de hombros.

—El bus se mueve mucho, ha sido sin intención, pero igual se lo merecía ¿no lo cree? Estaba ocupando mi espacio. No soy viejo, pero considero que con su actitud le falta adquirir esa sabiduría de los ancianos, aunque me pregunto si con su apariencia llegará a vivir más y lograrlo.

Los ojos bien pueden salirse de la cuenca de todos, incluyéndome. Solo Alan podría repetir exactamente las palabras de la anciana sin vergüenza alguna y decir incluso cosas más drásticas como que la parca la recogerá pronto.

—¡Tú…! —la anciana está roja mientras parece no saber como contener su enojo —¡Y ella…! ¡Claro! ¡Esta juventud está igual de podrida! ¡Una mierda sucia descarriada que…!

—Abigail —me llama Alan, cortándole la inspiración a la anciana.

—¿Sí?

—¿Tienes audífonos?

—¿Sí? —respondo desconcertada mientras se los extiendo. Los recibe y coloca mi cabello detrás de mi oreja, haciendo que me estremezca un poco —¿Qué…?

Coloca un audífono en mi oído y repite lo mismo con el otro. Me sonrojo cuando noto lo que ha hecho y me pide mi teléfono, se lo entrego en silencio y la música es colocada. Bajo la mirada y me choco de nuevo contra él cuando el bus frena de nuevo. Me disculpo y él asiente antes de colocarse también los audífonos.

En medio de mi fantasía, noto un movimiento a nuestro lado, y veo que el rostro de la abuelita está distorsionado y parece gritar algo más antes de bajarse, pero no logro escucharla por la música. Sin embargo, puedo intuir que eran quejas hacia este gran bandido. Me río por eso, y aquello llama la atención de Alan.

—¿Qué? —pregunta retirándose un audífono, por lo que me quito uno también.

—Nada, solo eres Cooper siendo Cooper —contesto riendo.

Y sin duda, me gusta mucho eso de él.

***

Cierro los ojos cuando la puerta del auto es azotada con fuerza por mi madre. Está tan molesta que olvida que Ben está dormido en el asiento de atrás. Ante su actitud, Hailey suelta un suspiro y abre la puerta antes de cerrarla con algo de fuerza también.

Ahora es mi turno de suspirar y voltearme hacia el pequeño durmiente del asiento. Me sorprende que con el ruido no se haya despertado, pero agradezco porque si no ahora tendría tres mal genios en casa.

No tengo mucho entendimiento de lo que pasó, pero parece que mientras yo tenía mi cita en la ciudad y mataba zombis, Hailey estaba por matar a sus compañeras. Al menos eso comprendí cuando llegaron a recogerme y mamá la regañaba.

Me bajo del auto y tomo con cuidado al pequeño para cerrar de manera torpe la puerta del auto, suspiro de alivio al ver que no se despierta ni por eso. Camino hacia la casa y vuelvo a suspirar cuando escucho sus voces altas de nuevo. Bajo la mirada al muñeco de mis brazos y pienso en no entrar, pero el pequeño, no tan pequeño, pesa mucho y yo no hago ejercicio.

Abro la puerta con algo de esfuerzo y mi entrada llama su atención, notan el bulto que cargo en brazos y es divertido como a la par que abren los ojos, cierran la boca. Las ignoro mientras subo las gradas. Al llegar a su habitación lo acuesto con suavidad y no tarda en abrazar a su oso. Sonriendo saliendo en puntillas para cerrar la puerta y dejarlo listo para dormir.

Y mientras arriba dejo a Ben en un ambiente de sueños y abrazos a osos, abajo siento que no puedo respirar. Muerdo el interior de mi mejilla pensando en si irme o quedarme, pero dejarlas solas nunca ha sido una buena opción, es así como continúo cerca de ellas, pero sin decir nada al respecto.




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